María Paula Alzugaray
Nació en Rosario, Argentina (1974). Poeta y promotora cultural. Es Licenciada en Letras y se desempeña como Coordinadora del Área Literaria de la Casa de la Poesía de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario desde donde dirige la revista literaria BOGA. Asimismo organiza ciclos literarios, dicta talleres de lectura y escritura, y se desempeña como correctora para editoriales y medios gráficos. También colabora con poemas, ensayos, y reseñas de libros en revistas culturales y suplementos literarios de Argentina y para la Revista Amargord de Madrid, España. Figura en las antologías: Antología de autores corondinos (1992); Voces de poetas (CD) (1999); Los que siguen (2002); Poetas rosarinos (2003); Luces y Sombras (2004); Dodecaedro (2004); Los poetas interiores (2005); Pulpa (2006); y 19 de fondo. Poéticas de la construcción (2008). Lo Albergado (2008) es su primer libro publicado.
¿LATINIDAD?
Pedro sin jardín
chorrea bicicletas a sus vecinos de allá de la villa,
no lo conmueve el río ni la luna
Más al centro, Elisa suena desde el churrero
y Pedro sin jardín limpia autos a los Señores Latipac
sin meditar
crudo
hermeneuta social
contento
- No, no sé mamita quién es ese Rubén Blades.
Me pide cartones
me dice piropos obscenos
se va cantando
yo
carnal
me intimido.
UN SUEÑO
...estaba en chinelas con una soga y oí que mis pasos pasaban sobre un terreno poblado de siriríes vegetales, de toros avasallando que me enseñaban a empujar, anchos caballos comiendo silenciosos como obreros tranquilos, todos en la busca del elefante blanco —seis cifras hipnóticas que se anuncian los miércoles y los domingos—.
Me enseñaban a empujar el carro por el que se drenaba una sensación rosa de Corondas leves con aljibes en los ojos, de manteles tendidos en el corral y un rosario de besos turbulentos desde la distancia.
Las cosechas y las pestes me enseñaban a empujar y a pedalear y a empujar con el dedo el ring ring de la bici y lo desconocido y la vergüenza también a empujar…
Nos revolcábamos mientras para no volvernos nada en el hervor…
No hubo espanto ni elementos de la contemporaneidad que contar, sólo hubo una lírica en la luz diamantina y un equilibrio flotante en el mensaje de la animalería, hasta dormirnos imperturbables…
TIJERAS
Últimamente
esconde los excesos
apenas inyecta heroína al reloj
y sólo en ocasiones
vagamente
brotan los monstruos.
Ya no puede enloquecer de tristeza
ni habitar un orgasmo perpetuo
o alucinar la superficie.
Esta vez
sólo arruga las puertas
se comprime
engaña más que nunca
pero ha desatado las tijeras.
Otros seguirán creyendo.
FIESTA SIMPLE
Amparando a la bestia caliente
de la siesta
un cuerpo flaquito de cabello cardado
sale a buscar un astro aborigen (o zapallo)
lo hierve y revuelve.
A toda prisa, por la mesa central
enero llega naranja
con pulseras de semillas escogidas y su dulce.
Es una idea de fiesta simple que tienen en Coronda.
se animan a la plenitud,
les diría.
DESDE EL PUENTE
niños tiran cascotes a la autopista
trato de saber qué piensan
entre las corrientes de tránsito.
Es bien poco morir cuando falta imaginación.
Las tiran contra el Portland
para que la ciudad no quede quieta.
Entre los dientes de hormigón
la única mano del poeta.
LA CONCIENCIA
Si tal vez
creyéramos
de la verdad
una sola de sus fases:
(no la palabra;
no el sentimiento)
una sola que conforme
esa última suma
sería
eternamente mesurada.
MANO DE OBRA
Fruto de carne amarga,
mano de buena obra, curandera de los surcos
sarmienta del yunque
No asqueaba al endurecer los sexos y hacer el derrumbe
—porque para el desorden también existe esfuerzo—.
Enjoyada o agredida como una criatura
dibujaba la raya con el peine, operaba tocando, velaba
zurcía, soldaba, refregaba la frente y el piso,
se agitaba en la tibieza de los ramos…
Hoy pienso en todos.
Qué despreciables, no consumamos.
Tecleamos, compramos, desechamos.
Tanta realidad la va a matar.
Hoy pienso en todos.
Coleccionar no construye
ni salvarse es sanar.
ARTE POÉTICA I
Ojos, ojos cuántos ojos en los espacios mirándonos!
Así urde la palabra
mi objetivo de serla exacta
de abrazar dominante la letra oral de mi presencia.
Escribir menudamente
y devolver ese obsequio
a las cosas que nos abisman
con sus talismanes aristas o lentejuelas....
Reparar en la cuchara
en lo que ella sea
anodina indomable cuadrada tragallamas anciana...
Escribir es devolver la fruición
jabonosa
que provoca cada punto que huelo y me demoro.
http://www.baquiana.com/
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