silencio al fondo
con pocas palabras
puede escribirse todo
pero al escribir todo
algo se borra
lo comprendemos por
el vacío que aparece
y su tajo
donde
-como una mano que
saluda al ausente-
hundimos la lengua.
Silencio al fondo Ediciones Salido, J
unín, Buenos Aires/ ediciones radamanto,
Villa María, Córdoba, 2000.
Oyendo el corazón de las vacas
no
yo no me fui
soy de los que se quedaron acá
oyendo el corazón de las vacas
rompiendo los vidrios del espacio
para que pase la noche
y se desangre.
Oyendo el corazón de las vacas
no
yo no me fui
soy de los que se quedaron acá
oyendo el corazón de las vacas
rompiendo los vidrios del espacio
para que pase la noche
y se desangre.
Mi corazón era un hotel
mi corazón era un hotel
vestidos de fiesta
los huéspedes se iban sin pagar
a los portazos
es cierto
a veces
una mujer lloró en sus ventanas
hasta cansarse
es cierto
yo era el que lustraba los zapatos
es cierto
hubo temporadas malas
problemas de humedad
palmeras muertas
todo eso es cierto
también la luna
y el loco que cantaba
mi corazón era un hotel
ahora parece una casa
una casita blanca.
(Esquina del universo Alción Editora,
Córdoba, 2001)
El predestinado
Con los dedos en punta
me tocó la poesía
me sacudió con repugnancia
y algo de curiosidad.
No digo que llegó a pesarme, medirme
a contarme los ojos
tampoco me abandonó en la calle
con un lápiz rojo y un baúl
¿qué se creerá?
tanta soberbia, todo el día de aquí para allá
con la boca tapada
si después de todo
no la invita nadie
ni llega a ningún lado
me alzó sobre el pozo del mundo
esa señora
y me soltó
(La vida milagrosa. Ediciones Recovecos,
Córdoba, 2005)
Colegiales de la noche
¿Flotan los muertos?
su agua
¿es el temor?
¿qué pasaría si fueran tu mesa?
¿si no se corrompieran
y bailaran?
¿si fueran colegiales de la noche?
¿si el alma fuera un mapa comido por la arena?
¿cómo aprenderíamos la oscuridad?
¿hasta dónde podríamos mirar?
Si entre la muerte de todos
y la muerte mía
sólo vos estuvieras
viva
tropezando con cantores de madera
con las raíces muertas del mar
con nubes de piedra
puerta tras puerta
y atrás
muy atrás de tu verde corazón
el viento
impulsara
en papeles de oro
barcos y leones muertos
donde viven las palabras
¿sólo una vez?
Y entonces
con los poderes que otorga
la ignorancia o el amor
abrieras los labios
y el silencio cayera en mis manos
¿alguien más sería estremecido
o nuevo
como una gota?
¿y si el silencio estuviera muerto?
¿y si la luz estuviera muerta?
¿y si caminaras hacia mí
como otras veces
y pudieras alcanzarme y sonreír?
¿y si eso fuera todo?
¿y si la muerte no existiera?
¿y si fuera una idea del tiempo
mientras aguarda bajo el hielo
su remo y sus batallas?
¿Adónde van
envueltos en hojas
en campanas?
¿Adónde reúnen sus espumas?
¿Y si dieran la felicidad?
¿Y si completaran el sol?
(Llegado así, Ediciones Recovecos,
Córdoba, 2005)
Inmenso
Todo se llevó algo de vos
la tierra
el cielo
el aire mismo
yo escuché las bárbaras canciones
la suma del despojo
y así quedaste
inmenso.
Inmenso
Todo se llevó algo de vos
la tierra
el cielo
el aire mismo
yo escuché las bárbaras canciones
la suma del despojo
y así quedaste
inmenso.
La abnegación
Si yo supiera ciertamente que
sin mí
tendrías otra vida
feroz o fervorosa pero
completa aún
podría darte entonces
con un tajo
esto que tuvo
tantos nombres y formas y distancias
y quedarme sin mí
y descansar.
Otra música
No nos lleves decían las palabras
dejanos nuestra casa
el pan
que da el silencio
¿pueden servirte nuestros ojos cerrados
esta boca colmada de insectos y coronas?
ya escribe el deseo
y otra música se entrega a los abismos
dejanos aquí
la casa es pequeña
vacía
y luminosa.
Buscá la luz.
Todo lo que aprendí de la luz
no está
a la luz.
Luz
un cuarto de espejos
vacío.
No entres.
Repleta de hambre
iba esa luz
a ciegas.
El fondo de la luz
es un espejo.
El fondo del espejo
no es la luz.
A no mirar ayudaba
el exceso
de luz.
No pidas a la noche
una lección de luz
ni al día
un suspenso terminado.
Le han dicho
Porque ahora
todo lo que usted puede esperar
es el silencio
apure su ahogo
su mentira
y escriba
no hay otro modo
de pasar el tiempo.
Sancti Spiritu
En la paloma
se hunde
la paloma
abre del agua
palabras.
Dan luz los artefactos
hacen
sombra.
¿Y después?
El sol
las distracciones…
Ventarrón
Acá dejáme
en días parecidos
numeritos tomados de la mano
estas paredes
la ciudad
son inocentes de toda mi alma
lentos animales
donde ruges
acá
provincia
oscuro alambre de silencio.
Los días, el dolor
¿No te das cuenta?
Es luz
no el viento
lo que llega
a la ciudad
y esa hoja
arenillas
la última pluma del sol
no son afrentas
fuerzas
o el por qué…
La torpe escritura
los días
el dolor.
La hora
Queridos compañeros
es la hora
hay un vaso de agua y una puerta
pero no hay
no hubo nunca
una casa
una sed.
Salir temprano
El perro final
árboles llegando de otro cielo
música manchada de fantasmas
para quien camina solo
esas lámparas
apenas
son el alba.
Descubro, a veces
Descubro
a veces
un gallo rojo
adentro
el se da cuenta
mira
y no amanece más.
La fiesta
Ese niño apretando
su globo final
la máscara colgando de una rama
se parecen a mi soledad
son mi soledad
papel picado
silbatos rotos.
Lo que el burro sabe
Entre el burro que algo sabe
y el puro, puro, burro
una diferencia hay
el burro puro, puro
solamente rebuzna
y a veces
incluso
dulcemente.
De niebla
¿Qué pasó con el poema
del poema?
¿Qué hizo después
lo dicho
de aquello
lo no dicho?
Borbotón de niebla
esa belleza
un corazón dispuesto
¿Qué hicimos?
¿Qué hizo de nosotros
la palabra?
Última palabra
Ni en París con aguaceros
ni pidiendo más luz
o morir mirando lejos
las últimas palabras
¿a quién?
La muerte
nunca
escucha nada.
Hola Alejandro: vengo del estremecimiento de haber leído -hace poco- tu poemario "Videla". Y todos estos textos renuevan mi admiración hacia vos. Tu labor poética es puro goce.Un abrazo.Carlos
ResponderEliminarhttp://carlosmamonde.blogspot.com