Antonio Fernández Molina
Nace en 1927 en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y muere en Zaragoza en marzo de 2005.
Su infancia y juventud están marcadas por desgracias familiares que aunque no impiden que desarrolle sus inquietudes intelectuales, sí las ralentizan en gran medida.
En 1935 muere su padre y la familia se traslada a Guadalajara donde realizará sus estudios y hará sus primeras colaboraciones literarias en el periódico local “Nueva Alcarria”. Sacia su curiosidad y atracción hacia las artes, con los libros de la Biblioteca Municipal, donde por su insistente presencia le conceden un premio al mejor lector de la provincia.
Su primera visita a Madrid es con motivo de un examen de reválida. Las siguientes, las aprovecha para visitar museos, galerías y librerías donde se empapa de los movimientos artísticos de vanguardia con los que tan afín se siente.
Le impresionan los dibujos de Miró, Klee, Wols. Las pinturas de Chagall, Dubufett, Chirico, las vanguardias históricas y el Surrealismo. Pero son los dibujos de Lorca, que conoce a través de un libro escrito por Gregorio Prieto, los que alientan su vocación plástica.
No dejará de estudiar el fenómeno de los pintores escritores, publicando infinidad de artículos sobre este tema, incluyendo el primer estudio sobre la literatura de Picasso que se publica en España.
La exposición de dibujos realizados por escritores “avant la lettre”, organizada por los Postistas en la galería Bucholz, le pone en contacto con un mundo artístico del cual él ya se sentía parte integrante. Se hizo amigo de los Postistas y colaboró con dibujos o poemas en todos sus proyectos. Podemos considerar a Antonio Fernández Molina el creador que mejor profundizó y desarrolló los postulados Postistas, gracias entre otras cosas a su abundante y multidisciplinar producción.
Asimila muy bien lo que el Postismo tiene de ruptura de las fronteras entre las artes, de surrealismo blanco, de locura inventada, de automatismo controlado, de primitivismo, de juego intermitente entre sueño, realidad y divertimento… A esas premisas, él le añade bastante romanticismo, sabiduría y profundidad hasta crear un mundo de dulces monstruos tan numerosos y propios que convierten su estilo en absolutamente único e inmediatamente reconocible.
En el 1951 A. F. Molina funda en Guadalajara la revista de poesía “Doña Endrina”. Con criterio excepcional, pidió colaboraciones a todos los que para él estaban haciendo auténtico arte, entre ellos los Postistas: Gregorio Prieto, Chicharro hijo, Carlos Edmundo de Ory, Ángel Crespo, Francisco Nieva, Madrilley… También Laguardia, Mathias Goeritz, Gabriel Celaya o Miguel Labordeta. Con este último trabajó como redactor jefe en la revista “Despacho literario”.
También en Guadalajara formó parte muy activa del club “Vino y Pan” que organizó entre otras “locuras” la primera exposición del arte abstracto de la provincia, convirtiendo a Guadalajara en una de las capitales de provincia más activas, culturalmente hablando, de la posguerra.
Desde esos primeros años 50 compagina la publicación de poemas, relatos breves, críticas de arte y literatura con ilustraciones en muchas de las revistas literarias e iberoamericanas, principalmente en Venezuela, México, Nicaragua y Puerto Rico. Son poetas y pintores como Alejandra Pizarnik, Vicente Aleixandre, Antonio Saura o Mompó sus mayores admiradores.
En 1952 expone dibujos realizados en tinta sobre papeles reciclados, en una muestra organizada por Juan Ramírez de Lucas en el Club de Prensa de Madrid.
La necesidad de trasladar a un soporte físico, las imágenes que le proporciona su desbordante imaginación, le hace recurrir a materiales de lo más diversos: el ticket del autobús, la servilleta del bar, un poema desechado…
En el año 1953 publica publica Biografía de Roberto G. y Una Carta de barro que le valió la inclusión en la Antología poética del siglo XX, que Enrique Azcoaga publicó en Argentina.
Le incluyen en 1961 en la exposición itinerante por Iberoamérica de dibujos realizados por poetas, homenajeando a Henri de Lescoët.
Cela impresionado por los conocimientos demostrados en la confección del especial de "Papeles de Son Armadans" a Silverio Lanza, le reclama en 1964, como redactor jefe. Se traslada con su familia a Mallorca, donde sigue viviendo hasta 1975.
En la galería Costa de Palma de Mallorca hace su primera exposición individual.
En Mallorca se inicia en el arte gráfico, primero con linóleos, seguirá con los grabados que se adaptan tan bien a la línea de sus dibujos y por último con las serigrafías, en las que puede reproducir más fielmente sus pinturas en color.
Siguen incesantes sus publicaciones. Más de un centenar entre novela Solo de trompeta, relatos En Cejunta y Gamud, teatro La tabla de multiplicar e incluso algún guión cinematográfico. En muchos casos sus libros están ilustrados por sus propios dibujos. Su inclusión en antologías de literatura de vanguardia es obligada y aunque gana algún premio literario como el Ciudad de Palma de poesía en 1964 o el de novela en 1969, su originalidad sólo apta para los más intelectuales y una actitud de rebeldía constante le alejaron siempre de los cauces más mercantilistas de la literatura y el arte.
De sus exposiciones podemos destacar en 1970 en la Galería Matisse, en el 1979 en la Juana Mordó, en 1980 forma parte de Trayectorias, con itinerancia por todas las embajadas españolas en el mundo, en 1987 “Kunst & literatur” en Berlín, en 1989 hace una carpeta de grabados con integrantes del grupo COBRA, en 1999 está presente en ARCO…
En 1974, por la amistad que le unía a la familia Labordeta, trasladó su residencia a Zaragoza, donde residió hasta su muerte. La Diputación de Aragón orgullosa de ello, regaló al Príncipe de Asturias una pintura de Antonio Fernández Molina, cuando en el año 2000 realizó su primera visita oficial a Aragón y organizó a finales del año 2005 una exposición antológica del autor donde se mostraba una amplia visión de muchas de las facetas creadoras del artista.
Ester Fernández Echeverría
OBRA POÉTICA
*Oda a Roberto Benzi y otros poemas (con José Fernández Arroyo), Colección “Doña Endrina”, cuaderno I, Alcalá de Henares (Madrid), 1951
*Uma carta de lama, Colecção Bandarra, Porto, 1953 (traducción de Antonio Rebordão Navarro)
*Una carta de barro, Colección de la revista “El pájaro de paja”, Madrid, 1953
*Biografía de Roberto G., Colección Nebli, Madrid, 1955;
*Biografía de Roberto G., Prensas Universitarias, Universidad de Zaragoza, Zaragoza, 2004
*El cuello cercenado, Colección “Doña Endrina”, Guadalajara, 1955
*El cuello cercenado, Árbol de fuego, Caracas, 1974
*El cuello cercenado, Colección Poemas núm. 29, Zaragoza, 1977
*El cuello cercenado, Gabirol, Zaragoza, 1991
*El cuello cercenado, El Último Parnaso, Zaragoza, 1997
*El cuello cercenado, Gobierno de Aragón, Zaragoza, 2004 (edición bilingüe castellano/inglés)
*El cuello cercenado, Villalobos Serigrafía Artística, Vigo, Dargelos, 2005
*Semana libre/Las fuerzas iniciales (seguidas de unos aforismos), Lírica Hispana, nº 162, Caracas, 1956
*Sueños y paisajes terráqueos (poema), Alrededor de la Mesa (comunicación poética), Bilbao, 1960
*Poemas de la aldea, Los Cuadernillos de Aldaba, Madrid, 1963;
*Poemas de la aldea, Antonio Fernández Molina, Colección “Poemas”, núm. 30, Zaragoza, 1977
*5 sonetos pánicos, Publicaciones de la Librería Anticuaria del Guadalhorce, Cuadernos de María José, Málaga, 1967
*5 sonetos pánicos, La mujer barbuda, Toledo, 1985
*Jinete de espaldas, Colección Tamarindo. Poesía, Imprenta Bristol, núm. 3, Palma de Mallorca, 1970
*El hueco del pensamiento, Imprenta Mossén Alcover, Palma de Mallorca, 1971
*Platos de amargo alpiste, Llibres de Sinera S.A., Barcelona, 1973
*De un lado para otro (Mariano Meneses, heterónimo), Imprenta Mossén Alcover, Palma de Mallorca, 1974
*Homenaje a Cocteau, Ediciones La Bicicleta, Zaragoza, 1980
*La flauta de hueso, Torrenueva Editorial, Zaragoza, 1980
*Humo de pensamientos y sueños, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1980
*Entre las cañas huecas, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1981
*Lamento (en recuerdo al poeta Gabino Alejandro Carriedo), Antonio Fernández Molina, Zaragoza, 1982
*Recuerdo, Antonio Fernández Molina, Zaragoza, 1983
*Sonetos crudos, Heliodoro, Madrid, 1985
*La arena del sendero (Poemas de Mariano Meneses), Heliodoro, Madrid, 1986
*La paloma en la pared, Té con limón, Valencia, 1987
*Pescadería y cinema, Té con limón, Valencia, 1988
*Pescadería y cinema, Té con limón, Valencia, 1998
*Rostro frío en la pared, Té con limón, Valencia, 1987
*Rostro frío en el cruce, Prensa y ediciones Iberoamericanas S.A., Madrid, 1988
*Viaje a Escocia, Té con limón, Zaragoza-Valencia, 1989
*La docena de huevos, Té con limón, Valencia, 1990
*Vía crucis, Monografías Aragonia Sacra, Comisión Regional del Patrimonio Cultural de la Iglesia en Aragón, Zaragoza, 1991
*Poemas (Roberto Goa, heterónimo), Gabirol, Zaragoza, 1991
*Idiomas diferentes, Patronato Municipal de Cultura, Casa Municipal de Cultura-Universidad Popular, Alcázar de San Juan, 1992
*Lluvia de sonetos, Editorial Fernán Gómez, Madrid, 1993
*La punta de iceberg (dibujos y poemas), Prensa y Ediciones Iberoamericanas S. L., Madrid, 1993
*Fábula, sueño, Té con limón merienda impresa, Valencia, 1993
*Diez pizcas de sal sobre la media vaca, Té con limón, Valencia, 1993
*Homenaje a Miguel Labordeta, Jábega, Madrid, 1994
*Fuera de los paréntesis, Poesía Toda, Bilbao, 1994
*Junto a una tapia, Ediciones Gabirol, Colección “Las noches de Dalí”, Zaragoza, 1994
*Cabeza de árbol/El visitante melancólico/Las fuerzas iniciales, Hiperión, Madrid, 1994
*Fuego húmedo, El Último Parnaso, Zaragoza, 1995
*Cantata en el iceberg, Libros Pórtico, Zaragoza, 1995
*Carpeta azul, Área de Cultura de la Diputación Provincial de Ciudad Real, Ciudad Real, 1995
*Con pluma estilográfica (Roberto Goa, heterónimo), F.E.T.E., UGT, Logroño, 1995
*Musgo, Té con limón merienda impresa, Colección “Poesía buenísima”, nº 1, Valencia, 1995
*Aforismos y poema, (Roberto Goa, heterónimo), Media Vaca, Ten, Comilón, Valencia, 1996
*El cuello cercenado/Platos de amargo alpiste (nueva edición revisada por el autor), El Último Parnaso, Zaragoza, 1996
*Musgo en el icerberg, S. Ediciones, Barcelona, 1997; Poesía Toda, Bilbao, 1998
*[Un principio de novela] seguido de poemas desalquilados, Media Vaca, Ten, Comilón, Valencia, 1998
*Vivir o soñar (Mariano Meneses, heterónimo), Colección “Premio Poesía Mario Ángel Marrodán”, Bilbao, 1999 (Sexto Premio de Poesía Mario Ángel Marrodán)
*Aroma de galletas. Poemas y cuentos de Antonio Fernández Molina, Media Vaca, Valencia, 1999
*Aroma de galletas. Poemas y cuentos de Antonio Fernández Molina, Secretaría de Educación Pública, México, 2004
*La lengua de los Mapas, Ediciones Cantahueso, Madrid, 2000
*Fragmentos de una elegía permanente, Libros del Innombrable, Zaragoza, 2002
*Biografía de Roberto G./Una carta de barro, Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, 2004
*Nada sucede luego, Círculo de estudios bibliográficos y Exlibrísticos, Madrid, 2005
*Una paloma en forma de cuchara, El gato gris, Valladolid 2006
*Musgos (de rostros y pensamientos), Diputación de Teruel, Teruel 2007
PAREJAS
HOMENAJE A FERNANDO ARRABAL
Alambrada logaritmo
Logaritmo catarata
Catarata escofina
Escofina municipio
Municipio sintaxis
Sintaxis osamenta
Osamenta velocípedo
Velocípedo calamar
Calamar intermedio
Intermedio ceniza
Ceniza diccionario
Diccionario pernera
Pernera parsimonia
Parsimonia columna
Columna transparencia
Transparencia cuaderno
Cuaderno gasolina
Gasolina lapicero
Lapicero clarinete
Clarinete ecuación
Ecuación avestruz
Avestruz cervical
Cervical limosnero
Limosnero palangana
Palangana nubosidad
Nubosidad patata
Patata romancero
Romancero alfombra
Alfombra colirio.
09.2.2002
La docena de huevos (Extracto)
Eusebio siega en Enero
Fabián vendimia en Febrero
Mariano trilla en Marzo
en Abril cortaban álamos
en Mayo dormía la musa
en Junio arrancaban juncos
Juliana comía sopa en Julio
Agustín pintaba en Agosto
en Septiembre nevaba
Octavio casó en Octubre
Nicomedes veraneaba en Noviembre
Diógenes toreaba en Diciembre
27-1-82
________________________________
En Enero le metían por un Embudo
En Febrero le falseaban la fama
En Marzo le molestaban con Malicia
En Abril le abaleaban con Abnegación
En Mayo le mojaban los Musculos
En Junio le probaban con Javardillo
En Julio le jabelgaban con Jalapa
En Agosto le angustiaban con Agua
En Septiembre le sembraban Salmuera
En Octubre le obsturaban las Ojales
En Noviembre le negreaban los Napias
En Diciembre le decapitaban con un disco
Ante un espejo
Está el abuelo bien situado
frente a un espejo
y con la niebla delante de sus ojos
y de su pensamiento,
y no se reconoce. Medita
si no verá la faz de algún paisano
sin recordar de quién.
Nada comenta porque sabe cómo
bien a menudo, la palabra,
dormida en la garganta
hace muy buen papel.
Mientras el viejo calla,
dispuestos a pintar su fiel retrato,
preparamos el lienzo,
colores y pinceles.
Sobre un fondo amarillo luminoso,
tiene un surco presente entre las cejas,
destacados detalles en el rostro,
y sombras en los sitios oportunos.
Testimonian de los años de brega,
señales acusadas de labores
de la recolección, de la vendimia…
Y al fin, es el retrato la verídica
máscara fiel de la epopeya
que el anciano ha vivido
en el amplio escenario
de la meseta y de los montes,
entre el cielo y la tierra.
Ya se desvanecieron
Estoy sentado en casa y sin moverme,
olvidado de mí. Ha oscurecido.
De pronto me parece
sentir manifestarse
inquietantes presencias.
¿Retornan compañeros de mi infancia,
temores sin motivo
material? Me encaro
con su hipotética presencia
y les digo; «Los fantasmas
se alejan al mirarlos de frente».
Intento ver, de alguno,
su rostro y su figura.
Mas si estuvieron,
ya se han desvanecido.
Tránsito
Por el camino de la escuela,
sumergida en el atardecer
avanza una joven,
de aspecto adolescente.
Envía el sol débiles rayos
y comenta en voz baja: «Disfrutamos
de un invierno apacible, amigos míos».
Muy tranquila
la tarde,
se despereza como un gato
y alarga el rabo hacia el anochecer.
¡Me gustaría acompañarla
como ella se merece!
Doy pisadas en falso y sin remedio
a refugiarme voy a la taberna.
Con la noche avanzada
regresaré a mi hogar
a través de las sombras
de mi nublado pensamiento.
Lectura
Hasta el anochecer,
leo en las páginas del pueblo
como en un libro.
De pronto el alumbrado público florece
y continúo la lectura.
Al pasar y pasar las página,
surgen sorpresas y sorpresas.
Cuando llego a la esquina
final del pueblo
el sueño cabecea entre la sombra,
como una embarcación.
MUSEO CRUDO PARA VALTUEÑA
El azar deja de serlo, cuando habla.
Ante el sin sentido, la insistencia para cuidar
a los vegetales y a los minerales de los múltiples
y únicos sentidos.
Con la apariencia inanimada y muda
Con la apariencia inanimada y muda
se construyen jardines agrícolas
y fachadas de ciudades mágicas.
La nieve se quitó los guantes blancos
La nieve se quitó los guantes blancos
y aparecieron las huellas dactilares
de lo maravilloso.
¿Testimonios de sueños habidos
¿Testimonios de sueños habidos
en el claustro materno?
¡Qué risa ante las rentables consecuencias
¡Qué risa ante las rentables consecuencias
del arte de vanguardia!
Aunque se quisiera llevarle por el buen camino,
Aunque se quisiera llevarle por el buen camino,
no conseguiría desviarle del mejor…
Platos de amargo alpiste, publicado por la colección
Ocnos, dirigida por Joaquín Marco, en 1973.
Cada día que pasa el tiempo pesa,
el sombrero es de plata sucia y frágil,
su testamento el buey hace en la dehesa
y el río en la cabaña duerme grácil.
Cual mosca de septiembre, la quimera
en forma de medusa. Aúlla el gato.
La cuchara se espera que se muera.
En el campo del moro duerme un rato.
La ventana da al bosque de las dudas.
Los niños se meriendan una estela.
Marchan cantando las camisas crudas.
En la alta noche la maleta vuela.
Merlín pone la llave en la cornisa,
el céfiro presenta sus excusas,
algunas musas bailan en camisa,
y deprisa el poeta va a la escuela.
Cada día que pasa el tiempo pesa,
el sombrero es de plata sucia y frágil,
su testamento el buey hace en la dehesa
y el río en la cabaña duerme grácil.
Cual mosca de septiembre, la quimera
en forma de medusa. Aúlla el gato.
La cuchara se espera que se muera.
En el campo del moro duerme un rato.
La ventana da al bosque de las dudas.
Los niños se meriendan una estela.
Marchan cantando las camisas crudas.
En la alta noche la maleta vuela.
Merlín pone la llave en la cornisa,
el céfiro presenta sus excusas,
algunas musas bailan en camisa,
y deprisa el poeta va a la escuela.
MUSSIC HALL
(algunos poemas inéditos, 1927-2005)
Antonio Fernández Molina
MUSSIC-HALL
Agita sus brazos
en cualquier rincón
sujetando con su manos la nada.
Mas allá
las cabezas ausentes
el humo oculta los espejos
y ríen, ríen sin consideración
dos mandíbulas africanas
y dos mejillas japonesas.
El vaivén de las largas trompetas
se aleja por la puerta entornada
hacía el fondo marino de la calle
por la que llegan hombres transparentes
y muchachas de edad incierta
con atuendos zoológicos.
Ríen los globos eléctricos
y en el rincón agita sus brazos
la dueña de los que ya se han ido
de viaje para no volver nunca.
La dueña
de los que han bajado el escalón.
Ahora son presencia.
(8-3-1961)
UN BOQUETE EN EL VIENTO
¡Piedad para los inútiles fantasmas
que la oscuridad convoca! Una vez,
y no fue en otra vida,
ni entre los forros de la mente o del tiempo,
durante un tiempo doble
anduve por el mundo.
Conocí de los edificios el alma
y de las familias la historia.
Entonces aparecían abiertas las puertas del espacio.
En el cielo
había varias lunas
y los árboles acompañaban mi deambular.
Tuve la ilusión de la fuerza
Me dejé invadir por la carcoma del sueño,
de los ágapes y las conversaciones infantiles.
Ahora el frío y la aglomeración se confunden
con el calor y el silencio.
A lo largo del camino
el viajero arrastra su tiempo cual inútiles botes
A lo largo del camino
el viajero arrastra su tiempo cual inútiles botes
que en las piedras se enredan.
Los girasoles y las alcuzas están de perfil.
Las chimeneas, las esquinas y las proas
Los girasoles y las alcuzas están de perfil.
Las chimeneas, las esquinas y las proas
de las embarcaciones
están de frente. El bosque ofrece sus espaldas…
Los días de la semana
circulan en contraria dirección.
Jinetes apresurados,
hacen un boquete en el viento.
NO EXISTE PUNTO DE PARTIDA
La botella navega hacia la orilla.
Nubes ante el escaparate.
Una barra de hielo a punto de penetrar en el hueco del
ascensor.
La corbata recostada sobre la mecedora.
Llora un can,
canta la ciega junto al clavicémbalo.
Los anuncios dicen como estaría ya la mesa puesta.
La ceniza oculta las huellas del tiempo
tras un sonambúlico monólogo.
Nadie fuera a pensar que el balanceo
están de frente. El bosque ofrece sus espaldas…
Los días de la semana
circulan en contraria dirección.
Jinetes apresurados,
hacen un boquete en el viento.
NO EXISTE PUNTO DE PARTIDA
La botella navega hacia la orilla.
Nubes ante el escaparate.
Una barra de hielo a punto de penetrar en el hueco del
ascensor.
La corbata recostada sobre la mecedora.
Llora un can,
canta la ciega junto al clavicémbalo.
Los anuncios dicen como estaría ya la mesa puesta.
La ceniza oculta las huellas del tiempo
tras un sonambúlico monólogo.
Nadie fuera a pensar que el balanceo
de las corrientes subterráneas
marcaría de fuego a los altavoces de las torres
donde las veletas miran hacia el porvenir
como si nada pudiera ahuecar al cascarón de la lluvia.
Ni el azúcar situado frente al retrovisor, tiene alguna
sospecha
aunque están a la vista los indicios
de una acción bien amarga.
Nubes en el escaparate.
Nubes frente a la cabellera algodonosa
de una sucinta peliculera.
La jarra derrama su entusiasmo
coloreado de vidriosos resplandores
y nos alcanza al vuelo.
La dentición de los peces,
pone sus comas en el embarcadero de los sábados.
Respiro juncos. Empujo
el aire algodonoso y sin alas.
Voy a la deriva de las sospechas.
Pero no encuentro otras soluciones
que las de almacenar la lluvia cerca del valle
y responder a la troncocónica pregunta
mientras el maletín y el embalaje están encerrados
marcaría de fuego a los altavoces de las torres
donde las veletas miran hacia el porvenir
como si nada pudiera ahuecar al cascarón de la lluvia.
Ni el azúcar situado frente al retrovisor, tiene alguna
sospecha
aunque están a la vista los indicios
de una acción bien amarga.
Nubes en el escaparate.
Nubes frente a la cabellera algodonosa
de una sucinta peliculera.
La jarra derrama su entusiasmo
coloreado de vidriosos resplandores
y nos alcanza al vuelo.
La dentición de los peces,
pone sus comas en el embarcadero de los sábados.
Respiro juncos. Empujo
el aire algodonoso y sin alas.
Voy a la deriva de las sospechas.
Pero no encuentro otras soluciones
que las de almacenar la lluvia cerca del valle
y responder a la troncocónica pregunta
mientras el maletín y el embalaje están encerrados
tras la puerta espejo del entusiasmo propio.
(28-7-1984)
Bodegón de Antonio Fernández Molina. Óleo sobre lienzo, 100 x 68 cms.
LA RUTA DE MIRALBUENO
La ruta de Miralbueno crece
sobre la orilla de una esperanza.
Arde su oloroso entusiasmo
entre las piernas de una máquina transparente.
Los mejores habían llegado de lejos
cuando estuvieron dormidas las fronteras.
El cereal iluminaba el cielo de las sacristías.
La lámpara desde el ventanal
conduce los pasos de algunos transeúntes nostálgicos.
La pena ocultaba el forro de los cortinones,
disminuía a cada instante.
Se levantó un monumento a la luna.
Se colocó la llave entre el fango de alpaca.
Cuando un ronquido a punto estuvo de seccionar
(28-7-1984)
Bodegón de Antonio Fernández Molina. Óleo sobre lienzo, 100 x 68 cms.
LA RUTA DE MIRALBUENO
La ruta de Miralbueno crece
sobre la orilla de una esperanza.
Arde su oloroso entusiasmo
entre las piernas de una máquina transparente.
Los mejores habían llegado de lejos
cuando estuvieron dormidas las fronteras.
El cereal iluminaba el cielo de las sacristías.
La lámpara desde el ventanal
conduce los pasos de algunos transeúntes nostálgicos.
La pena ocultaba el forro de los cortinones,
disminuía a cada instante.
Se levantó un monumento a la luna.
Se colocó la llave entre el fango de alpaca.
Cuando un ronquido a punto estuvo de seccionar
al universo por su eje
alegres posecillas iniciaron un cancán
de viruta de espera
y el acordeón recorrió el trayecto de ida y vuelta.
Cuando de madrugada desayunaron los viajeros
portaban tesoros en el lóbulo de la oreja
y sus sinceras sonrisas
estuvieron a punto de rasgar
las cifras impares de aquel almanaque,
de olvidarse de testigos, enfermos, guijarros,
las escaleras tortuosas,
del vino endeble, las piscinas oscuras,
de los compases rotos…
en definitiva, de los trozos de vidrio molturados
alegres posecillas iniciaron un cancán
de viruta de espera
y el acordeón recorrió el trayecto de ida y vuelta.
Cuando de madrugada desayunaron los viajeros
portaban tesoros en el lóbulo de la oreja
y sus sinceras sonrisas
estuvieron a punto de rasgar
las cifras impares de aquel almanaque,
de olvidarse de testigos, enfermos, guijarros,
las escaleras tortuosas,
del vino endeble, las piscinas oscuras,
de los compases rotos…
en definitiva, de los trozos de vidrio molturados
sobre las aceras
y de la ruta de Miralbueno.
PEDIMOS LA CONTINUACIÓN DEL ARGUMENTO
El tiempo transcurrido es corto.
No hay puerta de salida.
Pedimos la continuación del argumento.
Cae de bruces la estatua.
Es una ocurrencia de papel.
Llave sin esperanza,
una trifulca de miradas,
más allá de la esquina.
Se descolgó un miércoles
en el cruce de los acontecimientos.
Rincones con el alma de esparadrapo
buscando el alma de la lluvia de la desesperación
junto al canal navegable.
Cae de bruces un olvidado candil.
El calor de un diálogo resquebraja el murmullo.
Los desengaños aparecen sin rostro.
Y no hay solución.
¿Dónde está la pelota de goma de los años?
Ni llanto ni arrebatados impulsos.
Ni frío ni catalepsia.
Látigos y amapolas de dos cabezas.
Una oración tras otra.
La cremallera, el rabo, la sordera…
NO APAGASTE LA LLAMA
Los fantasmas desayunaron
donde fuera imposible colocar esta vela,
donde las ortigas poseen el afán
de crecer en las rendijas
sobre las losas de los sepulcros.
Pienso en lo que soñara el porvenir.
En mi desgraciada vida colmada.
En el fuego de mi entusiasmo
y en el líquido sin color de algunas decisiones.
Arrastra las alpargatas
sobre las simientes del palacio.
Los monstruos apacientan entre las multitudes.
Deja que el musgo crezca sobre tu rostro.
Deja que la pálida mariposa
surja del forro del chaleco de un sueño.
Pagaste tu destino.
No apagaste la llama.
LA TARDE DE PLOMO
Rabos y cepillos. Muescas en la tarja. Talegas,
y de la ruta de Miralbueno.
PEDIMOS LA CONTINUACIÓN DEL ARGUMENTO
El tiempo transcurrido es corto.
No hay puerta de salida.
Pedimos la continuación del argumento.
Cae de bruces la estatua.
Es una ocurrencia de papel.
Llave sin esperanza,
una trifulca de miradas,
más allá de la esquina.
Se descolgó un miércoles
en el cruce de los acontecimientos.
Rincones con el alma de esparadrapo
buscando el alma de la lluvia de la desesperación
junto al canal navegable.
Cae de bruces un olvidado candil.
El calor de un diálogo resquebraja el murmullo.
Los desengaños aparecen sin rostro.
Y no hay solución.
¿Dónde está la pelota de goma de los años?
Ni llanto ni arrebatados impulsos.
Ni frío ni catalepsia.
Látigos y amapolas de dos cabezas.
Una oración tras otra.
La cremallera, el rabo, la sordera…
NO APAGASTE LA LLAMA
Los fantasmas desayunaron
donde fuera imposible colocar esta vela,
donde las ortigas poseen el afán
de crecer en las rendijas
sobre las losas de los sepulcros.
Pienso en lo que soñara el porvenir.
En mi desgraciada vida colmada.
En el fuego de mi entusiasmo
y en el líquido sin color de algunas decisiones.
Arrastra las alpargatas
sobre las simientes del palacio.
Los monstruos apacientan entre las multitudes.
Deja que el musgo crezca sobre tu rostro.
Deja que la pálida mariposa
surja del forro del chaleco de un sueño.
Pagaste tu destino.
No apagaste la llama.
LA TARDE DE PLOMO
Rabos y cepillos. Muescas en la tarja. Talegas,
torreznos, bellotas, lombrices.
Yesca y telaraña. Tapices de corcho.
Yesca y telaraña. Tapices de corcho.
La tarde de plomo.
La salmodia crece. El cenicero se derrite.
Cepillos, espuertas, almazas.
Cerrojos, cedazos…
El fuego vence a la historia,
La salmodia crece. El cenicero se derrite.
Cepillos, espuertas, almazas.
Cerrojos, cedazos…
El fuego vence a la historia,
más queda la leyenda.
Hormigas sin dueño. Vientos de otra parte,
Hormigas sin dueño. Vientos de otra parte,
venganzas de plástico.
La nuez y su hueco. El húmedo fósforo.
La nuez y su hueco. El húmedo fósforo.
La palabrería de la vieja usura.
En el edredón el gusano crece.
Transplantaron cabezas de bestias.
Transplantaron cabezas de bestias.
Llegaron los aromas de ideas infames.
La madre,
la tía,
la cuñada,
la suegra…
la soga, el ladrillo, la caldera…
MURMULLOS ENTRE DIENTES
No fue por casualidad, cuando Pulgarcito saltara
La madre,
la tía,
la cuñada,
la suegra…
la soga, el ladrillo, la caldera…
MURMULLOS ENTRE DIENTES
No fue por casualidad, cuando Pulgarcito saltara
la valla muy bien sabían los observadores
que los ladrillos se convertirían en polvo.
La violeta, durmiendo entre las páginas de un libro
de Arolas lanzó un suspiro resplandeciente.
Mi pecho, dijo, es un volcán de saliva.
Una estrella regreso de la excursión polar.
Las escopetas sin funda jugaban a los naipes,
los caballos hacían cábalas sobre los auxiliares.
Era cosa de ponerse los abrigos por la cara interior.
Era cosa de ponerse los abrigos por la cara interior.
Era ocasión de recorrer las sendas por una
de sus orillas. Encontramos una bufanda debajo
de un anuncio. Hola, pronunció. Estaba dispuesta
a acompañarnos y hubimos de disuadirla.
Los muros nos dirigían miradas de conmiseración.
No es para tanto señores. Nuestra piedra del pecho
está dispuesta para recibir sorpresas.
Piedad para los acróbatas, piedad para los vencidos.
Iré a la orilla del río
a recoger limpias piedras
con ellas regresaré.
Murmullos entre dientes pronunciando la lista
Iré a la orilla del río
a recoger limpias piedras
con ellas regresaré.
Murmullos entre dientes pronunciando la lista
de los números primos. Murmullos de camisas
rasuradas, de los pies en silencio. El cinema hace
una liquidación. Mañana pasearán las butacas
por el centro del prado. Puede que el sol sienta
angustia y frío.
NATURALEZA MUERTA
Un trozo de verja se refleja sobre un libro abierto,
sobre una página dónde se lee HORIZONTE.
A la derecha una vela.
Un tapón marcado X-7-, una llave
que abriría la funda de un violín.
El reloj de pared señala las cinco.
Un recordatorio sale de un sobre
donde se puede leer mi dirección.
La rueda de un patín
y la espiral de una cinta de color.
Un paquete de cigarrillos,
la botella de Anís Machaquita y un dedal.
¿Cómo es posible?
El cuadro está firmado en 1917.
NI HOY NI MAÑANA
Sale el tango del sobre,
los dientes de la noche y el día se solapan.
Mientras las jóvenes se apoyan en los balconajes,
vacíos de sus dueños,
los trajes masculinos descienden las escaleras.
llega el olor de un condimentado pedazo de tocino.
La moda sigue el rito de los tiempos
y, aconsejada por la verde salivilla
NATURALEZA MUERTA
Un trozo de verja se refleja sobre un libro abierto,
sobre una página dónde se lee HORIZONTE.
A la derecha una vela.
Un tapón marcado X-7-, una llave
que abriría la funda de un violín.
El reloj de pared señala las cinco.
Un recordatorio sale de un sobre
donde se puede leer mi dirección.
La rueda de un patín
y la espiral de una cinta de color.
Un paquete de cigarrillos,
la botella de Anís Machaquita y un dedal.
¿Cómo es posible?
El cuadro está firmado en 1917.
NI HOY NI MAÑANA
Sale el tango del sobre,
los dientes de la noche y el día se solapan.
Mientras las jóvenes se apoyan en los balconajes,
vacíos de sus dueños,
los trajes masculinos descienden las escaleras.
llega el olor de un condimentado pedazo de tocino.
La moda sigue el rito de los tiempos
y, aconsejada por la verde salivilla
de un incuestionado animalito doméstico,
tacones admirables,
guantes parabrisas,
actúan con la naturalidad de un callista.
Roturas de vidriados tapices,
de sillas y de castillos de escayola,
de cascarones de huevos de avestruz.
La verdad es el azul o el cadmio.
El retumbar de las tinajas y el soplo asmático
tacones admirables,
guantes parabrisas,
actúan con la naturalidad de un callista.
Roturas de vidriados tapices,
de sillas y de castillos de escayola,
de cascarones de huevos de avestruz.
La verdad es el azul o el cadmio.
El retumbar de las tinajas y el soplo asmático
de las cacerolas,
se olvidan o se adormecen.
No existen palabras,
no existen silencios.
Las cornucopias se apoyan en las espaldas,
los hombros soportan bombines y flecos.
El vértigo es consustancial con el ajuste
se olvidan o se adormecen.
No existen palabras,
no existen silencios.
Las cornucopias se apoyan en las espaldas,
los hombros soportan bombines y flecos.
El vértigo es consustancial con el ajuste
de los cinturones.
Sin pies ni cráneo,
Cual esa canción en torno a las lámparas
Sin pies ni cráneo,
Cual esa canción en torno a las lámparas
de rasurado rostro.
Un ave deja caer sus pálidos huevos
a los pies de los escandalizados transeúntes.
Ni hoy ni mañana.
El galopar de las máquinas
inclina las melódicas visiones.
Se humedecen portales, garitos y chiqueros.
La niebla no socorre a las túnicas dispersas
ni la sombra del alcotán trae
otra cosa entre manos distinta
al cavar en la tierra.
Pon a buen recaudo
el humo de tu cabeza.
Flota en el horizonte,
Folio cernido rompe las hojas de la guitarra
Calle labrada ven al encuentro.
IR Y VENIR
Una apetitosa persecución de corzas bailarinas
fue el motivo
para que la parte superior de la dentadura
Un ave deja caer sus pálidos huevos
a los pies de los escandalizados transeúntes.
Ni hoy ni mañana.
El galopar de las máquinas
inclina las melódicas visiones.
Se humedecen portales, garitos y chiqueros.
La niebla no socorre a las túnicas dispersas
ni la sombra del alcotán trae
otra cosa entre manos distinta
al cavar en la tierra.
Pon a buen recaudo
el humo de tu cabeza.
Flota en el horizonte,
Folio cernido rompe las hojas de la guitarra
Calle labrada ven al encuentro.
IR Y VENIR
Una apetitosa persecución de corzas bailarinas
fue el motivo
para que la parte superior de la dentadura
de los dueños huyera,
antes de que la fiesta fuera ya un fracaso.
La piscina se lleno del polvo del camino.
Los escarabajos borraron su primeras huellas
y, uno tras otro,
el cordero de colmillos de jabalí y el hueco
antes de que la fiesta fuera ya un fracaso.
La piscina se lleno del polvo del camino.
Los escarabajos borraron su primeras huellas
y, uno tras otro,
el cordero de colmillos de jabalí y el hueco
recuerdo de las perinolas
estuvieron presentes.
Miedo, miedo a naufragar y sobre todo miedo
a ir más allá de lo que permite un empujón
estuvieron presentes.
Miedo, miedo a naufragar y sobre todo miedo
a ir más allá de lo que permite un empujón
de columnas.
Lo que es el sonido del entrechocar de vertederas
Lo que es el sonido del entrechocar de vertederas
o de labios de bronce
o las no peligrosas palmadas de la pala y el bieldo
cuando el grano es surtido,
canela, fuego y azafrán.
Peripatético ir y venir
desde la piedra lunar hasta el extremo
o las no peligrosas palmadas de la pala y el bieldo
cuando el grano es surtido,
canela, fuego y azafrán.
Peripatético ir y venir
desde la piedra lunar hasta el extremo
de la otra canción.
Canta, loca mía,
canta lo que quieras
rozaré tu piel con las
caricias de las plumas,
caricias de las aguas,
de las fuentes surgidas
por un golpe de tos.
Canta, leona de los amaneceres,
desenreda los ligamentos de la ciudad,
limpia tus rodillas y vete más allá de donde los juncos,
a ras del suelo,
juegan con la mariposa y la rana,
con la abeja y el abejaruco mecánico.
Canta, leona de los amaneceres.
Pon tu cabeza donde los pies estarían más calientes
y llévate cuanto a mano tengas en el diván.
Allí donde son más altas las montañas
Canta, loca mía,
canta lo que quieras
rozaré tu piel con las
caricias de las plumas,
caricias de las aguas,
de las fuentes surgidas
por un golpe de tos.
Canta, leona de los amaneceres,
desenreda los ligamentos de la ciudad,
limpia tus rodillas y vete más allá de donde los juncos,
a ras del suelo,
juegan con la mariposa y la rana,
con la abeja y el abejaruco mecánico.
Canta, leona de los amaneceres.
Pon tu cabeza donde los pies estarían más calientes
y llévate cuanto a mano tengas en el diván.
Allí donde son más altas las montañas
que la misma circunstancia
de contemplarlas en la noche.
de contemplarlas en la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario