Günter Kunert
(Berlín, 1929) Escritor alemán. Es uno de los poetas más notables de su generación. Residió en la RDA hasta 1979, fecha en que se trasladó a Berlín Occidental. Es autor de poemarios (Apuntes en tiza, 1971; Naturaleza muerta, 1983) y de obras narrativas (En nombre de los sombreros, 1967; El centro de la tierra, 1975; Camera obscura, 1978).
POEMA DEL POEMA
Más que un poema
es por ejemplo: Ningún poema,
pues el Nopoema vive
como suave tibieza de la inspiración:
sentimiento ambiental
de la gota en el agua.
El cuerpo se siente protegido.
El corazón no siente nada.
La balanza está equilibrada.
La plomada cuelga en silencio.
El poema es estado,
pues el poema destruye
en tanto
surge de sí mismo.
Cuidado con los espejos, 1970.
Traducción de José Luis Reina.
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EL VIEJO (I)
recuerda:
una vez me senté
en un banco, al borde de un lago.
Crepúsculo. Una suave brisa
nocturna. Mi príncipe
atravesó estas aguas
alguna vez; el temido rey, el
caudillo, triste y
solitario. ¿Qué habrá sido de mis
galgos? ¿Y de mis cajas de rapé
y otras preciadas
pertenencias? ¿Y de Prusia?
¿Y de Silesia? Y de Potsdam?
Las olas retroceden, la historia
también se detiene, un silencio
circunda, como bien lo sabes. Sólo
las miradas de los cuerpos vivientes
saben más acerca de la historia
sin límites
de lo por venir.
EL VIEJO
nota: tiene
un doble. Y
otro. Y muchos
más. Sólo tristes
imitaciones. Como
si un espíritu maligno quisiera engañarme.
Donde quiera que vaya, ellos siempre
van por delante de mí, rengueando
gimiendo y gruñendo,
obsesionados y
amargados. Copias del yo original,
defendiéndose con un enclenque
saludo, indefensos contra
el subterfugio del
desalmado calendario.
EL VIEJO
deja que el globo terráqueo rote.
El planeta está hecho de cartón,
lo he sabido desde siempre. Polvoriento
e infestado de alimañas; pero bonitamente
coloreado. El globo se detiene lentamente.
Allí – allí hay una mancha blanca, hacia ella
me siento atraído, hacia el domicilio de lo
desconocido, donde en contraste
con la inconsolable significancia
la insignificancia ofrece consuelo.
EL VIEJO
se ha vuelto olvidadizo.
Y escribe en un papelito:
“¡A partir de mañana, práctica de memoria!”
sólo para buscar el papelito
en vano.
[I] Federico II “El Grande”, rey de Prusia (1712-1786)
(ALPIALDELAPALABRA)
El milagro
Una voz me habla
y no dice nada.
Contactos incidentales. Con este fin
persistió la ameba desde del barro.
El cantábrico pasó como la era terciaria
como el paleozoico como la semana
pasada. Cada día se pierden
eones sin percibirlo. De nuestros días en la Tierra la huella
esqueletos en combinación cambiante.
Tyrannosaurus rex conoció
la postura erguida mucho
antes que Ernst Bloch. Algunos creen
en el milagro
de un momento. En la resurrección
a través de la imposición de manos. En el poder
de los sonidos a través de la vibración de las cuerdas vocales.
En todo lo prometedor
incidental insignificante.
Mariscos de aguas abisales
Admirado examinás: qué es la vida
de cal y lo conseguís sin modelo.
¿Qué se esconde detrás? ¿Qué afán?
Esta es la envoltura: ¿Dónde la fuerza?
Querido: sostener ese ejemplar en el oído.
Sólo se escuchan murmullos. Sí, estás preparado
durante la escucha atenta desenvolver una corazonada:
así y no de otra forma sonaría el infinito.
So und nicht anders. Ausgewählte und neue Gedichte, Carl-Hanser-Verlag, Múnich, 2002
Versiones de Silvana Franzetti
Das Wunder
Eine Stimme spricht
zu mir und sagt nichts.
Beiläufige Berührungen. Zu diesem Zweck
quälte sich die Amöbe aus dem Schlamm.
Das Kambrium verging wie das Tertiär,
wie das Pleistozän, wie die letzte
Woche. Täglich gehen Äonen unmerklich
verloren. Von unseren Erdentagen die Spur
Skelette in wechselnder Kombination.
Tyrannosaurus rex kannte
den aufrechten Gang lange
von Ernst Bloch. Manche glauben
an das Wunder
eines Augen Blickes. An die Auferstehung
durch Handauflegen. An die Macht
von Lauten durch Stimmbandvibration.
An alles Vielversprechende
Beiläufige Nichtssagende.
Tiefseemuschel
Bewundernd musterst du, was Leben
aus Kalk und ohne Vorbild schafft.
Was steckt dahinter? Welches Streben?
Das ist die Hülle: Wo die Kraft?
Bleibt: Solch Stück ans Ohr zu halten.
Man hört nur Rauschen. Doch du bist bereit
beim Lauschen eine Ahnung zu entfalten:
So und nicht anders klänge Ewigkeit.
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