OBI NWAKANMA nació el 18 de diciembre de 1966 en Ibadan, Nigeria. Poeta, periodista y profesor, graduado de la universidad de Jos en Nigeria. Autor de Thirsting for sunlight y The Roped Urn, su primera colección de poesía, ganadora del premio Cadbury de Poesía otorgado por la Asociación de Autores Nigerianos en 1996. Actualmente se encuentra en una etapa avanzada en la escritura de The Stifled Sneeze, una biografía del difunto poeta Christopher Okigbo que murió durante la guerra de Biafra. Sus poemas y artículos han aparecido en varias publicaciones y columnas. Periodista reconocido para revistas como "Vanguard", "Newsweek" internacional, la revista “Independent” de Sudafrica, entre otras. En su primera colección poética publicada en los E.E.U.U., tenemos la voz del viajero, navegando bifurcaciones, y el alma de un místico, arraigada en la cultura vibrante de su gente. (…) Es este un poeta que fabrica mitos en una época de prosa y poesía política. Aquí está el sueño de un pintor de la poesía palpable en color y detalle, si de deidades o de limpiadores; la poesía ferozmente viva con Agwü, eke y Afö. "Escribo, pidiendo prestado el mundo místico rápidamente perdido del Igbo, traduciendo dentro de él una visión contemporánea de la condición de la sociedad: las contradicciones del poder, la tragedia de la violencia, tales cosas. También escribo sobre esa parte de mi vida que es pagana - mi amor por lo sensual, el placer de los sentidos. Después de todo, Agwu es mi avatar creativo, y él ama al vino y a las mujeres."
POEMAS DE OBI NWAKANMA
MAÑANA DE SÁBADO
Al mediodía, ya habíamos pintado el cosmos,
Y lavado la pintura seca de nuestros dedos.
Pusimos la mesa para el café,
Y llenamos el jarrón.
Recreamos nuestras destrezas en parte como victorias,
Y en parte como una sucesión de accidentes pospuestos,
Para añorar a las mujeres con quienes nos entreveramos,
Para detener la pesadilla de una vida sin sentido,
Y para balbucear la ebria verdad:
¡No se puede vivir sin amor!
VEINTINUEVE PASOS
Puede ser una señal, cuando forcejeas
Con el cordón umbilical – el poder que te conecta con la tierra,
Con la matriz. Niño, el ciclo de la sangre
Me abruma: hoy, celebramos con el aliento oprimido,
Veintinueve pasos desde la tierra de los espíritus.
Tu acercamiento a través de una noche azotada por los vientos,
A través del corredor primordial,
Es una cronología que me llena de temor.
Es la danza de la tierra que me estremece.
Es Petah Tikvah hoy en día. La cicatriz que aún permanece
En el alma. Una niña ardió en el infierno.
Su grito no puede ser enterrado en una tumba.
Y he soportado sobre mi alma agotada,
Los gritos de quienes yacen en tumbas sin marcar.
La voz de la muerte porta una verdad olvidada hace mucho:
“El futuro son los restos calcinados de otro día.”
En Nablus – en el campamento del tedio –
Hay tan sólo horror en los ojos de una madre,
Como el viento, inflada por estos vívidos momentos,
Estalla en un canto.
ORFEO A LAS PUERTAS
¡Oh Niño!
He reunido epifanías como una religión,
Escrutando cada borrador de mi autobiografía,
El dosel de las narraciones,
Las inscripciones del hierofante, como si fueran signos mayas.
He escogido una fecha para tu llegada.
He construido un pesebre con una constelación
De cartas de amor.
Te he dado un nombre.
ii
Hay un período de absorción, y
Uno de olvido –
Un momento para canturrear con las maracas
Y para brindar con cerveza escarchada –
Un momento para mostrar el brillo de mis zapatos de charol –
Para danzar de nuevo con las huríes de Ayilara *
iii
Esta intoxicación, me dije, es como
Acercarse a la muerte de la palabra. Una conmoción
Que desconcierta a la sed. La naturaleza lírica
De la alegría es como la primera sonrisa de un bebé.
Ese arco de neón que da forma al mundo.
* N. del T. En la religión islámica, una hurí es una bellísima doncella virgen de ojos negros, de cuya compañía en el paraíso todo verdadero mahometano gozará tras la muerte. Estas doncellas, que tienen el don de la eterna juventud y están dotadas de toda suerte de encantos, simbolizan para algunos musulmanes la eterna bienaventuranza.
Traducciones de Ricardo Gómez.
FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE MEDELLÍN
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