Nacido en Madrid en 1957. Licenciado en Derecho y publicista. Es Vicesecretario de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles y coordinador de su Departamento de Actividades Culturales. Crítico literario y crítico de cine y teatro. Emilio Porta es autor que cultiva todos los géneros: es poeta, narrador, compositor, letrista. Es miembro del consejo de redacción de Mirador, Revista de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Galardonado con el Premio de Poesía Blas de Otero, Majadahonda 2010, por su libro Corales. Entre sus poemarios figuran: Compás de espera, Porlock, Anamarel, Diario despertar y Tomo secreto. Ha publicado los libros y cuadernos de viajes Trondheim, The Welsh Country y Travesía de Alfama. Es asimismo autor de la novela Destinos y Caballeros.
Durante varios años ha trabajado como creativo publicitario, siendo el creador del nombre y logotipo del tren español de Alta Velocidad: AVE. Como letrista ha grabado más de setenta temas de canciones editados en España y México. Viajero y conocedor de diferentes culturas, ha realizado estudios sobre literatura española y de lengua inglesa. Ha sido profesor de español en las escuelas de Tiverton y Crediton (Devonshire, R.U.) y ha pasado tiempo en Estados Unidos y Australia, donde ha impartido cursos y seminarios.
Tanto en la Poesía como en los demás géneros literarios que practica, Emilio Porta siempre plantea cuestiones de fondo. Sus escritos presentan una fuerte carga conceptual que, a su vez, potencian la emoción y los planteamientos estéticos.
EL NOMBRE
En realidad,
el amor,
es una perversión
del lenguaje,
la sombra de cristal
de las palabras,
la luz escondida
detrás del último
temblor de oscuridad.
No hay amor,
sólo su nombre,
el borde de sus sueños,
la escasa consistencia
de sus sílabas.
Es el concepto
lo que cobra existencia
cuando la realidad
se olvida
detrás de lo vivido.
El nombre.
Sólo el nombre.
Lo único probable.
Tan sólo el nombre del amor.
AVERROES
Si la Divinidad
sólo conoce la especie,
no el individuo,
el poeta es un error
de la Divinidad,
una corriente fugitiva,
un desertor
de los designios
universales.
Y cada palabra,
cada gesto,
cada acto de piedad,
es una pequeña rebelión
contra el orden cósmico.
Sólo el Hombre es capaz
de descubrir la esperanza.
Sólo él es capaz de proteger
el descubrimiento del alma.
Averroes,
destruidos sus sueños
por sus propias reflexiones,
murió defendiendo
el sentimiento trágico
de la sabiduría.
Tratando de alejar al Hombre
de la crueldad de su destino.
GABARDINAS
Amo las gabardinas.
Gabardinas paseando por un parque,
gabardinas paradas en un café.
Cuando camino por el Otoño,
envuelto en una gabardina,
siento que pertenezco
a un mundo extraordinario.
Un mundo de seres extraordinarios
envueltos en gabardinas ordinarias.
Gabardinas a veces gastadas de compañía,
a veces circundadas de soledad,
que son siempre
espíritu del paisaje gris y luminoso
que atravesaron sus portadores en la huida.
Porque, y este es el gran secreto
de los que llevan gabardina en el Otoño,
todas las gabardinas son retazos
de un pasado del que no queremos
marcharnos definitivamente.
PUNTOS SUSPENSIVOS
Combino aposta versos pares e impares.
Por rebelión, capricho de la vida.
¿Codificar la inercia de la huida?
¿Enseñar a la sangre a circular,
a elegir los caminos de regreso y de ida?
Quedaos en las arrugas de la Literatura,
planchad bien los poemas,
y ponedle corbatas a las rimas.
Música del vacío. Estirad las palabras,
para que, exactas, quepan en la nada.
ARCHIVO
Guarda ese pequeño lugar en tu corazón
donde limar el absurdo de los sucesos.
Presérvalo de la mirada del cerebro,
en el azar caliente de los sueños.
Deja su espacio como la habitación propia
donde se guarda el diario íntimo de los deseos.
No abras su puerta a extraños.
Allí duerme un niño que crece y se descrece.
Allí están los juguetes desbaratados y olvidados.
Y las hojas amarilleadas de una primera redacción.
Y allí, en la imaginaria consola de tu mente,
el archivo lleno de apuntes sobre lo imprevisible,
el cheque pagado por vivir,
el recibo por habitar la Tierra.
Guarda, guarda ese pequeño lugar en tu corazón
y no digas nunca que está amueblado
con el paso de la incertidumbre,
ni que esconde la ceniza, resto de la hoguera
de los sentimientos.
No les digas tampoco a los contadores de lo útil
que los cachivaches tienen historia,
que los retratos están vivos,
que los huecos tienen rastros de alma,
que tu casa es de arcilla y terciopelo
y con llaves de aire cierras sus secretos.
PUBLICADO EN EL LIBRO "DIARIO DESPERTAR " (2005)
EN EL FINAL DE BLADE RUNNER
Perdidos en el espacio infinito
de las estrellas y los meteoritos,
viajando entre la nebulosa clara y oscura de los sentimientos
se encuentra el mundo por llegar,
el mundo de las preguntas todavía sin respuesta,
en el que seres que viajan en nuestra imaginación se unen a nosotros
para acompañarnos en el descubrimiento.
En una imaginaria nave de cobalto he llegado a un planeta gemelo de la Vida. He hablado con Lone Rider y me ha contado que sus días se acaban, pero que aún vivirá en el recuerdo.
Allí estaba también Ella, mi pequeña androide, mirando en el silencio y esperando la decisión del Cielo.
Ella, callada y detenida, bajó los párpados ante el destino.
Luego, se quedó prendida en un presentimiento: los sueños sólo andan despacio por las calles de la mente, pero se deshacen con la realidad. Tomé su mano para compartir el presente, ya que el porvenir no existía, y Ella, a pesar de su corazón fabricado de recuerdos, hizo desaparecer el frío de mi existencia.
Una canción celta empujó de nuevo la nave hacia el Universo. Y Lone Rider y Ella, se quedaron en aquél planeta, lejos para siempre.
DE "CRONICAS DE CINE"
DESNUDEZ DEL MAR
La desnudez del mar
oculta el alma.
El mismo espacio
inabarcable.
La misma fuerza
capaz de doblegar
lo concreto.
La misma calma
capaz de recoger
lo invisible.
La desnudez del mar
no tiene límites.
Es un cuerpo de agua
que brilla con el sol
y en la sombra se esconde.
Un cuerpo lleno
de otros cuerpos.
Como la vida,
que funde el misterio
y lo explícito.
Y el fondo cubre
toda su superficie.
La vida que se mueve.
Y quieta camina
en el giro que todo lo contiene.
LAS DOS CARAS
La Belleza se defiende de la Crueldad
mostrando formas y colores.
Enseña el cielo el azul sin mostrar
el ave muerta por el águila.
Enseña el bosque sus ramas,
sin desvelar la caza del ciervo por el hombre.
Y el desierto muestra su luz,
pero esconde el veneno de los alacranes.
Es la vida. Que trata de ocultar la muerte.
EL LENGUAJE
Y así vamos todos,
caminando,
tratando de dejar
piedra sobre piedra,
escribiendo
un único poema colectivo,
infinito y eterno,
desde la creación del lenguaje.
Ese poema es la Palabra.
La Palabra que es todas las palabras.
El instrumento al servicio de la idea.
Que es la misma idea,
pues no puede nacer la hija
sin la madre.
¡Oh poderoso lenguaje,
tu eres el Creador!,
pues, desde el miedo y la necesidad,
creaste la conciencia.
Sin ti no hay referencia de lo Humano.
Sin ti sólo somos una mísera especie.
Tan extraña como las otras.
Tan animal como el nombre que les damos.
Es nuestra la Palabra. Es de todos.
En el idioma de cada territorio.
En las formas de cada época.
Nadie puede adueñarse de su uso.
Aunque seamos nosotros,
los arrogantes esclavos de la vanidad,
los que señalemos su valor.
El mamífero herido por el rayo de la Luz,
el ser que habla,
capaz de crear con Ella,
de pensar, vivir, soñar.
Y que, en su dolorosa pretensión de Eternidad,
desea habitarse en su propio instrumento.
Y junta las palabras en sus códigos,
para que el tiempo no le destruya.
Creador, dándose a si mismo la vida,
el Verbo se hace Hombre.
DESIGNIOS
Yo cambio los designios
Yo abato los conjuros
y desvío con mis manos
la fuerza oculta
del giro de los astros.
Soy su dueño,
no su poseído.
ANTESALA
Uno está ya buscando la vida
del regreso.
La distancia focal
de los primeros sueños.
El lento e imperceptible recorrido
de lo efímero.
Uno está entretenido
en dibujar los mapas,
en elegir las rutas,
y el tiempo, se echa encima.
Se nos coloca encima
como un pesado abrigo
guardado en un armario
cerrado de la casa,
una prenda callada,
llena de ingratitud.
Nos habla de la edad.
La propia o la inventada,
las horas y los años guardados
para luego.
Y ese luego, no existe.
Es el pasado mismo,
lo que siempre ha ocurrido,
lo que queda detrás
de cualquier biografía.
Un amor, un deseo, una estancia, un viaje,
unas fotos que apenas desliza la memoria.
Ese luego es ahora,
es continuo presente.
Y lo que, ingenuamente,
llamamos antesala o creímos peldaños
de una apuesta futura, se nos viene
a las manos como la única vida.
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