domingo, 27 de junio de 2010
209.- ÁLEX PAUSIDES
Alex Pausides, nació en Manzanillo, Cuba, en 1950. Su infancia transcurrió entre las estribaciones de la Sierra Maestra en una zona llamada La Manteca. Muy joven decidió soltar sus amarras y echarse a la mar de la poesía, quiero decir, que todavía con una pelusilla como barba en sus quijadas afiladas, empezó a pintar con palabras el aire de los riscos desde solía ver la hondonada donde nace el arroyo de la sierra, y en lontananza, la línea azul del horizonte.
Poco a poco diose a conocer el muchacho con unos versos firmes cargados de un lirismo inusual por esos tiempos. Contra viento y marea -estaba en boga la poesía coloquial en los inicios de los setenta- afiló su espada poética en un duelo de tropos donde defendía a ultranza la imagen prístina y bucólica frente a las prosaístas soluciones poéticas del coloquialismo.
Aquello fue un movimiento que se llamó Poesía de la tierra y que tuvo entre sus representantes a Alex, Roberto Manzano, Raúl Doblado entre otros.
Todavía lo recuerdo con una corta veintena de años durmiendo en un sofá cama que yo tenía en mi casa de Clarín y San Basilio, en Santiago de Cuba, adonde solía acudir a pasar los fines de semana cuando le soltaban en el Hospital donde convalecía de una triste enfermedad, felizmente superada.
Después nos vimos en Manzanillo junto al pintor MOA y Emelicio Vázquez, el autor de La poza en uno de esos tan sonados homenajes que por entonces se le hacían a Manuel Navarro Luna. Y ya para entonces Alex era casi una leyenda.
Pasaron los años y me lo volví a encontrar en La Habana donde vicepreside la Asociación de Escritores de Cuba. Esa vez me regaló un hermoso libro Ensenada de Mora donde una de sus secciones me la dedica a mí. Y eso fue una sorpresa después de tanto tiempo.
Ahora Alex organiza cada año a fines de mayo el Festival Internacional de Poesía y escribe apretando la pluma como hace treinta años, como cuidando que nadie le arrebate el arma con que hacer el oficio.
Su bella relación con Aitana Alberti es otra de las formas de hacer poesía, porque, ¿qué cosa es la vida sino poesía si se vive intensamente?
Entre sus libros: Palabras a la innombrable (1992), Cuaderno del artista adolescente (1993); La Casa del hombre (1996). Ha sido traducido al francés, inglés, italiano y ruso e incluido en algunas de las más importantes antologías de la poesía cubana. Ha incursionado también en el performance poético. Fue ganador del Premio de Poesía Gaceta, importante certamen que convoca la revista cubana homónima.
(Pedro Antonio López Cerviño).
BITÁCORA
Todo comienza el día que el mundo acaba
Las aves que alguna vez
cantaron serenas en los árboles de enfrente
comienzan a emigrar
Los días se acortan imperceptibles
y el agua gris de los crepúsculos cede el paso
a una noche que apenas llega
y es ya el misterio en las ventanas
No sé si han sentido esa falta de aire
que turba el equilibrio, ese temblor
en los músculos
El corazón queda exactamente en el abdomen
Uno debe estar listo para enfrentar
ese viento del sur que trae la ausencia
Rotas las amarras debe uno bajar de las naves
simplemente. Quemar las naves, un desastre
si tus pies no tocaron a fondo el continente
Fino y frágil fracaso en las manos flacas de la suerte
Bueno es hacerse a la mar detrás del cataclismo
Recoger del sargazo las ruinas, las fosforescencias ilesas
No detenerse a mirar los peces muertos
Aconsejable asir las algas dislocadas, los hipocampos truncos
Da coraje alzar las criaturas que rompió la tempestad
y no mirar al azul: que te da vértigos
No otear las estrellas
No tocar el cuerpo del viento, ese cómplice hipócrita
No mirar hacia atrás: las sirenas son bellas
inquietante la espuma de las islas
Ah pero yo ordeno el delirio
promulgo el horizonte sin límites
Indico al escándalo de las islas
qué fondos necesitan mis naos
Y nada de alisios
Nada de música de mar
Exijo catástrofes
Rones que intenten echar bruma en mi paso
Magias que me abran de nuevo a la inocencia
Blancos caballos de furia
que hollen la piel con sus cascos más duros
¿A ver qué mínimo dios podría doblegarme?
Vientos, vientos, tomen en mi pómulo
el grano fabuloso del maizal de mi sangre
Que la luz enferma no me alumbre
Ni me ampare la sombra
Yo anunciaré los caminos
las buenas nuevas que anoche trajo el verano
Yo traeré a la mesa las viandas más finas
Yo alzaré en los dedos el trofeo antiguo de la risa
Y estoy seguro será hermoso
LLAMAN DESDE ALGÚN SITIO FELIZ III
Que no se diga Pedro Ángel
por aquí te queremos
deja tranquila esa brizna de la adolescencia
su cojera sus mojados sobresaltos
ponte la suela
ábrete la menuda ventana del amor
entra al mundo que pasa fraterno ante tus ojos
véndele a la angustia
y endereza de una vez tu corazón
te llaman desde algún sitio feliz
responde tú
no tristes tanto ven y canta un poco
ALEJANDRA AMOR MÍO POTRANCA FELIZ
Alejandra amor mío potranca feliz
mañana recostada en la hierba
deja de secarte la memoria
aquel día en que abuela estuvo muy enferma
y nosotros nos medimos la ternura
remontamos el amor arroyo arriba
y dejábamos un hilillo de magia roja
temblando en la corriente
desgajada inocencia
terneza que resbala
mira ahí sale emelicio cantando
con la sierra al hombro y la infancia bajo el brazo
en su rostro arrulla un río
y hay un diminutivo tembloroso
en la distancia que hay de aquí a su corazón
ÓYEME
Óyeme
Ana teme
dice que se le desbordan las ternuras
y que sin poetas el mundo es un escombro
QUIERO UN MUNDO IMBATIBLE ENTRE LAS MANOS
Quiero un mundo imbatible entre las manos
que sea así como un gran espejo
al que puedan arreglarse las imágenes
CEREMONIAS IV
Ese ay tan ay
yo no lo quiero.
Al nacer lo desayuno
en la raíz de la garganta
Que se vaya.
Yo no lo quiero.
Ay no de dolor, nunca
Sí de pena por él,
que yo lo olvido.
LLAMAN DESDE ALGÚN SITIO FELIZ II
PERO MOA CALLA LA BOCA MUSICAL A ESE PINCEL
dame un verde para hablarte de esa venus
escapada del pecho del giorgione en 1532
para venir bajo la lluvia con su humo incontrolable
a enfermarnos la sonrisa
crepitar a cien grados en la suela
a despavorirnos la tribu
a dolerte cruel en el tintero
anda ponle una tapita a tanta rabia entre la voz
y cuídala que ese huracán te rompe a poco los andamios
y no hay oreja que resista el vendaval
mejor nos vamos a tu casa a tu niquero calleoscuro
de amigos muchachitas y un miserable hotel mirando al mar
te digo que iremos a embarrarnos de pudín
de ese olor que esgrime la madre en la sonrisa
y así bajitas las palabras
abrirle fuego a la última mujer
mordida ráfaga en el muro
y desparrámate regio como un ron
pero calla un momento ese pincel
que a esa frente se le vuelan las palabras
eh ven con tu brecha apágale la luz
ponte un candado habrase visto
XI (CEREMONIA)
Xi (ceremonia)
Ahí dentro se me anda
muriendo la tristeza
Yo la llamo le digo
no te asustes pero no
no me escucha le
restañan los dientes
pobrecita se le han roto
de cuajo los temblores
a migajas se le pudren
los huesitos
Que se muere de oscura
sin batallas
Que la risa
le alza un estandarte
Que no puede lidiar
ni convencerla.
SI VAS TRAEME UNA HUELLA DE TUS PASOS EN LA NIEVE
SI VAS TRAEME UNA HUELLA DE TUS PASOS EN LA NIEVE
y saluda a maiakovski y dile
tiene usted la palabra para siempre camarada
y a esenin que me cuide un abedul
Ceremonias I
Anoche las ternuras latieron en mi cama
suaves fieras
sábanas de paso.
Y me dejaron
halado el rostro
y en los ojos
dos avecillas frescas.
Me amanecieron
el sentir la piel
humedecidos.
Por eso ando el día
con esta cantaleta
con esta mojazón.
Cuídense.
Acharco.
La magia moja al pasar.
Ceremonias II
Y a la mansalva toco a la muerte,
tibio;
le saco músicas
del pómulo negruzco.
Y la blando luz
y ahora es un muñón oscuro
que atraviesa
la frase.
Topetón el suyo.
Ya no se pelea
sino a vida
con las cosas.
Le amansé tierno,
niñilo,
el hombro.
Y cantaría sin descanso en sus dominios.
Mi suela aliviaría la sed de las encrucijadas.
Pero qué canto más dulce le saqué del labio.
Qué canto más fino. Qué canto.
Ayer era manca,
le nací manos
y hoy saluda
hasta más no poder.
Me cuido de soñar
si no la sueño.
Mi vida le estalla entre los ojos.
Y ella se asusta.
Y en mi polvillo
rebelde y diminuto ellas se aman.
Ceremonias III
Si traspaso el veril
colindo con la infancia.
Ceremonias del zumbador
en los ítamos.
Rojez tibia al ojo.
Azucena, novia esplendorosa.
Jazmín del cabo, finísimos amantes.
Absorto. Quedo.
Me escabuyo en la noche.
Ceremonias V
Por qué pusieron su aleteo en mí.
Y lo aciago por qué
me lo doblaron
como una pócima
de muerte en esas voces.
Por qué obligarme
a latir
con ese brío
desesperado.
Por qué empañaron
mis visiones
de ese modo
y a golpes de magia
me mojaron
la sangre
de violencia
con volcanes que no eran
aludes
que ofrecer.
Ceremonias VI
En los janes
ha sollozado
un pájaro.
Qué ínfimo
desastre
anuncia.
En los janes
un pájaro en la noche
solloza y solloza
Ceremonias IX
Cisne.
Entré al pecho
y la encontré cantando.
Flotaban ojos magias universos
Y allí mismo
fue el canto de cisne
de la muerte.
Ceremonias X
Si me intenta
le rompo la crisma
le suelto qué ventorral
contra su andamio
la estremezco
la viejo
la bojeo
la contracanto
tendrá que irse de una vez
a alguna parte
aunque a entredientes
Yo no tengo la culpa
de que nunca me haya invadido
la vida
de tal forma.
Ceremonias XI
Ahí dentro se me anda
muriendo la tristeza
Yo la llamo le digo
no te asustes pero no
no me escucha le
restañan los dientes
pobrecita se le han roto
de cuajo los temblores
a migajas se le pudren
los huesitos
Que se muere de oscura
sin batallas
Que la risa
le alza un estandarte
Que no puede lidiar
ni convencerla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario