Alejandro Ruiz Morillas
(Granada). Poeta
Formado en teatro social en el Teatro de la Escucha (Sala Metáforas, Madrid), se dedica a la intervención educativa y artística con personas en riesgo o ya en realidad de exclusión. Es miembro de la asociación Iniciativas Educativas y de la plataforma A Desalambrar. Inicia su andadura literaria como autor de panfletos en el movimiento estudiantil y sociopolítico granadino.
Ha publicado ensayo y poesía en diferentes revistas, entre las que destaca la Revista Laberinto, así como los poemarios:
-18013 (Granada Literaria, 2005, accésit del II Premio Javier Egea), que busca interrumpir parcialmente la narrativa vigente sobre Granada en general, y el barrio de Almanjáyar en particular.
-Las mujeres no existen (Diesem editor / Gawron, Arozamena, 2009), parte de una serie de acciones de calle que desean evidenciar la violencia estructural de nuestra sociedad utilizando como símbolo las desapariciones y asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez (México).
-Ciudad refugio (2015, accésit del premio «Impresor José Andrade Martín»), que pretende cuestionar la naturaleza de las ciudades que se autodenominan refugio para las personas migrantes.
-@Alicia_Hot. Esdrújula Ediciones, noviembre 2015.
Junto a Alejandro Arozamena, es parte del movimiento Cubofuturismo ChaVacano, cuya definición no nos ha sido facilitada, pero puede relacionarse con una no siempre afilada y no siempre acertada denuncia de la violencia líquida de la narrativa sentimental que se impone desde la literatura dominante.
Faro nocturno
la poética de la forma de vivir nuestro vih
(Escorzo narrativo en ese sentido)
1
La noche que me lleva contra las rocas
... cubos sudados de hielo en whisky
discursos sobre una nariz molida
... sobre el estorbo de nuestros cuerpos en la vía
y cantan canciones.
La breve alucinación del lunar de tu cuello
se me cansan los bostezos
se me acaba tu dinero
es hora de cerrar,
... y lo intento.
2
Ahora, que ya no llueve
... tiritan humo
nuestras cenizas apagadas.
En unas horas,
... Granada se irá despertando.
Se sacará las lagañas que le duermen en los cajeros automáticos.
Circulen.
Llovió durante toda la noche en cenefas de tristeza,
el agua podrida que descansa
mojando el pelo de mi amigo
(nunca tuvimos
... dónde meternos).
Y la terrible necesidad que nos llevó sobre los adoquines
... desde donde hubo más barro que tragar
hasta tu falsa inocencia de horas muertas.
Y nos quisiste, mintiéndonos.
Y nos dejamos querer, no por lo que parecías
... sino por la mentira que eras
... que éramos los tres
allí
... entretenidos, cansados.
3
Les he hablado a los chicos
... Algunos querían ser reyes
Hemos charlado sobre precedentes
No fueron los primeros, eso lo tienen claro
Han decidido/acordado
dejarse morir en la plaza
Van a dejar que todos les vean convertirse en cadáver
Invitados
La fiesta la garrafa la huida
4
ciudad
te pertenezco
tal que cáncer.
5
mi amigo mojado valiente,
lo sabíamos
... no bebemos para olvidar, bebemos
para desaparecer
y tú
desapareces desde mi hombro pelado
que nos arrastren, que ya no estamos
un rayo oscuro que sonríe
... cuando hurgas a escondidas en mi bolsillo
vacío como el pasado
... pese a las inyecciones y medicamentos
tú nunca te curas
y yo me muero por tu sangre.
1
La punta de tu lengua
Horadando en el gozo del hueco
Que dejó el pudor al marcharse
Con qué naturalidad me bailas, ya descalabrado
cada mañana
qué gran ayuda me significa
este romance nuestro
para madrugar e ir a trabajar
tú ya sabes,
sexo pedernal
ciudad de magnates oleosos
puntual
Nada me cuesta sonreír maravillado
coloreado a puntos pop-art
la belleza está en todos lados
en nuestro interior,
es el jardín botánico de nuestra flora intestinal
Me he lavado la cara
pero mi esfínter dilatado
aún es la mejor ventana
al centro de mi alma
2
Cables pelados, trenzas de cobre al aire
son conexión que nos mantienen
en una misma habitación de mala gana
el día que se avecina, que se nos vendrá encima
descubrirá una nueva imperfección otro lunar poco erótico
y aún así, creo
vamos a buscarnos asustadizos en el vaho
Prendidos por una pose extraña
somos juguetes rotos
el uno del otro
Alejandro Ruiz Morillas. @Alicia_Hot. Esdrújula Ediciones, noviembre 2015. Prólogo de Amarna Miller. Ilustración de cubierta: Eva Vázquez.
FIN DE LA MÁSCARA /
COMIENZO DEL AVATAR.
1
Alicia_Hot: Ola, wapo.
Yo: Hola, ¿cómo estás?
Alicia_Hot: muy bien, cielo. Ke te apetece que hagamos??
A lo que nos hagamos.
Le llaman porno
pero no lo es.
Se parece más a un fumadero de opio.
O a un piso para yonquis en el centro.
Aquí
sólo venimos para engancharnos,
conectarnos para colocarnos
con sus palabras, nuestra dopamina,
nuestra puerta trasera, su distancia, mi vacío, su cuerpo.
Cuerpo - zoom.
La perspectiva
el aprendizaje que va por dentro.
No hay jeringuillas, ni papel de plata por el suelo.
Hay papel higiénico preparado en un lado.
Hay varios tipos de penes de plástico en el otro,
uno rosado con forma de gancho. Pero. Entre ambos,
corte - mitad - frontera - abismo - donde un espejo
la pantalla. Ella.Ella es Pantalla. Aquí,
donde la mirada
donde la espera.
Donde el punto ciego.
2
Alicia_Hot: Ola
Yo: hola
Alicia_Hot: No pensaba que fueras a volver.
Pero sí.
Vuelven.
Algunos vuelven. Muchos.
Y la buscas en Twiter, o en Google.
Y encuentras fotos de ella.
De su perro. De.
Posados caseros
comentados por seres como tú. Que.
Seres como yo.
@marcinho26 Hermosas tetas nena
Esa es la distancia. Como yo. Esa es la mínima distancia.
La mínima, pero no la más triste.
@Alicia_Hot os lo enseña todo hoy en su cam, chicos. Todo.
Se puede enseñar todo,
se puede aprender nada.
Se retiran las máscaras, empieza el avatar.
Donde te enseña el coño,
te esconde los ojos.
3.
No es un escenario
La pantalla. No es.
No es un teatro.
Es el escaparate para
nuestra trata.
QUÍTATE
1
Alicia_Hot: Ola
Alicia_Hot: Me pones la cam?, me gustaría verte
Yo: Quítate la.
Camiseta. Las bragas. Retira el tirante del.
Quítate.
Quítate. Quítate. Ábrete. Tócate. Clávate.Quitate.
Pero no basta con que
Alicia_Hot: Cielo, no soy un robot.
Tal y como están las cosas:
- Mecanografías exigente, pero con la izquierda.
- El cliente siempre tiene la razón, pero tendrá que tener también
- la historia. Una historia que le dé sentido al desnudo, una
- historia que una los puntos. Ya no es sólo cliente,
también es producto.
Una historia.
Metáforas cortas, de poco vuelo
tienes que amortirzar tus 50 €,
un relato exótico... no pises donde pisaron todos
inventas
un encuentro casual
de dos desconocidos que se chocan en el metro.
Está desnuda, leyéndote.
Tú la miras, buscas las palabras.
Improvisas. Se masturba.
Encuentras una escena
en la que él la fuerza a ella.
Le agarra por la espalda, no le deja bajar
aunque es su parada.
¿No es eso / en el fondo lo que
quieren,
no es ese el tono que quieren,
todas? ¿Quienes?
Las mujeres. Porque es una mujer,
porque al otro lado de la pantalla:
Alicia_Hot: Mmm... mira cómo me tienes.
Cómo la tengo.
La historia como cuento, se detiene. Continúa por sus propios medios.
Ya no es necesaria, porque. Ella sigue, su propio pene de plástico, su propio motor
su propia conexión su
La línea mental de tu chat escribe: es un truco.
Alicia_Hot: Estoy muy cachonda. Mira lo que tengo...
Es un truco. Es un truco vulgar. Alicia, el efecto
la fantasía
de suspender la pantalla.
Ella sigue. Te quieres largar pero ¿tus 50€?
Sigues,
quieres tu chute,
aún adulterada, la dopamina es dopamina,
la pantalla es pantalla. Finges.
Te corres antes. Ya no escribes.
Ya no crees. Ella está gritando,
te pones unos cascos. Te enseña
la mano
que chorrea
en su jugo.
Alicia_Hot: Mira lo que me haces.
Vas a cerrar. Tiene sus trucos, ahora también
tu dinero, y ya está. Un clic y ya. Y.
Tu mirada deja su cuerpo, busca la salida,
pero encuentra el espejo.
Lo que ella estuvo viendo todo este tiempo.
Un pequeño cuadrado allá abajo. Ventana. El instante paralizado
de un tipo triste, despeinado, en pijama. Cuyo rostro
reconoces. Eso
es
un trozo del dispositivo,
un plano conocido de un tipo. Uno, uno mismo. El
mismo. "No soy un robot". No, tú
no.
Hay hombres
también de este lado.
La palabra robot
viene del checo,
y significa esclavo.
2.
Alicia_Hot: ¿Sabes que una vez hice teatro? De pequeña, en el instituto. Era sólo una frase. Pero por ese papel empezaron a llamarme “la mujer pantera”. Porque iba con un vestido rojo. Y estaba muy orgullosa de ese nombre. ¿Sabes cuando te miran, y sabes que es como una película?
Puedes enseñarte. Puedes
correr te puedes dejar que sature los altavoces.
Tú la observas como observa el primatólogo.
Como el científico a través del microscopio.
Termina empapada, lo dice lo muestra lo escribe
acabó la función o no
entorno al orgasmo.
Cuando el yonqui se siente ser
humano, y fantasea ahora si.
Pero con verse
por leerse preguntando por todo esto
por cómo se siente
leerse
llamándolo trabajo
de sirena, llamándolo canto.
Pero no son estos cantos de sirena,
ni tú eres Ulises,
ni la guerra es la misma, ni la que tú quieres, ni la que tú dices. La guerra es otra.
Te cuenta su vida.
La lees. Puedes
leer su vida. Ya,
siendo una niña
le llamaron
“mujer pantera”. Ya
cuando las máscaras
reinaban donde hoy reinan
las pantallas.
Y, por primera vez,
reconoces sus pecas.
Y escribes sobre ellas.
EL DISPOSITIVO RITUAL
eyaculación - frustración - eyaculación - frustración - eya…
-eya- el circuito
de tus sesos. De tus euros.
“Y si no sabemos más gozar ni sufrir con el otro, pues no sabemos más qué es nuestro propio placer, y lo buscamos compulsivamente no como se busca una experiencia placentera, sino como se busca un misterio más allá de lo inalcanzable, frenéticamente, con rabia, con humillación”
Franco Berardi
Dispositivo ritual
que me vivo
para mantenerme unido
al
llamémosle
mundo.
Algo virtual
grita / manda / ordena
“¡Goza!”
mientras los ratones
clic - clic - clic
giramos en la rueda.
Y, como un fotógrafo desquiciado,
como un kineto-alien come plano,
me veo mirándome desde fuera.
Mejor que la ilusión de la libertad,
es la ilusión de la jaula. Mejor que escapar, es
escribir
la frontera.
PORNO YONQUI
Fantasía deviene en fantasma y
son las tres de la madrugada.
Economía de dos punto cero. La mecánica
de la trata. Engancharte a tu
propia dopamina lleva su tiempo.
Su propia carga. La pantalla
te mantiene te
las cuencas de los ojos,
enalzado o perdido o. Trama
en el océano hipertexto, hiperimagen, hiperpublicidad
de tías en tetas y griterío,
mitad empaladas mitad empalmadas mitad
arcasmo. Piensas que esto,
que algún día te debió gustar, es hoy
la otra forma del insomnio.
En los días de la tele no había yonquis.
Solo zombis. Un zombi deja pudrir su vida
en el hueco del sofá del salón. Las imágenes
solo pasan. Sin complicidad. Por tu parte, solo
podredumbre. Pero el yonqui
se pudre igual, se deshace igual,
mientras se arrastra,
suplicante,
por su dosis -dobel clic- post drama
post certeza
buscando algo que sacie
la sed, esta sed. Que vive
dentro. Bebes la sed por alguien,
por algún ser.
Ese, que se retuerce
hoy
aquí
para ti.
Entre las líneas borrosas.
CHATROULETTE
Nadie espera encontrarme, Roulette,
pero de corazón
puerta giratoria, ETT,
pase usted, señor,
que le aseguro cualquier cosa
menos que deje huella
ni aunque esté recién fregado
ni aunque se escriba un poema
ni aunque sean todos tíos
que te enseñan la polla.
La odisea romántica del siglo XXI:
encontrarte cinco veces
en un minuto
la misma barriga, los mismos pelos en el ombligo,
el mismo pene turco.
LA PESADILLA QUE SE MUERDE LA COLA
(PETENERA DEL DÉSPOTA)
Lo que no se dice de la tortura es que funciona
Naomi Klein
No hay noticia sin shock,
ni terapia de la conducta
sin reforzar y fijar
la memoria de nuestro dolor.
La ingeniería del espectáculo. Doctrina Pavlov.
No olvidarás el mecanismo del espanto.
Verás migrantes, titiriteros, desahucios,
poetas, raperos, y yo mismo y cada uno
en el mismo circo, payaso pobre con su
propio y personal número
de caídas y golpes
sin gracia. De servidumbre
voluntaria
a tu forma individual e intransferible
de cagarte de miedo, de esconder la grieta,
de alicatar nuestra habitación hasta el techo
con azulejos de pánico quieto.
De temblor estanco.
Tecnología emocional.
En el dispositivo televisivo del premio-castigo,
ciudadanos que a posta o accidentalmente
entregan su vida (entera) al escarnio popular,
al amedrentamiento del respetable,
que observa, con gesto de hueso y cal,
cómo apalean sus biografías
a ritmo de anuncio de compresas
a ritmo de audiencia
nacional, o la otra. Sí, la otra. Esa.
Ya no necesita de (más) violencia,
la impotencia es la violencia. Es ella. Sola.
“Cuando no
hay movimiento fuera, la historia
ocurre dentro” dice Chantal Maillard.
Y dentro, sí, pero de la jaula. Después de carnaval,
viene la ceniza. Y es importante que lo sepas,
que no olvides la lección, la tortura, el fundamento
de la ficción real de la tiranía:
después de soñar, nadie despierta. Después del sueño,
sólo pesadillas.
Porque señores en uniforme, armados,
custodian y exhiben
el corazón del mecanismo, del espectáculo.
El martilleo de las porras en los cuerpos
tiene un ritmo, una música. La banda sonora
de la película del siglo, prime time, momento
de gloria. Es el papel de tu vida.
Hay un guión para todo, siempre.
Que fueran vascos
los que enterraron a ETA, y vistan toga
quienes la mantienen viva y eterna.
Que vuestras marionetas de guante, lo eran,
pero no de guante blanco. Que al final de vuestros hilos
colgaban trapos,
y no seres humanos. Podría haber sido cualquiera. Por eso
alguien dijo miedo. Alguien dijo: yo no gobierno mi miedo.
[Ahí…
… ahí mandan sólo ellos.
En la habitación, en el interior. Donde la historia. Donde el pánico
tamiza las paredes, sella las grietas. Donde impide que entre
la voz de la vecina, el aliento de la gente que juega, crea y
lucha. Donde mandan ellos. Donde yo puse el candado. Donde
el terror cotidiano cubre el rostro, como un velo que huele
a muerto, sabe a muerto, y suena a canciones de.
Pero. (Sí, hay un pero).
Hasta en el interior de mi cráneo, donde todo está atado y
[bien atado.
Hasta en la prisión cementerio, panteón portátil de mis
[muertos.
Hasta en mi conciencia hueca,
existe un leve y viejo eco. Que permanece. Que resiste
sin nombre
para que no pueda traicionarle.
Sin lugar, para que no pueda dejarle al primer apretón del
[camino.
Existe una distancia al horror,
un paréntesis del escalofrío del precio de los hombres. Un
hueco.
Existe algo de mí que no pudieron tomar.
Pequeño, como una chispa en la oscuridad.
Irrelevante, como quien se para en seco
en mitad del caudal de la masa.
Existe un susurro de nana siniestra, petenera que
invoca a la muerte. Sí. A la perdición.
Un mantra que murmuras como un secreto,
que ni tú mismo te dejas escuchar. Sólo a veces…
…En mitad de la lluvia, de la gran tormenta.
Algo guardaste a salvo, algo
aún queda
cálido y seco. Un pequeño gesto que
en mitad de la noche, despierta. Una
necesidad animal de plantar cara
a las fieras.
Maté el grito de espanto cuando hicisteis preso a mi hermano.
Callé entonces. Pero ahora respiro.
Ganasteis ayer. Conozco vuestro frío.
Pero, creedme,
no lo tenéis todo.
Vuestra no es
la palabra “siempre”. Y si por la boca muere el pez
la pesadilla muere
ahora
se deshace
sólo por ese pequeño
movimiento, esa manía rara,
esas palabras que me sacan despeinado
de mis malos sueños, esa forma
de decir: eh, tú. TÚ.
Eh, tú, amigo.
En: Contra: poesía ante la represión. Coordinadora Antirepresión de Murcia. 2016
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