lunes, 6 de diciembre de 2010

2329.- MARC ALYN


MARC ALYN. (Reims, Francia 1937)
Es uno de los autores más reconocidos en Francia en la actualidad. Al menos, si nos centramos en los premios recibidos. Por ejemplo, el Gran Premio de Poesía de la Société des gens de lettres por el conjunto de su obra. Pero antes ya había recibido el Max Jacob con solo 20 años por Le Temps des autres (1956); el premio Engelmann por Nuit majeure (1968), el Apollinaire por Infini au-delà (1972). Y en 1994, el Gran Premio de Poesía de l’Académie française.
Sin embargo, su obra más reconocida, aparece a comienzos de los noventa, una trilogía poética titulada Alphabets du Feu (Los alfabetos del fuego).
El poema recogido aparece en L’arche enchantée (Editions Ouvrières), poemario para niños.


Jirafa

Cuando sea mayor, seré jirafa
Para estar bien visto entre los geógrafos.

Nada de elefante blanco, demasiado sucio,
Ni serpiente pitón o camaleón.

La jirafa es bella, una escala
Entre el suelo y el cielo, la hierba y el sol.

¿Mamut? Demasiado tarde, y marsopa demasiado lejos,
El camello pasa sed y el dinosaurio hambre.

¡Y cómo va la jirafa sobre sus patas!
¡Con un cuello más alto que el telégrafo!

El canguro boxea y recibe golpes,
Tiene bolsillos, pero está sin blanca.

No, decididamente, cuando sea mayor
Seré jirafa y viviré cien años.

Así la mamá tiernamente le dirá:
¡Eso es ambición, mi pececito!


Traducción: Ángel Gómez Espada

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El mar está allá a las puertas

El mar está allá a las puertas: oleaje viviente que modela
la luz
Camino vivo que se abre sobre el universo.
Por todas partes velas cordajes redes enmarañados
en el cielo.
Todo el mar está allá dócil entre las palmas
de la Ciudad.
Biblos invención del mar con su torre la inventa
la crea
Y su pueblo a la ola se parece: siempre
para agitarse para saltar
Sobre el espacio y sobre el porvenir
Mientras que sus profundidades abisales
Bullen de pulpos y de escualos.

Al extremo del muelle dorado para el que se acuesta
Yo miro a un pescador evocando a Neptuno con su
barba y su tridente.
Erguido en la vertical del agua él levanta su arma
Y la claridad en movimiento parece teñir de sangre
El tridente que se abate y
en el mismo instante
Sube hacia el cielo un gran pez-llamativo
Que se tuerce deslumbrante.
Momento privilegiado para marcar una concha blanca
Donde el mundo y el tiempo por deseo se mezclan
—Ahora el viejo dios ríe con todos sus dientes
Al sol para mascar lo que brilla como una naranja.

(De Biblos).
Traducción: Wilfredo Carrizales


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