Luz Macías nace en Madrid. Hija de padres muy lectores que la educan en el gusto por la literatura y la incorporan, desde la primera juventud, a las interesantes tertulias, políticamente comprometidas, cultas y liberales, de la casa familiar.
Ha cursado derecho en la UNED.
Su primer empleo fue en el Departamento de Expansión y Producción de la Central del Banco Urquijo.
Propietaria de Estudios Musigrama de Madrid, ha trabajado y vivido en el mundo de la música más de veinte años.
Comienza su andadura literaria de la mano de Alberto Cortez, con la presentación en el Ateneo de Madrid, del poemario “El Grito de la Mariposa” (Ed. Carena), en noviembre de 2.009. Actualmente se encuentra a punto de publicar un segundo poemario y una novela y prepara el guión para un documental histórico, sobre El Batallón Alpino del Guadarrama.
Ha sido designada para representar a su Editorial, junto con Felipe Aranguren, en el Encuentro de Poetas Latino Americanos celebrado en La Casa de América en otoño de 2.010. Ha presentado su primer libro en centros culturales y sedes de ayuntamientos de varias ciudades. Ha participado en los recitales “Diez Poetas Contemporáneas” (Los Diablos Azules, 2.010 Madrid);”La Noche de los Sombreros” (Bar Mad’Moiselle, 2.010 Madrid) y “Réquiem de Otoño” (Sacramental de San Justo, 2.010 Madrid) y exposiciones como las de “El Metro de Madrid” y “Salón de Otoño”, ambas en 2.010 Madrid. Incluida en la antología poética de Fernando Sabido “Poetas para el Siglo XXI” y nombrada miembro de la Academia de Artes y Letras de San Antón, fundada por Gómez de la Serna.
POEMAS INÉDITOS, SELECCIONADOS PARA
ESTA ANTOLOGÍA POR LA AUTORA
Los sueños
Los sueños nos traicionan,
cuando más firmemente
creemos haber cerrado
la puerta a la memoria.
Mientras la vida graba, sigilosa,
con buril afilado nuestra historia,
vivimos desatentos al recuerdo
que de pronto aparece;
nos asalta durmiendo.
Los sueños nos sorprenden
mezclando disparates,
se arrogan el derecho
de inventarse viajes
en mundos paralelos
donde habitan las cosas
que han quedado perdidas.
Una mano invisible
descorre las cortinas
del lugar del cerebro
donde están escondidas.
Las personas, los muebles, los olores,
los ultrajes, las risas, los amores,
aparecen entonces y nos miran.
De pronto, un ser querido
regresa de la nada
y nos llena, esa noche,
la oquedad dolorosa
que nos dejó en el alma.
Otras veces, se asoma
al balcón de los sueños
una horrible persona,
desterrada, olvidada,
y te ves impelida
a quererla de nuevo
El ser aborrecido
nos toma de la mano
y parece que llena algún vacío,
no existente, pero ni aún de la muerte
que quedó de ese amor,
dormida eres consciente.
Es tan dura la lucha
de tu pobre inconsciencia, dividida
entre lo que pasó
y lo que cree que sucedió, dormida,
que te lleva angustiada a despertar
y entre la duermevela
y sin abrir los ojos,
repasas mentalmente lo soñado
y aunque lo hagas sabiendo
que nada en realidad ha sucedido,
incomprensiblemente,
te descubres infiel al que está al lado.
Onírico mensaje del pasado
que es más que inoportuno, inapropiado.
Carpe Diem
(Aprovecha el Día presente)
Dicen los regresados que es una luz
que te sale al encuentro.
Yo, sin embargo, creo
que la muerte es oscura,
porque solo hay tinieblas
si te asomas al fondo
del pozo de la duda.
Aferrada al brocal, sin asidero,
te duelen las entrañas,
atormentadas por tu pobre miedo
y, no obstante, te sientes
atraída, de modo irresistible,
por la sublime incógnita suprema;
la que perturba la razón del hombre
que, aun sabiendo segura su condena,
cree burlarla eligiendo la ruta.
¡Pobre y mísero iluso!
En el fondo del pozo,
ó en la esencia del pomo,
ya sea de ajenjo, láudano ó cicuta;
indefectiblemente,
se encontrará en el seno,
turbio y amargo, de la arpía astuta.
Abrupta , caprichosa,
silente, misteriosa,
brutal, enamorada…
Sé que la inexorable
no anuncia, cuando viene, su llegada.
En el fondo del pozo,
ó en la esencia del pomo,
ya sea de ajenjo, láudano ó cicuta;
indefectiblemente,
se encontrará en el seno,
turbio y amargo, de la arpía astuta.
Abrupta , caprichosa,
silente, misteriosa,
brutal, enamorada…
Sé que la inexorable
no anuncia, cuando viene, su llegada.
Agradezco su lado inescrutable
e ignoro, como y cuando,
me dará la estocada;
aunque me consta que será tan cierta,
como que vivo y cargo
con la osamenta de mi propia muerta.
28 de diciembre de 2009
Zahorí
A Marina Gálvez
Encuéntrala, zahorí.
descubre la antigua fuente
que ya no fluye corriente
el manantial de mi agua, mi neblí.
e ignoro, como y cuando,
me dará la estocada;
aunque me consta que será tan cierta,
como que vivo y cargo
con la osamenta de mi propia muerta.
28 de diciembre de 2009
Zahorí
A Marina Gálvez
Encuéntrala, zahorí.
descubre la antigua fuente
que ya no fluye corriente
el manantial de mi agua, mi neblí.
Afora el caudal, zahorí
que está mi campo baldío,
yermo, asolado de estío.
Llega hasta el emanadero, mi cequí.
que está mi campo baldío,
yermo, asolado de estío.
Llega hasta el emanadero, mi cequí.
Colma la acequia, zahorí;
para que broten las vides
y se pinten de matices
hojiblancos los olivos, mi rubí.
Si la hallas, mi zahorí:
Te coceré dulces tortas
de almendra y ajonjolí;
te cubriré de romero,
de laurel y de alhelí
y te ungiré, por entero,
de mirra y de benjuí.
Tráeme el agua, zahorí
que el venero se ha secado.
Llena de trigo dorado
todo mi zaquizamí.
22 de febrero de 2.010
Fernando Sabido y Luz Macías
Cupido
Tensó el arco Cupido
y cobró mi corazón
con su cierta saeta.
¿De qué estaba impregnada?
que el venero se ha secado.
Llena de trigo dorado
todo mi zaquizamí.
22 de febrero de 2.010
Fernando Sabido y Luz Macías
Cupido
Tensó el arco Cupido
y cobró mi corazón
con su cierta saeta.
¿De qué estaba impregnada?
No sé, pero sospecho
que el veneno llevaba,
al menos, una gota
de sangre de poeta.
28 de febrero de 2.010
_______________________________________
El Grito de la Mariposa
Volver
Quieres volver al punto de partida,
dar cien pasos atrás, al infinito.
Pero, ¿no te das cuenta,
que es que ni el propio aire
nos va a oler a lo mismo?
Está cerrado el libro del pasado
y cerrado quedó;
yo ya no vuelvo a abrirlo.
Medítalo, comprende,
solo fuimos la una para el otro.
Ahora tú ya no existes
ni yo existo.
El girasol
A mi nieto Quino.
¡Qué bonita sería,
girasol de agosto,
si, como tú, tuviera
cuajadito de pipas
y orlado de pétalo
amarillo el rostro!
El grito de la mariposa.
(Soneto)
La mariposa desplegó las alas
y el grácil cuerpo se colgó del cielo;
la larva ¡al fin! pudo cumplir su anhelo:
que todos vieran sus mejores galas.
Y remontó montañas, sin escalas;
revoloteó la rama del ciruelo
y libó, de su hermosa flor de hielo
y del mar, las salinas de las calas.
Pero ella no sabía que su vida
era pequeña, que era corto el vuelo
y sintió una punzada en la caída.
Y gritó su garganta terciopelo.
Roto su corazón, cayó dormida
y el viento, suave, la posó en el suelo.
Las orquídeas
Florecen sus orquídeas
en retorcidas ramas imposibles;
porque es febrero
y nieva y sopla el viento en el otero.
Abundantes botones estallan día a día
en renovada orgía de coloridas flores,
en asombrosos murciélagos pequeños,
misteriosos y extraños, pero bellos.
Polícroma bandada
posada en el salón
de mi casa encantada
Una equivocación.
El teléfono suena
a la hora de la siesta;
(alguien inexcusable).
Es una voz madura, cariñosa.
-¿Qué haces, hija?...
dice en tono educado y adorable.
Medio dormida, le pregunto:
-¿Quién es?
-Creo que me equivoco.
-¿Es seis sesenta y cinco?
-No, es el seis dieciséis.
-Es un error, perdone la molestia.
-No se excuse, señora;
que tenga buena tarde.
Es más, le rogaría
que se equivoque usted más amenudo.
¡Ojalá me llamara a mí mi madre!
El paso del tiempo
He olvidado tus manos.
¿Cómo puedo vivir
si he olvidado tus manos?
Venecia y Stevenson
Me soñé capitana
de una nave pirata
en otra vida.
Bordeando su costa
arrié bandera,
tibias cruzadas, negra y calavera,
solo por ver Venecia amanecida.
Una tormenta en ciernes
entra por el estuario.
Agita gallardetes de colores,
góndolas y penachos.
El viento riza el agua,
se endurece el timón
y al frente de mi barco cabecea
tallado el mascarón de una sirena
El sol, en un recorte,
clava su espada de oro
en la panza plomiza de una nube
que avanza amenazante por el norte
Ese momento justo,
ese instante, atrapado
para siempre en el tiempo,
no lo olvido jamás.
Encapotado el cielo,
plomo gris derretido, el agua del canal.
Venecia misteriosa,
atormentada y en luz de amanecer;
cierro los ojos para volverte a ver
ediciones carena
c/ Alpens 8
08014-Barcelona www..edicionescarena.org
Presentar el primer libro de una colega está impregnado de responsabilidad y yo tengo el honor de asumir el reto. Sí, he dicho colega porque de lo que no cabe la menor duda es de que Luz Macías escribe poesía.
Tiene Vd. entre las manos un grito y una buena disculpa para viajar a algún recóndito lugar de su propia alma.
La poetisa, se acerca y nos acerca a sus más íntimos sentimientos, desprendiéndose del pudor, como acto necesario, para que podamos colarnos de forma literal en su vida. Estamos ante el paisaje de la pasión y la sensibilidad de una mujer-dama que no deja de ser ninguna de las dos cosas por quedarse corita ante el lector.
Dejémonos sorprender por unos versos que de forma culta, musical y elaborada, nos sitúan delante de un espejo de autenticidad, en la intimidad que regala la reflexión.
En clave de soneto titula este primer libro EL GRITO DE LA MARIPOSA. No me he atrevido, por otra parte, a indagar en la indudable metáfora que encierra este poema. Prefiero sacar con el tiempo y otros seguros títulos, además del conocimiento humano de la autora, mis propias conclusiones. Les invito al deleite.
José Miguel Molero Cid