viernes, 3 de septiembre de 2010

OKSANA ZABUZHKO [864]



Oksana Zabuzhko


Nació en Ucrania en 1960. Graduada en Filosofía por la Universidad de Kyiv Shevchenko. Enseñó cultura ucraniana y literatura como escritora en residencia en Penn State University. Becaria Fulbright en los Estados Unidos. Libros de poesía: May Hoarfrost (1985); The Conductor of the Last Candle (1990); Hitchhiking (1994); y The new Archimedes´ Rule, Selected poems, 1980-1998 (2000). Novelas: Extraterrestrial Woman (1992), The tale of the reed pipe (2000) y la muy reconocida Investigación de campo en sexo ucraniano (1996), que la estableció como una de las más controvertidas figuras de la Literatura ucraniana actual. A Kingdom of Fallen Statues, fue publicado en Toronto en 1996. Es coeditora de la antología From Three Worlds: New Writing From Ukraine (1996, Zephyr Press, Boston, Massachusetts). Ha ganado prestigiosos premios literarios. Por sus poemas vertidos al inglés recibió el premio de poesía del Global Commitment Foundation.



Director de las velas

¡Oh director de las velas!
Entre reflejos reverberan los ojos...
Negro entramado de sombras,
rómpete por un instante -

Sí, por el mínimo gesto con que él
se deshace de sus guantes
¡aceptaría aún más de mis trabajos
terrenales!
¡Director de las velas!
Venas y tendones tus brazos todos
Desnudos están cerca a los hombros
entre la incierta luz.
Oh, puedo sentir las falsas
y pegajosas sonrisas
Arrancadas de mi cara,
Del igual modo que los dedos frotan
el fundido residuo de las velas.
La estancia relumbra con un brillo
sediento,
Tu silueta se destaca, indeleble, aún al través
de unos párpados cerrados,
¡Oh director de las velas!
Y nadie las ve excepto yo,
Estas llamas con las cuales está cargado
el candelabro
como con balas lo están las armas.
En el asiento próximo
ronca un estúpido barbudo.
Frente a mí mullidos trajes exhalan
fragancias.
¡Oh director de las velas!
Y nadie te escucha excepto yo,
En este pasillo donde la gente cabecea
entre su propia vida.
¿Cuál es el meollo de todo esto, Maestro?
¿Quién lo precisa?
Mira en derredor - ¡estamos solos
en este pasillo!
"¡La primera vela apesta!
¡Lo que esta orquesta suya requiere
es un buen par de cohetes pirotécnicos!"
- En la oscuridad susurran voces
cual notas bancarias.
Sin parpadear, escruto dentro de las pupilas
doradas de las velas.
¡Oh director de las velas!
Sé que las mechas entorchadas
de tus dedos
En un momento inesperado flamearán
en pétalos de fuego viviente!
Oh, cómo saltará la gente desde sus sillas
chillando y gritando,
Cuando el chorro de las chispas desgarre
la cortina de la oscuridad,
Cuando como una antorcha humana
alcances el cielo raso,
¡Derramando furiosos fuegos artificiales
sobre sus somnolientos rostros!
Y cuando tus aún tibias cenizas hayan ardido
hasta adentro de los cerebros estancados
(Dios mío, ¿por quién?, ¿ante quién,
te has incinerado a ti mismo?)
Moldearé una vela delgada
Hecha de pura cera oracular,
Caminaré por la nave vacía del templo
y ascenderé al rellano...
Me desharé de mis guantes -
La negra trama de sombras se abrirá
por un instante en medio -
Y ascenderé hasta tu místico erguimiento,
como Director de la Última vela,
Hasta el instante en que yo sea reemplazada.


*

Desde esta especie de añoranza
Los huesos se convierten en flautas,
Desde esta especie de caramillo
Moldeado en arcilla al fuego
Desde esta especie de conocimiento
La vida misma se fractura
Y llamaradas
Se expanden bajo los pies.

Día tras día
De raíz arrancaba de mí todo
cuanto no te fuera indispensable.
Ahora resueno
Con el más ligero toque-leve, azul-plateado.
Soy hueca
Como una estatuilla China con las palmas
de las manos vueltas hacia arriba.
Alcánzame -
Soy ahora una pareja perfecta para ti.
Cuanto fue, nunca fue.
Idénticos somos en nuestra inocencia -
adentro ni una traza de lodo.
Los tiestos crepitan ligeramente
Cuando camino descalza, como la Sirenita,
a través de mi pasado.
Cráteres de bombas por doquier,
Fragmentos de trenes volados...
Si esto no es amor,
Entonces es una estrella que me golpeó
entre las cejas
Y me fijó a la tierra y no dejó nada en pie.
Si esto no es amor -
Nuestro mundo no es de Dios.

Desde esta especie de añoranza
La arena se vuelve fértil,
Desde esta especie de ansia
El río vadea los bancos,
Y las montañas se juntan
Con el gesto de un dedo.
Si esto es amor,
Lo que fue ya no cuenta.


Prypiat - naturaleza muerta *


Podría ser de madrugada.
La luz, como una sábana en pliegues
derramada.
El cenicero repleto.
Una sombra se multiplica sobre cuatro muros.
El recinto está vacío.
No hay testimonios.
Pero alguien estuvo aquí.
Hace un momento relumbraron
unas lágrimas gemelas
Sobre la pulida madera
(¿Vivió aquí una pareja?)
Un vestido sobre el brazo de la silla,
lleno hasta hace poco por un cuerpo,
Se disolvió en un rollo de tela.
Entra, husmea. No hay nadie aquí,
Apenas el aire que se respira,
como aplastado
Por un tanque.
Un saco a medio terminar recuerda
los dedos de alguien.
Un libro yace abierto,
marcado por una uña.
(¡Cuán sorprendente este silencio
más allá de los límites!)
Sobre la madera pulida, dos manchas.
Sobre el piso al pie de la silla una manzana,
mordida pero no oxidada.

* Prypiat es un pueblo abandonado
en el área evacuada en torno a Chernobyl


Traducciones de Rafael Patiño


Una definición de poesía

(Ucrania, 1962)

Oksana Zabuzhko
Se que moriré de una muerte obstinada-
Como quien ama la música
precisa de su propio cuerpo,
Que conoce cómo introducirlo
a través de las fisuras del miedo
Como a través del ojo de la aguja,
Que danza una vida completa con el cuerpo
- cada movimiento
De hombros, espalda y piernas
Misteriosamente rutilando,
como una palabra Sánscrita,
Músculos jugando bajo la piel
Como un pez en un estanque nocturnal
Gracias, señor, por darnos cuerpos.
Cuando muera, decid a los techadores
Que bajen las vigas y el techo
(Dicen que mi bisabuelo, un brujo,
escapó por esta vía finalmente).
Cuando mi cuerpo se haga liso por la humedad,
El alma entumecida, oscura y combada,
Se torcerá
Como una vena azul
en la clara de un huevo cocido,
Y el cuerpo se ondulará por los espasmos
Como la frazada de un enfermo,
que se le quita
Porque está caliente,
Y el alma se alzará para abrirse paso
La prensa de carne, castigo de la gravedad-
El cosmos,
Sobre el negro pozo del cuarto
Succionará su galáctico tubo,
El cielo rompiéndose en una inflamada
caída de estrella,
Y arrastrará al alma arriba, temblando
como una hoja de papel-
Mi joven alma-
El color de la hierba húmeda-
Hacia la libertad - Entonces
"¡Pare!" Grita, escapando,
En la frontera deslumbrante
Entre dos mundos-
Pare, espere.
Dios mío. Al fin.
Mira, es de aquí de donde viene la poesía.
Dedos crispándose por el bolígrafo,
Enfriándose, dejando de ser míos.



Clitemnestra

Tú no eres realmente una mujer

Agamenón regresa a casa,
Va subiendo las escalas, el sol
Está tras él, tintinea su atuendo de metal
Como un presuntuoso ídolo-guerrero,
las correas de cuero
De su armadura chirrean.
¡Sáquenlo, no lo quiero!
No quiero el olor animal de su boca,
O sus manos de uñas orladas de negro -
Esas manos
Arrancaron mi ropa como a un cadáver
en el campo de batalla,
Y debajo de las uñas los jirones
Y pelusillas de la ropa y cabellos
del crimen probablemente aún se pudren.
Quizás no soy realmente una mujer.
No quiero gritar y torcerme de mortal placer,
Clavada por su arma fulgurante en medio
de cantidades de apestoso sudor
Bajo una carga más arrolladora
que el Poder Real-
Bajo su cuerpo
Escurriendo sus pegajosos jugos letales
en mí - Odio
El quejido de puta en tono agudo
que de mi garganta escapará,
Odio la languidez que me embargará,
La nuez de su cuello pastoso sobre mí
Cuando abra los ojos. ¡Oh hijo de Atreus!
Así es como Troya, tendida, agonizaba
debajo de ti.
Elásticas y rápidas tus flechas
apuntan a toda cosa viva-
¿Es de cierva o de mujer,
esta sangre caliente
Chorreando por los muslos
lo que te hace vencedor,
Capaz de extraer sangre de un cuerpo
como un inocente el agua de una piedra?
No fue lujuria o brutalidad sino bestialidad
Haber conquistado a Clitemnestra, y a la Cierva,
a Casandra, Micenas y Troya.
Quizás no soy realmente una mujer.
Agamenón está llegando a casa,
y las sombras oliendo oscuridad
y sudor se están expandiendo.
Estoy fría.
Tiemblo al comprender: ¡Matar también
es un oficio!
Hilando, tejiendo
Destejiendo (como la mujer de Itaca),
frotando el cuerpo rosado de Aegisthus
(qué tiene que ver él con esto?)
Con aceite suavizante-
Estos son placeres para manos,
ocupaciones para manos - Pero no para
Las de una reina.
Ellas no son más nobles, por ejemplo,
que palpar hoyuelos.
Sería cien veces mejor escaparse
con algunos peregrinos,
Digamos, a Delfos, y hacerse Sacerdotisa,
Pertenecer a cada festín,
a cada lisiado que pasa,
Rendirme a esa fuerza sin rostro
Sin malevolencia
Omnipresente - Desviándose,
corriendo, inadvertida...
Oh, ¡cuán fría soy!
Tú asciendes las escalas,
con el sol a la espalda -
Oh endiosado, más endiosado,
más odioso, más tiránico
Es tu tranco subiendo las escalas
(cada paso pesa
un año de guerra Troyana) -
Oh ven más cerca, más cerca...
Deslumbrada por el blanco y el negro
- este dibujo de sombras, manchas
De sol sobre las losas de mármol -
Guardo en mi vista, con la fuerza completa
de mi imaginación,
Justo este pequeño cuarto
Donde la cortina es como un estallido carmesí
- cuando te paras tras ella,
Con un gesto señorial único
De mi mano, rígida con el frío
del obediente acero,
Yo mejoraré todo lo que has hecho,
Erigiré otro reino -
Un mundo sin Agamenón.

En la versión del gran poeta y dramaturgo 
ucraniano Lesya Ukrainka (1871-1913), estas son palabras dichas por Casandra a Clitemnestra cuando las dos se encuentran cara a cara en el umbral del Palacio de Micenas durante el retorno de Agamenón.



Carta desde la casa de verano
Querido-------,
La tierra está mohosa de nuevo.
Lluvia ácida: nuestros emparrados
de pepinos negros
Sobresalen de la tierra
como alambre rechinado.
Y no estoy segura de la huerta este año.
Necesita una buena limpieza,
Pero estoy temerosa de esos árboles.
Cuando paseo
Entre ellos, parece como si fuera a pisar
Algún animal muerto pudriéndose
en la alta hierba,
Algo con gusanos que se arrastra,
salgo sonriendo
Con insania bajo el sol caliente
Y los sonidos me ponen nerviosa:
Anteayer, en la espesura maullando,
El monótono chirrido de un árbol,
El escándalo interrumpido de los gansos -
todos constantemente
Estirándose por la misma nota. ¿Recuerdas
El olmo seco, el que un rayo convirtió
En un gigantesco hueso carbonizado
el último verano?
A veces pienso que se enseñorea
Sobre el jardín completo,
infectándolo todo con rabiosa insania.
¿Los arboles locos cómo actúan?
Tal vez corren con furioso arrebato c
omo tranvías descarrilados. En fin,
Guardo un hacha junto a la cama,
nunca se sabe.
Al menos las mariposas se aparean: Tendremos
Orugas pronto. Oh, sí, la hija del vecino
Dio a luz - un niño, un poco exagerado.
Tenía dientes y pelo
Ya, y podría ser un mutante,
Porque ayer, teniendo nueve días apenas,
gritó,
"Apaguen el cielo" y no volvió a decir una palabra.
Aparte de todo es un niño saludable.
Bueno, eso es todo. Si puedes salir
El fin de semana, tráeme algo para leer,
Preferiblemente en una lengua que yo no sepa.
Las que llamo mías se encuentran agotadas.

Besos, amor, O



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