jueves, 16 de septiembre de 2010

1120.- SÁNDOR WEÖRES


Nació en Szombathely (Hungría), en 1913. Murió en 1989 en Budapest. Su vocación poética se manifestó casi desde la cuna. Ya al final de la adolescencia, sus poemas eran publicados en Nyugat, la revista más importante de Hungría, editada por el poeta Mihály Babits. Comenzó estudios de Derecho en 1933, luego hizo año y medio de estudios de Historia y Geografía, y se doctoró en Filosofía y Letras en 1939, con una tesis sobre el nacimiento del poema.
Su primer libro de poemas, Hideg uan (Hace frío) fue publicado en 1934. Trabajó como bibliotecario en Pécs, y luego en Székes- fehérvár y Budapest, pero perdió el puesto meses después de que el partido comunista accediera al gobierno. Se le impidió publicar su poesía desde 1949 hasta 1956; vivió de sus traducciones.
Hondamente interesado en las culturas orientales, logró traducciones de clásicos como el Gitagovinda, reconocibles por su forma rítmica por los hablantes nativos. Como traductor de poesía fue invitado a Ucrania y a Georgia. Premio Baumgarten en 1936, Premio Kossuth en 1970. Publicó cerca de 40 libros, de poemas la mayoría.
Una profunda actitud de asombro y voluntad de experimentación ante el lenguaje y sus posibilidades expresivas, y una constante búsqueda de lo esencial de la condición humana y de las raíces de la cultura, llevaron a Weöres a crear una poesía honda, original y diversa. Capaz de una compasión sin fronteras, pudo ponerse en el lugar de variados personajes de la realidad y de su rica imaginación, oír las palabras que ellos pronunciaban, y traerlas de vuelta a su obra. En ella se recogen, no sólo las perennes inquietudes de los poetas de todo tiempo, sino sus propias vivencias históricas, las emociones de su contemporaneidad, transfiguradas y trascendidas.



Máscara Mortuoria

Era de azúcar,
me disolví en la eche del crepúsculo
-no digáis que no existo.

Pasé de una cuarto a otro,
de un cuarto coloreado
al cuarto sin colores,
desde las formas a los rayos.

Antes mi cara iba hacia la luz,
tambaleaba la sombra de mi espada en el muro.
Ahora soy luz
y si te pones frente a mí
trenzo un rayo en tu cara
y lanzo a la pared la sombra de tu espalda.



Si te preguntan quién eres, di:

Soy de lo mismo que el viento,
que la corriente de un río,
que el goteo de la lluvia,
que los vuelos de los pájaros,
que la pisada de alguien con zuecos sobre manera.
¿Es el viento de aire?
¿Son de agua el gotear y la corriente?
¿Es de pájaro el vuelo
y es de madera el ruido del zueco sobre tablas?
El viento se detiene,
no se detiene el aire
pero sin viento muere.
El pájaro se ha muerto,
tiene su cuerpo atuendo nuevo,
en mil formas disperso -
su vuelo no perdura
ni se pierde.
Más no sé de mí mismo
y para cuando sepa,
ya estaré por encima
de poder saber algo.
Aún no estoy entero,
y cuando pueda serlo,
ya estaré por encima
de poder ser yo entero.
Todavía no vivo,
y no voy a vivir:
más íntegro que en vida
seré después de muerto.-

Esto di, si te preguntan quién eres.



Del ciclo Tapiz de Retazos

*

Amigo que pretendes conocerme,
mira mi cuarto: no hay en él adornos
escogidos por mí; abre mi armario:
no hallarás en el nada especial.

Mi querida y mi perro conocen mis caricias,
pero a mí, ni él ni ella. Se acostumbró hace tiempos
mi guitarra a los montes y valles de mi mano,
pero de mí tampoco podría decir nada.

No es que me esconda -sólo que no existo.
Como los otros, sufro y hago cosas,
pero mi adentro, mi ser es no ser.

Amigo, yo carezco de secretos;
soy transparente como el vidrio. ¿Cómo
puedes creer, entonces, que me ves?


*

Aún no puedo del todo acostumbrarme
a tener panza, tripas y garganta
que lleno cada día de materia,
a causa de lo cual estoy viviendo.

Aún no puedo del todo acostumbrarme
a que tenga que ser tan importante
desear esto y evitar aquello,
y ser amado, y que me ames tú.

Aún no puedo del todo acostumbrarme
a encontrar feos o creer hermosos
tus órganos visuales o tus masticatorios,
ni al hecho de que hay vivos y que hay muertos.

Aún no puedo del todo acostumbrarme
a no poder imaginar el todo,
a que frente a mí bailen sólo partes,
a que tras ellas nada puedo asir.



El sino de esta noche

¿De quién es esta noche?
Cabecean fulgores.
Toda la ventana es pérfida,
El peligro, plateada sierpe, duerme.

Anda a tientas con blancos
y vacuos bulbos ciegos
quien tú serías mañana.
Le acecha un puente oculto. Apenas llegue,
su botella de vino resonará vacía
en las olas sin patria.
¿De quién es esta noche?



Pisoteo

"No existe Dios" sentencia el hombre de la greda.
"Flameando en torno mío, no hay sino lo cambiante."
Lo cambiante replica, mientras lo pisotea:
"¡Tienes razón, enano! ¡Tiembla: soy un gigante!"



Prae-existentia

Es Dios quien desde siempre te ha estado pensando,
en su mente se yergue tu ser como una roca.
¿Qué es tu vida de espumas frente a esto?
¿Y es que para ti acaso es un cambio la muerte?



Existentia

Me despierto: no soy quien antes era.
Duermo, y al ver el alba seré otro.
Mas vivo o muerto, por calles y tumbas,
soy quien recuerda y seré quien olvida.



Post-existentia

No podrás, vivo o muerto, descansar,
si antes no tejes tu color y sombra
en la tela infinita del amor,
sólo entonces será tuya la paz.



Tema con variaciones

Hoy es un día bello, todo un resplandor, los perros corretean por el borde de la fosa, todo el mundo está pasando espléndidamente el tiempo y suenan canciones hasta en la radiopatrulla.

Hoy es un resplandor bello, todo un tiempo, los bordes de la fosa perretean en el corretear, el día está pasando con canciones a todo el mundo y una radiopatrulla esplende hasta en el sonido.

Hoy es un corretear bello, todo un todo el mundo, los bordes de la fosa resplandecen sobre los perros, el tiempo está pasando espléndidamente el día y las canciones de la radiopatrulla están hasta en el sonido.

Hoy es un perro bello, todo un corretear, una radiopatrulla está cantando de paso, todo el mundo esplende sonando por el borde de la fosa y el tiempo resplandece hasta desde el día.

Hoy es un borde de la fosa bello, toda una canción, un sonido espléndido desde los perros y todo el mundo está pasando el día en la radiopatrulla, hasta el tiempo corretea con resplandor.

Hoy es un todo el mundo bello, todo espléndido, la radio patrulla corretea por el borde de la fosa y los perros resplandecen con sonidos hacia el tiempo, hasta el día está pasando con canciones.

Hoy es un espléndido bello, todo un sonido, corretear por el día de los bordes de la fosa, una radiopatrulla atempada resplandece sobre los perros. hasta todo el mundo canta sobre el pasar

Hoy es un pasar bello, todo un perro, una canción resplandeciente en el día, todo el mundo temporizando espléndidamente en la radiopatrulla, hasta el corretear está bordeando la fosa con sonidos.

Hoy es un tiempo bello, toda una radiopatrulla, un sonido espléndido en el corretear y todo el mundo está pasando perros en el borde de la fosa, hasta la canción diareia en resplandor .

Hoy es una radiopatrulla bella, todo un pasar, resplandece sobre el día espléndido y bordes de fosas perrunas suenan al corretear, hasta el tiempo todomundea cantando.

Hoy es una canción bella, todo un borde de la fosa, perros están esplendiendo sobre el pasar y correteando con sonidos resplandece todo el mundo, hasta el tiempo del día está en la radiopatrulla.

Hoy es un sonido bello, todo un día, la canción corretea por el borde de la fosa, una espléndida radiopatrulla resplandece en el tiempo y todo el mundo está perreteando hasta en el pasar.

Traducido por Rodrigo Escobar Holguín y Vera Székács

Las poesías pertenecen al libro EL REVERSO DE LA LUZ, Cuatro Poetas Húngaros, editado por la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Editorial Orpheusz, Budapest.

DE ENFOCARTE

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