martes, 14 de septiembre de 2010

1076.- JEAN JACQUES SEWANOU DABLA


Jean Jacques Sewanou Dabla nació en Benin en 1956. Vivió su infancia en Benin y Senegal y estudió en la Universidad de Togo. Profesor de Literatura obtuvo Master y Ph.D de Literatura. Entre 1977 y 1981 fue profesor de francés en Togo; entre 1981 y 2010, lo ha ejercido en Francia. Ha publicado 10 libros entre libros de poemas, ensayos y narrativa breve, algunos presentados en la página web www.harmattan.fr




Poemas de Jean Jacques Sewanou Dabla


LOMÉ

Se ha marchado
La fiesta de la infancia
Tan azul antaño

El mango del escamoteo
Lanza hacia el cielo
Sus brazos secos
Que se lamentan
De estos tiempos nuevos.

El terreno de juego
Hace un gesto gris
De vertedero
Y por más que tiendo la oreja
Tan largo como siete bambúes
No escucho la risa color malva de Coba
Ni los gritos de Bo Ga
Lucien Marcel Martine
¿Dónde te encuentras tú, qué es lo que haces?

La arena aquí
Entre mar y lago

Ha perdido la huella
De nuestros pasos de juventud

Y una TRISTEZA inmensa
Colorea
El cielo la tierra los rostros los techos
¡Hasta esta brisa bizarra
Que exhala el mar!

Cielos de Vértigos, Condé/Noireau
(France), éd. Corlet, 2001, 73 p.





VARSÓ

Entonces Varsovia
Canta: cóleras y dolores
Y Bucarest se enciende
De tempestades
Y de súbito se alarga
El horizonte de Berlín:

Un más allá del Muro
En los confines de los cielos de libertad.

Existió allí
El débil de vientre blando

Y el hijo de la mujer
Revestido de admirable voluntad
Existió allí
El Silencio-Pa-si-vi-dad
Del mundo libre:

Ningún depósito de petróleo
Danza debajo de la plaza de Tien An Men
Y las calles de Lomé
Brillan sin ningún quilate.

Existió
el flojo entre los Hombres
Y el estudiante
Vestido de luces
Y de ideal
Que talló el Carro
Y amenazó con un grito
De rabia
La voz antigua del fusil

Existió
El traidor entre los Hombres

Existió
La mujer
El niño, la tierra
Aureolados de gloria
Sus ojos ardían
Con la visión
De un mundo nuevo.

De Cielos de Vértigos, Condé/Noireau (Francia),
editorial C. Corlet, 2001, 73 p.



INFANTE DEL SUR

La mar está ante él
Vasta inmensa
Sus pies desnudos sobre el pontón
Danzan
Danzan detrás del pequeño auto
Creado con sus manos
De minucias creado con sus manitos
La mar está ante él
Vasta inmensa
Fin del mundo
Y más allá
Viven verdaderos autos
Que desfilan sobre verdaderas avenidas
En las grandes ciudades de allá lejos

Él se lanza
La mar está ante él
Vasta, inmensa enternecida
Que lo mira
Jugar
Con fragmentos y fragmentos

La eternidad mítica, Paris,
ed. L’Harmattan, 2008




***


1
Desierto inmenso
Rechinando con mil ruidos
Y el silencio
Se enlaza a mi verbo
Que dulcemente muere

2
Saltan imágenes
Danzan
Y sobresaltan
Al ritmo de mi respiración
Febril.

3
El horizonte entonces se descama
De rosa lustroso
Luego se desgarra el vientre
Para reinventar allí
El sol.

4
Perder lo esencial
Ahogado
Para aquí
Tener razón
Entre el clamor mecánico
Que grita su ley
Con el surgimiento
De intereses impasibles.





DIMISIÓN

La suave pendiente
Que suavemente
Descendía hacia el Aquerón
Se ha hundido: Cataratas y Cañones
Nosotros ya no iremos al Bosque Sagrado
Gongoloma Sôké* para siempre
Ha muerto fulminada por el aire del tiempo
Y el hoyo del boulevard
Tiene en adelante jeta de cráter innoble
Abierto a todo viento malvado
De aquí y de allá balanceando las miasmas
De la Dimisión.

¿Será necesario
Volver a la edad de piedra
A los tiempos míticos de la tórtola
Y del Sendero en el corazón del Matorral
Cacería, recolección y taparrabo
Para desprenderse por fin
De esta madrasta modernidad
Que se rehúsa a nuestra Esperanza?
¿Será necesario
Que solos y únicamente vestidos
Con nuestra crespa realidad
Encontremos otros horizontes de supervivencia
Fuera del F.M.I y el P.A.S.?
Porque ¿dónde jamás
Se ha visto al mundo
Interesarse en el Humano de todas partes,
De siempre?
Yo no digo la simpatía esporádica
Por el tsunami encima de los veraneos de occidente
En Asia
Y por el cual pobres amas de casa
Revestidas de convicciones televisivas
Se han desangrado de generosos euros.



Yo hablo de millones de vidas consumidas por el paludismo
Yo hablo de millones de jóvenes asfixiados por el sida
Yo hablo de millones de niños con el vientre hinchado de kwashiorkor



*Gongoloma Soké: tórtola oracular en
El extraño destino de Wangrin de A.H Bâ








EL SEÑOR GORDO

El señor gordo vino
Hecho sonrisas.
Con lágrimas de cocodrilo y todo y todo.
El señor gordo vino
A los hombres la fortuna
Os voy a ayudar, ¡vamos!
A nutrir a vuestra gente
A engalanar a vuestras mujeres
A educar a vuestros niños
Y también puentes
Embalses, electricidad
La salud
La dicha
En el país las aldeas las familias
Pero,…
Oro,… uranio
¡Al máximo!
Trabajad. Vosotros seréis como yo
Señores gordos, gordos, gordos
¡Ésta es la ley!
El gordo señor no ha regresado
Parece que ya no puede caminar
Él está gordo gordo más gordo
Con la sangre de las otras gordas sanguijuelas


Catharsis, Amiens (France),
ed. Corps Puce, 1990




L'ENNUI SIEGE/AU COEUR DE MON ETRE...

El tedio se asienta
En el corazón de mi ser
Y el aislamiento terrible
Irriga mi sangre
En la cadencia de la cuenta regresiva de los segundos.

Allá lejos como en mí el enfermo
Corre el Mayenne
Impávido.
Nervadura de esta pradera y su vida;

A mi dios del país negro
¿Y tú también hija de aquí!
Que un sonreír rosa encienda tus labios
Que dicen: paz.





NOSOTROS

Nosotros hemos reído con múltiples ecos
De nuestros padres esos hacedores de lluvias
En los jardínes desecados

Nuestros llantos como cuerdas se han anudado
A los duros paredones de la miseria

Y, sangre fresca del toro sacrificado
Nuestra juventud gota a gota se ha vaciado
Sobre los sitios de tibia cerveza
Entre las músicas apátridas de las fiestas
Sin sorpresa.





POESÍA

Tus ojos no duermen
Entre el bosque de la ceguera
Tenaz.
Tu boca con el placer
De apuñalar las pesadillas
Ha rugido la miseria y los ruidos sombríos
De un mundo de horrores
En las estaciones de machetes genocidas
Y de libertades destripadas.

Pero el mito enfermo se obstina
Entre tu pecho oprimido
Y los horizontes de tiernas esperanzas
Cada día se alejan se hacen pesadillas
Cada noche
En la nariz de tus imágenes en las barbas
De tu música órfica

Tú andabas sola con los pies descalzos Verbo puro
En las mañanas del mundo
Viene el diluvio, caen las torres
Tu voz Sola todavía rebautiza el universo.


De La eternidad…

Catharsis, Amiens (France), ed. Corps Puce, 1990





PARA JUMET EN BÉLGICA

Entre mi memoria
Brilla
Como diamante
Una infancia
Azul

Y gritos fuego-de-dicha
Y de pequeñas pequeñas tristezas de sombras-bajo-el azur
En la puerta de mi oído golpean
Golpean como tambores de fiesta

Entre mi memoria
Azul
Duerme una infancia
Rosa
Con sabor a miel
Y a mangos hurtados.
Allí cantan de nuevo
La campana de los recreos
Y los cuentos de Nanan

Entre mi memoria
Gris
Gemidos y luego el silencio
De los corderos
De la nueva “Melancolía”
En Lagos y Sarajevo
En Calcuta y Sao Paulo
En Bolonia y en Jumet

Y es un Estrépito
Inaudito
Que hace temblar y marchitarse
Las Raíces de la Tierra

De Cielos…





ENTRE EL TORNADO

(A Mone)

Entre el tornado y el harmatán,
Mone
Sobre tu cuerpo de paz el bubú* de las princesas de Malí
Tu viaje siembra en el horizonte pedazos azules de azur,
¡Rápido! Corramos a la fiesta de la juventud.
Y tus dedos de felicidad, ¡Mone!
Entre el tornado y el harmatán.
¡Tu palabra de armonio!
Que yo diga, que yo haga:
Nada está perdido,
El paraíso retorna sobre nuestra tierra.
Entre el tornado y el harmatán.
Voces de cólera justa han perdido, allá lejos
Demasiados niños muertos y cabezas edilicias
Entre la sangre delante de los monstruos de hierro
Y de fuego…
¡Pero cerremos la memoria y el odio
Y rechacemos la venganza!
Oh, qué divino un beso suave y que tus finos brazos lianas
Aprieten…el resentimiento que camina, allí
¡Ah, allí! Entre mi pecho palpitante.
Un beso diosa del júbilo
¡Entre el tornado y el harmatán!

*Boubou (Bubú) larga y amplia túnica llevada por los negros de África

De Catarsis




Canto del Cisne:

EL LLAMADO DE LAS RAÍCES

Allá lejos
Danzan siempre las niñas de piel de crepúsculo
Y la fresca cerveza aun transpira
Bajo el sol del mediodía.
Allá lejos
Los taparrabos las sonrisas las voces
Cantan un arco iris de vida densa
Que ensordece a todos los ogros pertinaces
Y el foufoui* avivado con pimienta
Embalsama el aire con un perfume ardiente.
Allá lejos
Duerme el cordón umbilical
Entre las raíces del árbol tutelar
Padre, madre y hermanos y hermanas entonan en coro
El himno de los grandes reencuentros
Y Sigo ha tocado, convocando la reunión de los amigos
Alrededor de la cerveza y de las bellas
De ojo malicioso
La cabina técnica prueba los tam-tams modernos
Y hace aullar sus 100 vatios de alegría
Nada más que para tu fiesta…
Allá lejos
Se ha enmudecido el clamor parisino
Y la soledad y la indiferencia sobre el Sena.
Incluso el cielo ya sonríe de puro azul
Debajo de tu asiento bajo el árbol de palabras
¡Dios! Todo el hielo del Mont-Blanc allá lejos lloraba
Bajo los fuegos del sol y su apagada blancura
Se iluminará con mil colores.
¡Toma tu hatillo, hombre! Allá lejos está la Vida
Sin fardo, la vida de la miseria clara
Sin embargo pura
Sin embargo re-la-ja-da.

*foufoui: plato típico a base de carne o pescado



EL LOCO

Un negro
Del más oscuro negro
Entre el Círculo Blanco
Y su cabeza – estropeada
Y su cuerpo – sucio
Luego ya no tenía cabeza
Y paría
Gruesas risas grasientas y blanquiazules.
-A menudo.
Porque veía cuadrada a la tierra, ¡qué loco!
El cielo rosa
El mar blanco
Paquete de nivaquine* el hombre…
Y daba a luz gordas risas grasosas y azules
y blancas
Un día, vio rojo
el cielo negro
la vida salada
y el desierto y el infierno.
De repente las risas gordas y grasosas enflaquecieron
de grises a violetas
a marrón
luego a negro
y el genízaro lo llevó
lejos
lejos
lejos
¿Adónde?



*nivaquine, medicamento contra la malaria

Catharsis, Amiens (France), ed. Corps Puce, 1990



ELLOS

Ellos eran
Como nieve de Flandes
Y su piel gritaba-miserable
El azul inútil de su sangre

En su encuentro
Mi mano vive el frío mármol de Italia
Mi nariz toma las fábricas sombrías de la Rhur
Mis oídos incluyen la Bolsa de Paris
Yo los denominé:
Máquina Robot
Corazón de león
Señores Franco Dólar, Marco Esterlina…/.

Catharsis, Amiens (France), ed. Corps Puce, 1990



CANTO DE SABIDURÍA:

Quiero cerrar
Aquí, ahora
El camino del exilio:
Basta de errancia –largo tiempo-
Como un murciélago
Deslumbrado por el pleno día.
Es suficiente de repetir sin cesar
La memoria azul de la infancia
Con sabor a miel.
Yo quiero ver. Simplemente
Esta comarca de frío y su dulzura
Debajo de mi existencia.
La casa no se construye con las ruinas del recuerdo
Y la tierra es una madre con múltiples brazos
Con besos cardinales. Entonces…
Togoville o Mayenne,
Son las batientes de una misma puerta
Los rosetones del mismo vitral
Puerta y vitral de la vida siempre diversa semejante siempre
Yo seré un Jano impasible. La mirada sobre el ayer
Los ojos sobre el mañana.
¡Tregua de deseperanza! Togoville no cristaliza la miseria
Y Mayenne no es solamente espejo
Del progreso confortable.
Nuestros padres sobre los troncos del cocotero
Fundan la impotencia
Y nosotros enflaquecemos carcomidos por la miseria
De la estrechez…
Pero es tiempo de callar la cabeza vociferando sus preguntas
De inquietud
Es tiempo de callar este corazón de hiel anudado
Por dudas y confusión.
Es tiempo de durar
Ardientemente. Por nuestros hijos.
¡Silencio!
Nada sino los débiles estremecimientos sedosos de los cirios
Para celebrar nuestra muerte-renacimiento
Y el advenimiento de nuestros niños-reyes.
Ni negros ni blancos sino azules
De luz
Y de fuerza.

Catharsis, Amiens (France), ed. Corps Puce, 1990



Traducciones de Rafael Patiño Góez


FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE MEDELLÍN

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