domingo, 22 de agosto de 2010

LÉOPOLD SÉDAR SENGHOR [601]


LÉOPOLD SÉDAR SENGHOR

Nació el 9 de octubre de 1906, en Joal, Senegal, murió el 20 de diciembre de 2001, en Verson, (Francia), Presidente de Senegal (1960-80), Poeta y Ensayista. Perteneciente a una familia acomodada, inicia sus estudios en la misión católica de Ngasobil, en el colegio Libermann y tras acabar la secundaria en Dakar, se traslada a Paris, al Liceo Louis-le-Grand y mas tarde, a la Sorbona donde, en 1935, obtiene el doctorado en Lengua Francesa (fue el primer africano en conseguirlo).

El año 1945 empieza de su carrera política al ser elegido diputado. En 1948, fundó el Frente Democrático de Senegal y como candidato de este partido fue reelegido por un amplio margen en las elecciones de 1951 y 1956. En julio de 1959, es elegido primer Presidente de la República de Senegal. Como presidente intentó modernizar la agricultura, combatió enérgicamente la corrupción y la ineficacia de los organos públicos, forjó lazos más íntimos con los países de su entorno y mantuvo la cooperación con los frances. Defendió un socialismo africano basado en la realidad africana, abierto y democrático, un socialismo humanista.

En cuanto a su labor literaria, ya en 1934, crea con otros estudiantes, la revista “El Estudiante Negro”, pero no será hasta 1945 cuando comienza a sobresalir cono obras como “Cantos de Sombras” (1959), “Hostias Negras” (1948), “Cantos para Naëtt” (1949), “Etiópicas” (1956) y “Nocturnos” (1961), entre otras. Pronto se convierte en uno de los máximos exponentes del llamado movimiento de la “negritud”. A lo largo de los años su trabajo va siendo reconocido internacionalmente. Leopoldo Sédar Senghor es medalla de oro de la lengua francesa; gran premio internacional de poesía de la Sociedad de Poetas y Artistas de Francia (1963); premio literario de la Academia Internacional de las Artes y Letras de Roma (1969); gran premio internacional de poesía de la Biennal de Knokke-le-Zoute (1970); premio Guillaume Apollinaire (1974); príncipe de la poesía 1977; premino internacional del libro, concedido por el Comité Internacional del Libro (Comunidad Mundial del Libro, UNESCO, (1979); premio Athénaï, en Atenas (1985); premio internacional del Leon de Oro, en Venecia (1986); premio Louise Michel, en Paris (1986); premio Intercultura, en Roma (1987) entre muchos otros. Además fue nombrado doctor honoris causa de treinta y siete universidades. Su nombre fue propuesto varias veces para el Premio Nobel de Literatura sin que le fuera concedido. El 2 de junio de 1983, fue elegido miembro de la Academia Francesa.



QUERIDO HERMANO BLANCO

Querido hermano blanco,
cuando yo nací, era negro,
cuando crecí, era negro,
cuando estoy al sol, soy negro,
cuando estoy enfermo, soy negro,
cuando muera, seré negro.

En tanto que tú, hombre blanco
cuando tú naciste, eras rosa,
cuando creciste, eras blanco,
cuando te pones al sol, eres rojo
cuando tienes frío, eres azul
cuando tienes miedo, te pones verde,
cuando estás enfermo, eres amarillo,
cuando mueras, serás gris.

Así pues, de nosotros dos,
¿quién es el hombre de color?)


Hablábamos de África

Un viento tibio traía su perfume
más cálido de mujer negra
O aquel que el viento sopla de un campo
de mijo cuando chocan las espigas pesadas
Y vuela por encima un polvo oro y marrón.
Hablábamos del Fouta
Noble era tu rostro y de sombra tus ojos
y dulces tus palabras de hombre
Noble debía ser tu raza
y bien nacida la mujer de Timbo
Que te acunaba por las noches
al ritmo nocturno de la tierra.
Y hablábamos del país negro
En los cordajes de la noche,
tan cerca uno del otro
Que nuestras espaldas se desposaban,
fraternales la una con la otra.
África vivía ahí, más allá del ojo profano del día,
bajo su rostro negro estrellado…


CONGO

¡Oho! ¿Congo oho! Para ritmar tu nombre
enorme sobre las aguas sobre los ríos sobre
toda memoria,
convoco la voz de los Korás Koyaté!
La tinta de los escribas no tiene memoria.

¡Oho! Congo extendido en tu lecho de selvas,
reina sobre el África domada.
Que los falos de los montes icen alta tu bandera,
porque eres mujer por mi cabeza por mi lengua,
porque eres mujer por mi vientre.
-126-
Madre de todas las cosas que tienen fauces,
de los cocodrilos, de los hipopótamos, manatíes,
iguanas, peces, pájaros,
¡madre de las crecientes! ¡nodriza de las cosechas!
¡Giganta! agua tan abierta al remo
y a la flecha de las piraguas,
mi Sao mi amante de muslos furiosos de largos
brazos,
de nenúfares tranquilos,
mujer magnífica de Uzugú cuerpo
de aceite inalterable,
piel de noche de diamantes!
Tranquila diosa de la sonrisa aliada
al impulso alucinante de tu sangre,
única sana de tu linaje palúdico libérame
de la sumisión de mi sangre:
tam-tam a ti tam-tam de los saltos
de la pantera de la estrategia de las hormigas,
de los dioses viscosos surgidos al tercer
día del potopó de los pantanos,
¡ah! y sobre todo de la materia esponjosa
del suelo del hombre blanco
y de los cantos de jabón del hombre blanco,
pero líbrame de la noche sin alegría,
pero acecha el silencio de las selvas,
y que yo sea entonces el tronco espléndido
y el salto de veintiséis codos,
y que yo sea entonces en la fuga
de la piragua sobre la exaltada lisura
de tu vientre
tierra desnuda de tus pechos islas enamoradas
colinas de ámbar y de gongo,
tans de la infancia tans de Joal y aquellos
de Dyilor en setiembre,
noches de Ermenonville en otoño
tiempo demasiado hermoso demasiado sereno,
flores tranquilas de tus cabellos, tan blancos
los pétalos de tu boda
sobre todos los dulces discursos a la neomenia,
hasta la medianoche de la sangre.

¡Libérame de la noche de mi sangre
porque acecha el silencio de la selva!
Vuélvanse ritmo las campanas pequeñas,
vuélvanse ritmo las lenguas, vuélvanse ritmos,
remos vuelvan ritmo la danza del Maestro
de los remos,
¡ah la piragua! ella sí es digna del triunfo d
e los coros de Fadyut,
y yo grito dos veces dos manos de tam-tam,
y pido cuarenta vírgenes para cantar sus gestos:
vuélvanse ritmo la flecha que brilla, las garras
del sol al mediodía,
vuélvanse ritmo molinos estridentes,
los murmullos de las aguas.
Y la muerte sobre la alegría más alta cuando
llama lo inevitable del abismo.

¡Por los nenúfares de la espuma renacerá
la piragua,
nadará sobre los suaves bambúes,
en el alba transparente del mundo!


TÚ DICES

Tú dices los meses los días las horas transcurridas
en senderos perdidos, el instante.
Sobre la pendiente de la edad, yo digo
ahora nuestras horas fructíferas,
y cien veces más.
Nuestras horas que conformaban las semanas,
creando las imágenes rítmicas.
Nuestros labios aprendían una lengua extranjera,
nuestros dientes nuestras lenguas,
Nuestros labios, la saliva que madura el amor.


Tú partirás hacia tu país, mis Indias
maravillosas
-no sé si el Oriente
O el Occidente -hacia las playas de oro blanco
y de frescura.
Nuestra única hora transcurrida, la viviremos
eternamente, y el instante en su éxtasis.
Nosotros futuro del mundo, abrazados
de pie sobre la proa
Como luna y sol, para rehacer el mundo.

(Traducción de Mario Corcuera Ibánez)


A LOS TIRADORES SENEGALESES
MUERTOS POR FRANCIA

ESTE es el sol
Que enternece el pecho de las vírgenes,
Que hace sonreir a los ancianos en los verdes
bancos,
Que despertaría a los muertos
bajo una tierra materna.
Oigo el ruido de los cañones
-¿viene de Irán?-. Se echan flores
sobre las tumbas,
se reaviva la llama del Soldado Desconocido.
A vosotros, oscuros hermanos,
nadie os nombra.
Se prometen 500.000 hijos vuestros
a la gloria de los futuros
Muertos, se les da las gracias
de antemano, futuros
muertos negros.
Die schwarze Schande!

Oídme, Tiradores senegaleses,
en la soledad de la tierra negra
y de la muerte,
En vuestra soledad sin ojos y sin oídos,
más que en mi piel
oscura al fondo de la provincia,
Sin siquiera el calor de vuestros camaradas
tendidos junto a
vosotros como en otro tiempo
en la trinchera, como en otro tiempo
en las arengas del poblado,
Oídme, Tiradores de piel negra,
aunque no tengáis oídos ni ojos
en vuestro triple recinto nocturno.

No hemos alquilado plañideras,
ni siquiera lágrimas de vuestras
viejas mujeres
Ellas sólo recuerdan vuestra violenta ira,
pues prefieren el ímpetu de los vivos.
El llanto de las plañideras demasiado claro,
Demasiado pronto secas las mejillas
de vuestras mujeres, como en tiempos
de sequía los torrentes del Fouta,
Las lágrimas más cálidas demasiado claras
y demasiado pronto
bebidas en la comisura de los labios
que olvidan.

Nosotros os traemos, oídnos, nosotros
que deletreamos vuestros nombres
durante los meses en que moríais,
Nosotros, en estos días de temor inolvidable,
os traemos la amistad de vuestros antiguos
camaradas.
¡Ah! Que algún día, con una voz color de brasa,
pueda yo cantar
La amistad de los ardientes camaradas,
delicada como entrañas
y fuerte como tendones.
Oídnos, muertos tendido en el agua
y al fondo de las llanuras
del Norte y del este.
Recibid este suelo rojo bajo el sol del verano,
este suelo enrojecido por la sangre
de las blancas hostias,
Recibid el saludo de vuestros camaradas negros,
Tiradores Senegaleses

¡MUERTOS POR LA REPÚBLICA!



PLEGARIA A LAS MÁSCARAS

¡Máscaras! ¡Oh máscaras!
Máscara negra, máscara roja, máscaras blanquinegras
Máscaras de todo horizonte de donde sopla el Espíritu
Os saludo en el silencio.
Y no a ti el último, Antepasado de cabeza de León.
Guardáis este lugar prohibido a toda sonrisa de mujer, a toda
sonrisa que se marchita
Destiláis ese aire de eternidad en el que respiro el aliento
de mis Padres.
Máscaras de rostros sin máscara, despojados de todo hoyuelo
y de toda arruga
Que habéis compuesto este retrato, este rostro mío inclinado
sobre el altar de blanco papel
A vuestra imagen, escuchadme!
Ya se muere el África de los imperios —es la agonía de una
princesa deplorable
Y también Europa a la que nos une el cordón umbilical.
Fijad vuestros ojos inmutables en vuestros hijos dominados
Que dan su vida como el pobre su última ropa.
Que respondamos con nuestra presencia al renacer del mundo
Como es necesaria la levadura a la harina blanca.
¿Pues quién enseñaría el ritmo de las máquinas y de los cañones
al mundo desaparecido?
¿Quién daría el grito de alegría para despertar a muertos y a
huérfanos al amanecer?
Decid ¿Quién devolvería el recuerdo de la vida al hombre de
esperanzas rotas?
Nos llaman los hombres del algodón del café del aceite
Nos llaman los hombres de la muerte.
Somos los hombres de la danza, cuyos pies recobran fuerza
al golpear el duro suelo.

(Versión de J.J.Arnedo)



PRIÈRE AUX MASQUES

Masques! O Masques!
Masque noir masque rouge, vous masques blanc-et-noir
Masques aux quatre points d'où souffle l'Esprit
Je vous salue dans le silence!
Et pas toi le dernier, Ancêtre a tête de lion.
Vous gardez ce lieu forclos à tout rire de femme, à tout
sourire qui se fane
Vous distillez cet air d'éternité où je respire l'air de mes
Pères.
Masques aux visages sans masque, dépouillés de toute fossette
comme de toute ride
Qui avez composé ce portrait, ce visage mien penché sur
l'autel de papier blanc
A votre image, écoutez-moi!
Voici que meurt l'Afrique des empires — c'est l'agonie d'une
princesse pitoyable
Et aussi l'Europe à qui nous sommes liés par le nombril.
Fixez vos yéux immuables sur vos enfants que l'on commande
Qui donnent leur vie comme le pauvre son dernier vêtement.
Que nous répondions présents à la renaissance du Monde
Ainsi le levain qui est nécessaire à la farine blanche.
Car qui apprendrait le rythme au monde défunt des machines
et des canons?
Qui pousserait le cri de joie pour réveiller morts et orphelins
à I'aurore?
Dites, qui rendrait la mémoire de vie à l'homme aux espoirs
éventrés?
lis nous disent les hommes du cotón du café de l'huile
Ils nous disent les hommes de la mort.
Nous sommes les hommes de la danse, dont les pieds reprennent
vigueur en frappant le sol dur.



En versión de César Navarrete, algunos poemas del poeta senegalés Léopold Sédar Senghor (1906-2001). 

I.

Le totem

Il me faut le cacher au plus intime de mes veines
L’Ancêtre à la peau d’orage sillonnée d’éclairs et de foudre
Mon animal gardien, il me faut le cacher
Que je ne rompe le barrage des scandales.
Il est mon sang fidèle qui requiert fidélité
Protégeant mon orgueil nu contre
Moi-même et la superbe des races heureuses …


I.

El tótem

Debo esconderlo en lo más íntimo de mis venas
El Antepasado de la piel de tormenta surcada por relámpagos y rayos
Mi animal guardián, debo esconderlo
Para que no rompa la represa de los escándalos.
Él es mi sangre fiel que requiere fidelidad
Protegiendo mi orgullo desnudo contra
Mí mismo y la soberbia de las razas felices…


II.

Femme noire

Femme nue, femme noire
Vêtue de ta couleur qui est vie, de ta forme qui est beauté
J’ai grandi à ton ombre; la douceur de tes mains bandait mes yeux
Et voilà qu’au coeur de l’Été et de Midi,
Je te découvre, Terre promise, du haut d’un haut col calciné
Et ta beauté me foudroie en plein coeur, comme l’éclair d’un aigle
Femme nue, femme obscure
Fruit mûr à la chair ferme, sombres extases du vin noir, bouche qui fais lyrique ma bouche
Savane aux horizons purs, savane qui frémis aux caresses ferventes du Vent d’Est
Tamtam sculpté, tamtam tendu qui gronde sous les doigts du vainqueur
Ta voix grave de contralto est le chant spirituel de l’Aimée
Femme noire, femme obscure
Huile que ne ride nul souffle, huile calme aux flancs de l’athlète, aux flancs des princes du Mali
Gazelle aux attaches célestes, les perles sont étoiles sur la nuit de ta peau.
Délices des jeux de l’Esprit, les reflets de l’or ronge ta peau qui se moire
A l’ombre de ta chevelure, s’éclaire mon angoisse aux soleils prochains de tes yeux.
Femme nue, femme noire
Je chante ta beauté qui passe, forme que je fixe dans l’Éternel
Avant que le destin jaloux ne te réduise en cendres pour nourrir les racines de la vie.


II.

Mujer negra

Mujer desnuda, mujer negra
Vestida con tu color que es vida, con tu forma que es belleza
Yo crecí a tu sombra; la suavidad de tus manos vendaba mis ojos
Y ahora en el corazón del Verano y del Mediodía,
Te descubro, Tierra prometida, desde lo alto de un alto collado calcinado
Y tu belleza me fulmina en pleno corazón, como el relámpago de un águila
Mujer desnuda, mujer oscura
Fruto maduro de la carne firme, sombras extasiadas del vino negro, boca que hace lírica mi boca
Sabana de horizontes puros, sabana que se estremece a las caricias fervientes del Viento del Este
Tam-tam esculpido, tam-tam tenso que ruge bajo los dedos del vencedor
Tu voz grave de contralto es el canto espiritual de la Amada
Mujer negra, mujer oscura
Aceite que no arruga ningún soplo, aceite tranquilo en los costados del atleta, en los costados de los príncipes de Malí
Gacela de ataduras celestes, las perlas son estrellas sobre la noche de tu piel.
Delicias de los juegos del Espíritu, los reflejos del oro roen tu piel que se tornasola
En la sombra de tu cabellera, se ilumina mi angustia en los soles próximos de tus ojos.
Mujer desnuda, mujer negra
Yo canto tu belleza que pasa, forma que fijo en lo Eterno
Antes de que el destino celoso te reduzca a cenizas para alimentar las raíces de la vida.


III.

Je suis seule

Je suis seul dans la plaine
Et dans la nuit
Avec les arbres recroquevillés de froid
Qui, coudes au corps, se serrent les uns tout contre les
autres.
Je suis seul dans la plaine
Et dans la nuit
Avec les gestes de désespoir pathétique des arbres
Que leurs feuilles ont quittés pour des îles d’élection.
Je suis seul dans la plaine
Et dans la nuit.
Je suis la solitude des poteaux télégraphiques
Le long des routes
Désertes.


III.

Yo estoy solo

Yo estoy solo en la planicie
Y en la noche
Con los árboles retorcidos de frío
Que, codos en el cuerpo, se estrechan los unos a los
otros.
Yo estoy solo en la planicie
Y en la noche
Con los gestos de desesperanza patética de los árboles
Cuyas hojas abandonaron por islas de elección.
Yo estoy solo en la planicie
Y en la noche.
Soy la soledad de los postes telegráficos
A lo largo de las rutas
Desiertas.


IV.

Émeute à Harlem

Et je me suis réveillé un matin
De mon sommeil opiniâtre et muet,
Joyeux, aux son d’un jazz aérien,
Ils ont débandé les plaies de leur monde gangrené.
Et lors, j’ai vu leurs turpitudes
Sous le velours et la soie fine.
J’ai voulu avaler ma salive,
Je n’ai pu.
Ma tête est une chaudière bouillante
D’alcool,
Une usine à révoltes
Montée par de longs siècles de patience.
Il me faut des chocs, des cris, du sang,
Des morts !


IV.

Disturbio en Harlem

Y me desperté una mañana
De mi sueño obstinado y mudo,
Feliz, al son de un jazz aéreo,
Ellos desvendaron las llagas de su mundo gangrenado.
Y entonces, vi sus ignominias
Bajo el terciopelo y la seda fina.
Quise tragarme la saliva,
Pero no pude.
Mi cabeza es una caldera hirviente
De alcohol,
Una fábrica de revueltas
Acrecentada por largos siglos de paciencia.
¡Necesito combates, gritos, sangre,
muertos!


V.

Blues

Je suis envahi de brume
Et de solitude
Aujourd’hui,
Et je fuis.
Je suis envahi de brume
Et de solitude
Aujourd’hui,
Et je fuis.
Livre ouvert en moi.
Dans mon cerveau gris
Défilent des mots vides
Et défilent des pages, rues désertes
Sans cabarets.
Chère âme, allonge-toi sur le divan long
Et jette l’ancre,
Et laisse descendre jusqu’au fond.
Oui, jette l’ancre!


V.

Blues

Yo estoy lleno de bruma
Y de soledad
Hoy,
Y huyo.
Libro abierto en mí.
En mi cerebro gris
Desfilan palabras vacías
Y desfilan páginas, calles desiertas
Sin cabarés².
Querida alma, acuéstate sobre el largo diván
Y lanza el ancla,
Y déjala bajar hasta el fondo.
¡Sí, lanza el ancla!


Traducción al español por
Antonio Cisneros y Nelson Vallejo-Gómez


I

Je m’imagine ou rêve de jeune fille

Je m’imagine que tu es là.
Il y a le soleil
Et cet oiseau perdu au chant si étrange.
On dirait une après-midi d’été,
Claire. Je me sens devenir sotte, très sotte.
J’ai grand désir d’être couchée dans les foins,
Avec des taches de soleil sur ma peau nue,
Des ailes de papillons en larges pétales
Et toutes sortes de petites bêtes de la terre
Autour de moi.



Me imagino o sueño de muchacha

Me imagino contigo ahí.
Hay sol
Y el canto extraño de ese pájaro perdido.
Parece un atardecer de verano,
Iluminado.
Siento volverme tonta, muy tonta.
Tengo un deseo enorme de acostarme en la paja,
Con lunares de sol sobre mi piel desnuda,
Alas de mariposas y pétalos anchos
Y mil bichitos de tierra
A mí alrededor.


II

Ta lettre sur le Drap

Ta lettre sur le drap, sous la lampe odorante
Bleue comme la chemise neuve que lise le jeune homme
En chantonnant, comme le ciel et la mer et mon rêve
Ta lettre. Et la mer a son sel, et l’air le lait le pain le riz, je dis
Son sel
La vie contient sa sève, et la lettre son sens
Le sens de dieux et son mouvement.
Ta lettre sans quoi la vie ne serait pas vie
Tes lèvres mon sel mon soleil, mon air frais et ma neige.



Tu carta sobre la sábana

Tu carta sobre la sábana, bajo la lámpara perfumada
Azul como la camisa nueva que el muchacho alisa
Cantando, como el cielo y el mar y mí anhelo
Tu carta. Y el mar tiene su sal, y el aire la leche el pan el arroz, digo
Su sal
La vida contiene su vigor, y la carta su sentido
El sentido de Dios y su movimiento.
Sin tu carta la vida no sería vida
Tus labios mi sal mi sol, mi aire fresco y mi nieve.



III

A la négresse blonde

Et puis tu es venue par l’aube douce,
Parée de tes yeux de prés verts
Que jonchent l’or et les feuilles d’automne.
Tu as pris ma tête
Dans tes mains délicates de fée,
Page 3 sur 5
Tu m’as embrassé sur le front
Et je me suis reposé au creux
De ton épaule,
Mon amie, mon amie, ô mon amie !



Para la negra rubia

Y finalmente has venido en el alba dulce,
Vestida con tus ojos de verdes praderas
Y cubierta de oro y de hojas de otoño.
Tomaste mi cabeza
En tus delicadas manos de hada,
Me besaste en la frente
Y yo descansé
En tu pecho,
Mi amiga, mi amiga, ¡oh mi amiga!


IV

Spleen

Je veux assoupir ton cafard, mon amour,
Et l’endormir,
Te murmurer ce vieil air de blues
Pour l’endormir.
C’est un blues mélancolique,
Un blues nostalgique,
Un blues indolent
Et lent.
Ce sont les regards des vierges couleur d’ailleurs,
L’indolence dolente des crépuscules.
C’est la savane pleurant au clair de lune,
Je dis le long solo d’une longue mélopée.
Page 4 sur 5
C’est un blues mélancolique,
Un blues nostalgique,
Un blues indolent
Et lent.


Spleen

Quiero calmar tu morriña, mi amor,
Y que se duerma,
Murmurarte ese aire viejo de blues
Para que se duerma.
Es un blues melancólico,
Un blues nostálgico,
Un blues indolente
Y lento.
Son vírgenes con miradas matizadas de extrañeza,
La indolencia triste de los crepúsculos.
Es la sabana que llora en el claro de luna,
Digo el largo solo de una larga melopeya.
Es un blues melancólico,
Un blues nostálgico,
Un blues indolente
Y lento.



V

Brouillard

Le brouillard me fait peur !
Et ces phares yeux hurlants de quels monstres
Glissant sur le silence.
Ces ombres qui rasent le mur
Page 5 sur 5
Et passent, sont-ce mes souvenirs
Dont la longue file va-t-en pèlerinage ?
Le brouillard sale de la ville !
De sa suie froide
Il encrasse mes poumons qu’a rouillés l’hiver,
Et la meute de mes entrailles affamées vont aboyant en moi
Tandis qu’à leur voix répond
La plainte faible de mes rêves moribonds.



Neblina

¡La neblina me da miedo!
Y esos faros ojos gritones de qué monstruos
Resbalándose en el silencio.
Esas sombras rasgando el muro
Y que pasan, ¿serán mis recuerdos
Que en larga fila van peregrinando?
¡La niebla sucia de la ciudad!
De su hollín frío
Que obscurece mis pulmones roídos por el invierno,
Y ladran adentro mis entrañas como hambrienta jauría
Mientras con frágil quejumbre responden
A sus voces mis sueños moribundos.










-

No hay comentarios:

Publicar un comentario