sábado, 29 de abril de 2017

NICOLAS KURTOVITCH [20.113]


Nicolas Kurtovitch

Nicolas Kurtovitch, nacido el 20 de diciembre de 1955 en Noumea, es un escritor  y poeta de Nueva Caledonia.

Obras 

Poesía 

Sloboda , chez l'auteur, Nouméa, 1973
Vision d'Insulaire , Paris, Éditions St-Germain-des-Prés, 1983 ( ISBN 2-243-02025-4 ) .
Souffle de la nuit , Nouméa, Éditions St-Germain-des-Prés, 1985 ( ISBN 2-243-02573-6 ) .
L'arme qui me fera vaincre , Nouméa, Éditions Vent du Sud, 1988 .
Homme Montagne , Paris, Éditions Guy Chambelland, 1993 ( ISBN 2-905618-62-0 ) .
Assis dans la barque , Nouméa, Éditions Grain de Sable, 1994 ( ISBN 2-84170-008-9 ) .
Avec le masque , Paris, Éditions Guy Chambelland, 1997 ( ISBN 978-2-905618-77-1 ) .
Dire le vrai / To Tell the Truth , édition bilingue de 18 poèmes avec Déwé Gorodé, Nouméa, Éditions Grain de Sable, 1999 ( ISBN 2-84170-046-1 ) .
On marchera le long du mur , Paris, Librairie-Galerie Racine, 2000 ( ISBN 2-243-03982-6 ) .
Poème de la solitude et de l'exil , Association Kalachakra, Nouméa 2001 ( ISBN 2-9517369-8-3 ) .
Autour Uluru , phot. de Nicole Kurtovitch, Paris, Éditions Galerie-Racine, 2002 ( ISBN 2-243-03839-0 ) .
Ode aux pauvres , Nouméa, Association Kalachakra, 2002 ( ISBN 2-9517369-0-8 ) .
Haïbun de Ouessant , Nouméa, Éditions Les Océaniles et Kalachakra, 2003
Le Piéton du Dharma , Nouméa, Éditions Grain de Sable, 2003 ( ISBN 2-84170-100-X ) . - Lauréat 2003 du Salon du livre insulaire d'Ouessant.
Le Dit du cafard taoïste , ill. de Mathieu Venon, Nouméa, Éditions Kalachakra, 2005 ( ISBN 2-9517369-1-6 ) .
Cette poignée de main , avec Annie Rosès, Nouméa, Éditions Les Océaniles et Kalachakra, 2009 (notice BnF n o FRBNF42405749 )
Les arbres et les rochers se partagent la montagne , Paris, Ed Vent d'ailleurs, 2010 ( ISBN 978-2-911412-68-4 ) Lauréat du Prix Vi Nimö des lycéens en Nouvelle-Calédonie 2011
Ombre que protège l'ombre , Paris, Éditions vents d'ailleurs, 2014 ( ISBN 978-2-36413-054-8 )
Où irons nous ces jours prochains , Rochefort, Éditions les petites allées, 2016. ( ISBN 979-10-92910-20-9 )

Nouvelles 

Forêt, terre et tabac , Nouméa, Éditions du Niaouli, 1993 (notice BnF n o FRBNF35710879 ) .
Lieux , Nouméa, Éditions Grain de Sable, 1994 ( ISBN 2-84170-004-6 ) .
Totem , Nouméa, Éditions Grain de Sable, 1997 ( ISBN 2-84170-036-4 ) .
Lieux II , Nouméa, Éditions Grain de Sable, 2007

Récit

Seulement des mots, Aix-en-Provence, chez l'auteur, 1977

Théâtre 

Le Sentier Kaawenya , suivi de L'autre et Qui sommes-nous ? , Nouméa, Éditions Grain de Sable, 1998 ( ISBN 2-84170-037-2 ) .
Les dieux sont borgnes , avec Pierre Gope, Nouméa, Éditions Grain de Sable, 2002 ( ISBN 2-84170-096-8 ) .
« Couture à la maison Hagen », dans Ô saisons, ô châteaux ! , Ouvrage collectif, Nouméa, 1999 ( ISBN 2-913320-13-9 ) .
La Commande , Nouméa, Éditions Traversées, 2004 ( ISBN 2-9521847-2-0 ) .
La Balançoire , Nouméa, Éditions Écrire en Océanie, 2016

Roman

Good night friend , Tahiti, Papeete, Éditions Au vent des îles, 2006 ( ISBN 978-2-915654-00-4 ) .
Les Heures italiques , Tahiti, Papeete, Éditions Au vent des îles, 2010 ( ISBN 978-2-915654-57-8 ) . - Lauréat du Prix Popaï de la littérature Calédonienne en 2011.
"Dans le ciel splendide", Tahiti, Papeete, Éditions Au vent des îles, 2015 en littérature , ( ISBN 978-2-36734-080-7 ) .

Jeunesse 

Iamelé et Willidone , illustré par Julie de Waligorski, Comps, Les Éditions du Bonhomme vert, 2007 ( ISBN 978-2-916196-09-1 ) .



Poemas de Nicolas Kurtovitch


Poemas de la Costa Este

El viento entreabre el portal
un rayo de luz atraviesa los bambús
desde la veranda el torrente levanta el vuelo
los pescadores están en el cielo.

El agua en mi piel
pega mi piel a los huesos
los techos de lámina al sol son rojos
ropa de más me agobia

El sueño del agua del cielo todo contra el fuego en lo alto
dormito bajo el techo
todas las veces que vi al sol levantarse sobre el océano
pensé en secreto en aquellos que lo esperaban en vano

El portal se ha cerrado
el viento de lo superficial lo ha golpeado
demasiadas palabras ensordecedoras
disimulan el corazón del país Paici

Lo que se agita al pie de Montaña Fría
los pensamientos sombríos a los pies de la Montaña Fría
entre árboles y rocas lejanas
un humo sutil cruza el portal

Por qué partir y dejar solo
en la casa abierta el rostro tan amado
arriba de la cumbre la casa mancha el cielo
al final del río el humo sube en línea recta

Es difícil ver la montaña
y aún más dificil sentir su presencia
entre las construcciones un único pájaro
intenta seguir el torrente invisible
(he ahí la verdadera vía que se torna imposible)

Agitación bajo el cielo de marzo
un cuadro evoca la casa perdida
qué arroyo me acogerá hoy
la vía es fundirse en la masa

El agua sin interrupción
corre de Montaña Fría
a kilómetros de todo
estoy en el corazón de las cosas nobles

Tres bambús sobre el agua
todo lo que cabe recordar
de la barca puesta allá
en la desembocadura de Ponérihouen

Bajo los árboles del río
a unos pasos de la franja de arena
se halla esta barca de metal gris
indolente como recostada bajo la sombra

siento en mi espalda un residuo de aire
que la empuja mar adentro como una ramita
que ignora las olas del agua durmiente

allá si existe otra realidad que comprender
sea lo que sea todo se disuelve
en la velocidad de esta barca
la promesa de una vida pasando por Poindimié

Son ya dos días de este sol
montañas y valles maravillosos
esta mañana un amigo sin más
me cuenta la muerte repentina de su mujer
había acaso tristeza en sus palabras
imposible decirlo cuando los dos
él con herramientas en cada mano
nos bañábamos en esta luz
la grava rechina bajo los pasos
las ramas rozan los rostros
brazos piernas y torsos se abalanzan
alegría exaltación están en el corazón

Nubes sobre la bahía los hombres son invisibles
El que es feliz el que es triste cuando se instala la noche
si el vino tomado a solas si el frío padecido en silencio
me conducen a ti este día no habrá sido en vano

Es el día es la hora
de inventar un mundo que ama
ahí bajo la mirada inocente
de los niños pobres

Cierro los ojos
el viento azota mi rostro
todas esas lagunas en el suelo
en donde se ahoga la tristeza
invaden mi memoria
quién vendrá ese día conocido
el de las alegrías de la infancia
a secar mis lágrimas por la derrota de los hombres

Traducción de Marcela González Durán
Revisión del autor, de Laura González Durán y de Bernard Pozier





A partir des modelages en terre de Maryline Tidjepache exposés à ARTE
Bello en juillet 2002

I

Nací de la tierra por voluntad del agua
de las piedras de las montañas del viento del soplo
del cielo
transformada en esferas
mojadas luego echadas al aire
cuerpo kanak

Se necesita silencio
dejar que la tristeza se marche
se necesita silencio
la amargura encuentra su camino
del vientre a la boca
se ncesita silencio
y dormirse al fin
dejando a las manos moverse
lentamente poco a poco
y solas

La vida es soledad
para qué esperar encontrar
en algún lugar al amado

Pero también se necesita estar desnuda
en la tierra
aquélla que voy a amasar
con mis talones con mis rodillas
con las palmas de mis manos
aquéllas sobre las que esculpo
y lloro
antes de tomarla aún mojada
para dar formas humanas
a los espíritus


II

Después de todo quizás solo se trata
de sacar a los testigos
del fondo de los años
de moldearles
sobre los vientres los rostros y las nucas
de esperar
la tierra seca
humedecerla de nuevo

Conservar cerca de sí mismo
el amor de los suyos
perderse ahí


III

Y cómo no bailar
Al surgir de ninguna parte
como surgen del suelo
las piedras y los troncos

Cómo no doblar las rodillas
pararse sobre la planta de los pies
levantar la cabeza la mirada el corazón
armar el brazo para un lanzamiento

Por qué no ver con los ojos cerrados
lo que no se ve
lo que se siente en el movimiento
y en el desequilibrio de un instante

Bailar siempre bailar
colgarse del cielo
liberarse del lodo
eso es lo que hago


IV

Finalmente llegará el día cuando
empujado por las raíces
y sacado con mis manos
a la luz y al viento
a la mirada de mis hermanos
se alzará un cuerpo
de tierra de agua y de amor
que clamará en la superficie del mundo

Estoy
de pie al fin
tal vez aun encorvada e insegura
pero estoy aquí
con mis pies aun fundidos en el suelo
con mi respiración inseparable
de la respiración de la selva
en donde reside mi clan

 Estoy aquí
A la vez ser de rabia
y de amistad
miren
deténganse
lean sobre mi piel todavía frágil
Soy de esta isla
lean
en el fondo de mis grietas
el dolor de la muda
que hoy se escapa de su envoltura
toca el corazón


V

Y ahora
sólo me queda olvidar
el agua y la tierra
olvidar también lo que pienso y mi voluntad
olvidar el deseo de dar a luz
conformarme con mis manos
abandonadas
libres
independientes y reposadas
dejarlas
a ellas
solas
actuar

Olvidando al mismo tiempo
dedos y pulgares
lodo y lianas
solo deseo
estar aquí
en cuclillas o de pie
ligera o vencida por la carga
derecha apoyada en mi vientre
recostada sobre pedazos de tierra seca
y mirar mis palmas
alisar los cuerpos
liberar mi corazón de sus angustias


VI

(Así)
acaso crucé una puerta
un pasaje una etapa
un paso en el arrecife
que rodea mi vida

(Así)
las manos llenas de barro
van al encuentro de mis Viejos
sacándolos del pasado
sé lo inmediato
abro los ojos
me reconozco

No es todo
invito a recorrer con la mirada
a través del velo
a hundirse en mí
descubrir la fuerza de amar
de conocer
la fuerza de nombrar el deseo
y de no viajar más solo

Traducción de Marcela González Durán




Nicolas Kurtovitch

Nicolas Kurtovitch naît à Nouméa le 20 décembre 1955. Sa famille maternelle est installée en Nouvelle-Calédonie depuis 1843.

Elle compte parmi les siens l’un des premiers français ayant posé le pied sur ce qui n’était encore, aux yeux de l’Occident, qu’une « terra incognita » : Jean Taragnat. Par son père, qui a quitté Sarajevo en 1945, ses racines sont également yougoslaves.

Après une scolarité calédonienne, il voyage en Nouvelle-Zélande et en Australie, s’imprègne de ce Pacifique dont il souhaite habiter pleinement la diversité. Puis son cursus universitaire le conduit à Aix-en-Provence de 1977 à 1980. Licencié en géographie, il rentre alors au pays où il enseigne dans un collège de Lifou, l’une des îles de l’archipel calédonien, puis au lycée Do Kamo de Nouméa,

établissement protestant qui a beaucoup œuvré pour la promotion des jeunes Mélanésiens et dont il est aujourd’hui le directeur.

Son premier recueil de poèmes, Sloboda, paraît en 1973. Il ne cesse ensuite de publier, essentiellement de la poésie et des recueils de nouvelles.

En 1999 notamment, lui le Calédonien d’origine européenne cosigne Dire le vrai avec l’auteure kanak Déwé Gorodé. Tous deux inscrivent ainsi dans l’histoire littéraire calédonienne un dialogue entre des voix qui, affirmant leur diversité, manifestent dans le même temps la possibilité d’une parole partagée.

L’écriture théâtrale s’impose plus tardivement dans son parcours, avec notamment Le Sentier Kaawenya (spectacle d’ouverture en 1998 de la première saison du Centre culturel Tjibaou) et Kalachakra (créée pour le Festival Equinoxe de Nouméa en 1999). Puis c’est l’aventure de Les dieux sont borgnes, pièce qu’il cosigne avec, cette fois, le dramaturge kanak, Pierre Gope. Elle est jouée en Avignon
en 2003 dans une mise en scène d’Yves Borrini, de la compagnie Le Bruit des hommes. Nicolas Kurtovitch publie en 2004 une pièce intitulée La Commande, inédite à ce jour à la scène.

Toute son œuvre en témoigne, Nicolas Kurtovitch est homme de lieux : des lieux qui bruissent de la parole des hommes, mais aussi, surtout peut-être, de leurs silences, partagés ou non, des questions que renvoie à chacun la présence de l’autre. Elle est aussi parole « de solitude et d’exil », pour reprendre le titre d’un de ses poèmes paru dans L’Arme qui me fera vaincre (17-29).

Dans une langue attelée à se dépouiller des oripeaux du paraître, son écriture est donc tout à la fois acte d’existence et de résistance, traversée par les thématiques croisées de l’enracinement et de l’exil : un enracinement vécu, un exil pleinement accepté.

S’il pratique depuis de nombreuses années l’aïkido et est un lecteur assidu des poètes japonais, c’est avec la conviction que l’art est de l’ordre du geste, lancé par un homme qui marche et s’applique à être là, simplement, debout dans la conscience de sa marche, de sa solitude et de son exil, mais également de sa totale liberté.

Voici ce qu’il écrit dans Être caldoche aujourd’hui (1994) : un poème d’abord, qui dit moins son île natale que la manière qui est la sienne d’en être habité ; un bref texte de réflexion ensuite, qui a son tour dit moins l’identité que ce qu’elle ne saurait nier ou enfermer :


Île mon île

Je suis quelque part au milieu des montagnes
en train de bâtir un abri de nomade
Venu de nulle part depuis si longtemps
je suis chevauchant un nuage blanc
Île mon île
Une marche où se pose
mon âme
Et atteindre le ciel
Île mon île
Des deux mains de toute ma volonté
tendre l’arc maintenant
Poser ma tête sur le fêt de l’arbre
quelque part au milieu
la ville
Respirer avec le Monde
[…]

« Oui, si on veut, à l’affirmation d’une identité calédonienne, mais à condition de n’oublier ni que l’homme libre reste indéfinissable, ni le fait incontournable qu’ici est une terre kanake ».

Membre de l’Association des Écrivains de la Nouvelle-Calédonie et sociétaire de la Société des gens de lettres, Nicolas Kurtovitch est aujourd’hui lu et étudié dans différentes universités du Pacifique sud. Il a participé en août 2000, à Wellington en Nouvelle-Zélande, à la « Waka Conférence » sur les identités du Pacifique. En 2005, il crée avec Catherine Laurent le Centre géopoétique de la Nouvelle-Calédonie.




POEME DE FRONTIERE

Les poèmes de frontière
Sont une suite éternelle
A flanc de montagne le précipice
L'homme à la frontière franchit le pas

Tôt le matin alors que tous dorment encore
Dans la maison je lis le livre des poètes
Assis sur le tapis les deux chiens sont dehors
Alors je renonce à la boisson du matin

Quand il pleut longtemps
Le vent l'eau sur les feuilles
La nature entière au repos
Au portail assis les animaux familiers

La musique claire et limpide
Me rappelle cet ami valeureux
L'eau avec constance bien loin
Du ciel jusqu'à la mer

Mes amis des frontières
Boivent chantent et dansent
Mieux que quiconque
Le temps est tellement incertain ici
Une fois la frontière atteinte

Montagne Froide les multiples chemins
Frontières les lieux où on est
Une étoile le soleil pas encore couché
De l'une à l'autre depuis le seuil de ma maison

Au pays des frontières
Ceux qui écrivent de longs vers
Sont très rarement lus avec attention
Ici on préfère le chant des illettrés

Qui cherche l'équilibre à tout prix
Trouve la chute cent fois répétée
Il suffit de chanter à tue-tête
Quitter les pages tristes du sermon 

Ne pas écrire bien sûr
Se satisfaire de la nature
Soit ! Le ciel l'eau et le reste
Construisent ma maison

Le jour tout entier
Dans la lumière trop crue
J’arpente la maison de bas en haut
La nuit dans le calme par la fenêtre mille contemplations 

Il y a ceux qui brûlent l’encens
Assis sur des bambous
Presque trop près de la falaise
Qu’une tornade vienne avec la fumée confondue !

A peine visible des montagnes
La rivière calme somnole encore
Au loin s’annonce la pluie
Deux pêcheurs cherchent à lui échapper
(Pu AN : Fumée sur la rivière
Sur le point de pleuvoir)

Bien assis au milieu de la nuit
A peine le chant d’un enfant monte
L’esprit suit paisible les quarante-neuf chemins
Montagnes froides et nuages blancs

Nuit insondable et noire
Trop tôt ni vent ni oiseau
Dormir est impossible
Ces moments les sentiers les plus difficiles

Mille pensées sans rien à boire
S’incrustent
Je maudis mon inconscience
De n’avoir rien gardé

Par ici beaucoup de chemins sableux
Entre rochers arbres maisons et champs
Sous le ciel bleu nuages blancs
Révèlent les portes à franchir 

Le matin de bonne heure
L'odeur de pluie bien présente
Les animaux familiers vont et viennent
Cette heure le Monde se manifeste

Un trait horizontal
De la fumée au-dessus du toit
Wang Wei ici écrit son poème
Quelque part entre les ruisseaux

Quel besoin d'amis en ces jours sombres
Boire du vin la nuit tombée sous le porche
Est la chose la plus adéquate à faire
Sentir l'odeur de quelques fleurs ou la présence de l'animal familier

A quoi puis-je encore croire
L'amour l'amitié ne se différencient pas
Dans l'abîme de tristesse
Qu'engendre leur disparition

Si près l'aspiration est irrésistible
Que faire
Sauter mourir en bas
Tenir ses pieds au sol recouverts de terre
Mourir également

Après quelques divagations de poètes en philosophes
De montagne froide à l'être de diamant
Du monde à simplement moi
Je reprends le travail

L'année du départ des amis
La pluie et le vent sans discontinu
Trois semaines du matin au matin
De l'eau partout

La montagne est mon refuge
La montagne est mon refuge
La montagne est mon refuge
Chaque fois j'y retourne
Sur le chemin de Montagne Froide
Ni père ni femme ni personne
Nuages blancs mêlés cimes perdues
Petites rivières jusqu'aux sources 

Etre à flanc de montagne
Assis sous l'arbre et rochers gris
Le monde est si proche
Pourquoi hésiter à le saisir

Mars 1992








Tu vas en un endroit
je vais en un autre
ainsi
est notre vie


Ma main se referme
doigts ou paume je ne sais plus
ce qu’elle contenait
une peur infondée d’un monde déjà moins le nôtre
car toujours tu es avec moi
Ce temps inconnu habité chaque jour
de nouveautés impossibles à connaître
nous surprends réunis
----------
Découvrir
est la constante lueur
aimer encore
-------------
L’étendue du monde est si grande
pour que nous parcourions à deux
de multiples façons le même chemin
et pourtant jamais elles ne se ressemblent
ces montagnes
jamais ils ne nous troublent ces silences
et pas davantage nos propres cris
La douleur de constater la vie tout autour
être tristesse impuissance douleur elle-même
abandon du bien
cette douleur sans égale confrontée au sang réel
à l’enfant abandonné
confrontée à ses pleurs que nos mains
à peine saisissent
la douleur ne consolent qu’un temps
--------------
Ils sont si longs nos temps d’errance
cependant avec quelle précision
ils nous révèlent de la vie les grandes valeurs
avec attention nous allons continuer
d’habiller ces temps de nos espoirs
--------------
Ce silence là
attendu espéré
nos mains l’ont si souvent dessiné
ma bouche se tait rien n’en sortira plus
je me dis m’entends-tu ?
ton silence le mien retrouvent en l’instant
le monde du dehors qui trop se tait
aime et attend
Je dis
ma main s’est refermée sur une eau
prise à la rivière sous ces arbres
cette eau se faisait entendre
la nuit l’inquiétude revient
le bruit de l’eau sur le métal
je serai au final apaisé de tant savoir
l’eau la boue les enfants au loin s’en amusent
----------------------
Lorsque dans l’inquiétude d’être un être perdu
abandon inconnu ignorance
ma voix se transforme
laissant filtrer la peau de la défaite
qui vient porter le réconfort
qui de la multitude est convoqué
Une seule heure sépare
découpe modèle crée une autre réalité
nous étreindre dans cette ville devenu ton univers
tu me montreras les rires de ton parcours
brouillards ou arbres asséchés sont merveilles
le Monde est beau quand l’enfant est heureux
-----------------
Je ferai tout pour rouvrir cette main
mes doigts l’un à la suite de l’autre
et l’écoute aux bruits de la vie au matin
Nous sommes des êtres de lieux
nous devenons humains
Devant ce visage
ceux-là passent d’autres sont invisibles
ce qui importe leur joie intérieure
----------------
De toute part pourra survenir l’étonnement
à cause d’un regard
la dureté du moment d’après me laissera sans force
où trouver la plénitude d’un chemin de flanc
quand redécouvrir la beauté des racines basses
De mes deux pieds pris dans une boue venue de nulle part
peut surgir la paix
------------------
Nous avons évoqué
l’infini du désir
ni le silence
ou la crainte du mot
débordant la joie d’être
côte à côte
ni la fatigue obstruant le regard
et nous serions
passés ailleurs
non
rien de cela
-----------------------
Ces indifférences me heurtent
pourquoi le torrent n’évite-t-il plus aucun rocher
Ces jours-ci souvenirs et merveilles affluent
corps esprit comme pris dans un étau
un océan de bornes insaisissables
sépare l’enfant de la mère
l’imagination alors comble la distance
là cet oiseau piaille très haut son bonheur
Là sur la dalle glissante mes pas légers
te souviens-tu des autres heures ainsi
merveilleux souvenirs nature oiseau sol
marcher avancer vers la maison
---------------
sol sec
cœur sec yeux secs peaux sèches
cheveux cassés membres brisés ventres morts
vie brisée espoir inexistant
ainsi s’épuise l’âme une litanie d’abandons
langue morte errance au Monde
abandonné du ciel
brin de paille sèche au fil du torrent
nuage épuisé décroché de la montagne
Rien ne résiste ni ne demeure
si
rien ne survit de notre amour
lorsque portant le regard vers moi misérable
sursitaire
vous ne voyiez de mon corps que l’esquif de bois
ballotté du haut au bas de la vague
maudit sort qui me conduit droit à la mort
où je suis espéré sans avoir transgressé
interdits ou règles jamais énoncés par mes
semblables
En quoi la différence de corps
les vêtements qui flottent mes odeurs
l’angle de mes articulations
l’infini tristesse de mon regard
le silence que dit mon sourire à peine possible
ces derniers jours en quoi suis-je éloigné de vous
connu contraint et plié
Contact du sec contact du faible du mou
de racines cendres et pourtant.
----------------
Chaque pavé où appuyer le corps
et ces couleurs rouges bleues
fleurs inconnues elles ont reçu jadis
ce regard perdu inquiet plutôt
quand je longeais un fleuve en pleine ville
aimant méandres et lourds chalands
remplis de sable et d’inconnu
où irez-vous tantôt foulant ces pavés
quand la lumière puis l’ombre
s’entendent à créer l’image inattendue
A peine une forme sans forme
ces trajets sont alors beaux
comme torrents et rochers
mon être est léger je suis souriant
-----------------
Je vois cet oiseau
humble endormi que rien ne couvre
protection du froid protection des eaux
non rien et pas davantage
de protection du regard de l’autre
Qui suis-je doit-il se dire
un amas de glaise un tas de boue
un amas de béton un tas de ferraille
pas davantage
et pourtant j’ai un corps vrai une âme
Ma pensée vous décrit et vous aborde
comment dire à l’oiseau qu’il est un homme
------------
Un torrent nous sépare
conduit
aux solitudes insoutenables
ces enfants des rues
le soir
alors qu’ailleurs
sont les bras
et les corps chaleureux
aimants jusqu’au matin
le pas au hasard
sera
leur parcours de la montagne
je voudrais
les saisir
d’un mot leur dire l’étendue
du monde
s’ils s’efforcent d’oublier
leur solitude
rancœur et colère
ces étendues heureuses
devenues
pierrailles poubelles
sont pour cette nuit
abandon
entends-tu
chants et tambours
nous sommes ensemble
auprès d’eux
--------------
La montagne est mur de roches
contre lequel s’écrase la houle
l’écume monte à l’assaut des versants
en redescendent torrents ou rochers
montagnes sont murs écume histoire
corps et cris épousent les rochers
baignés aux torrents cris d’enfants
silence d’adultes au soir venu
cette fois encore avançons vers la maison
----------
Là réside un souffle obscur
s’allonger
que vienne une autre respiration
une voix intérieure
me projettent au monde
je déloge
ce souffle obscur
et de nouveau je suis vivant
--------
Nous nous sommes jetés hardis
à l’eau du fleuve et la pluie aussi
se mêlait à nous
la rive n’existait pas avait-elle jamais été là
une seule fois pour nous deux réunis
On ne le sait plus notre dos
était en ce jour offert au silence des bombes
au regards absents aux yeux délavés
Mais nous avons nagé et ramé couru et marché
lavant notre visage à la nuit
pour qu’au matin disparus fleuves et pluies
nous retournions unis parfois seuls
De nouveaux cœurs échos après échos
se sont fait entendre
----------
Il me revient à l’esprit
tout ce que nous espérions accomplir
de nous
atteindre l’unité au sommet des monts Koghis
parcourir l’océan Pacifique depuis à la Havanah
connaître les peuples et s’installer au Séjour Paisible
être au tumulte de la ville-usine
et tout et tout à chaque pas du chemin
tout
du ciel aurait été contenu dans notre vie
Il est à mon esprit que peut-être à notre insu
nous vivons cette heure les rêves d’avant
comme si accomplir et désirer
s’épousent sans cesse
----------
Nous avons ce matin
croisé un homme au visage inquiet
cet homme se tenait la tête levée
son regard portait au loin
l’instant qui a suivi il s’est abaissé ce regard
dans notre direction sans nous voir
Je me suis dit
et toi je le sais
tu ressentais cette inquiétude
je me suis dit rarement
j’ai par le passé croisé un regard si inquiet
de quoi était-il inquiet je ne peux le dire
il a pris mon cœur mon esprit mes pensées
----------
Un jour tout est terminé
revivre ce qui est passé est au-delà de nos possibilités
et pourtant nous consultons
le lever du soleil la course des nuages
le rythme des marées
l’appel des jeunes enfants
la joie insaisissable
-----------
Ce qui nous est proposé
c’est un cœur dépouillé
tant de fatigue aura eu raison de l’innocence
gouffres et précipices nos mains saignaient déjà
il en est terminé
L’aisance ce soir d’une déambulation
extension de la proximité
une déambulation nous deux apaisés
---------
Il faut bien que se termine
les moments heureux si fréquents
vivre en cette certitude est facile
tant que tout demeure
lorsque la dernière heure marque le départ
alors plus rien n’est facile
Il y aura eu ces remparts
par lesquels nous allions comme marchant
par-dessus les flots connaître d’autres cieux




LA NUIT S'ECOULE

Ne pas penser laisser le temps passer
Laisser l'air filtrer du ciel jusqu'à moi
Ne pas penser laisser le temps passer
La terre respire mes pieds le sentent

Laisser l'air filtrer du ciel jusqu'à moi
Ecouter les paroles qui sourdent du plancher
La cabane ouverte laisse pénétrer le sens
Ne pas penser laisser le temps passer

Laisser l'air filtrer du ciel jusqu'à moi
Ni homme ni femme ni ms seulement l'air
Trouver une forme dans l'esprit reposé
La terre respire mes pieds le sentent

Ne pas penser laisser le temps passer
Des longs cheveux s'écoulent les pensées
Remontent du sol l'humeur des sources
La terre respire mes pieds le sentent

Ma peau la voie royale du souffle
Laisser passer l'air du ciel jusqu'à moi

L'arbre semble ne jamais se déplacer
Sa cime pourtant parcourt le vaste monde
En un immense cercle poussé par le vent
Pareil à l'arbre immobile en apparence

Ne rien faire laisser le temps passer
L'écoute de la terre à travers le plancher
Etre au centre et être partout à la fois
Le chemin de l'air du ciel à moi

Ne rien faire laisser le temps passer
Rapide comme la lumière les pensées éteintes
La nuit s'écoule ainsi sans inquiétude
La terre respire mes pieds le sentent.

Ne pas penser laisser le temps passer
La nuit s'écoule sans inquiétude

Décembre 1990 







-

No hay comentarios:

Publicar un comentario