martes, 25 de octubre de 2016

PAULINO LORENZO [19.364]


Paulino Lorenzo

Paulino Lorenzo Zárate (Logroño, 1975) ha publicado la plaquette Ganas de hablar (AMG, 1997) y los libros Devoción privada (II Premio de Poesía Antonio Carvajal. Hiperión, 1999) y Monedas en el agua (Pre-Textos, 2007). Acerca de su última colección de poemas, Las manzanas de oro (Fulgencio Pimentel, 2014), ha declarado: "No sabría decir si es mi segunda plaquette o mi tercer libro. Tengo la creencia de que mis libros, aparte de malos, no son libros, sino una sucesión de disparates y extravagancias". Colaboró desde su fundación en las Jornadas de Poesía en Español –evento que ha reunido a algunos de los mejores poetas de España e Hispanoamérica– y fue su coordinador durante seis años. Actualmente colabora en la revista Mangolele y se dedica profesionalmente a la producción musical. Posee un par de amplias almohadillas en los pies y un saco gular bien desarrollado con el que emite grandes alaridos que reprimen el frenesí de sus dos hijos, Manuela y Darío. A ellos va dedicado Las manzanas de oro, escrito bajo la sombra protectora de Cristina, el árbol de la familia.





Devoción privada

II Premio de Poesía Joven "Antonio Carvajal".
poesía Hiperión,

Devoción privada, con el que ganó por unanimidad el II Premio de Poesía Joven "Antonio Carvajal" del Ayuntamiento de Albolote (Granada) es su primer libro de poemas.



NAVIDAD EN ALCAMPO 

Llegan malas noticias, las presagia este polvo 
mezquino del invierno, de modo que me alejo 
consternado y astuto de mi cuaderno viejo, 
agarro un taxi en marcha (un taxi marca Volvo) 
y me voy a enterar de lo que vale un peine. 
La calle está con sueño de alquitrán y de lluvia. 
Entro al mercado: un hombre con una chica rubia grita 
que no ha nacido la mujer que le reine. 
Algarabía. Ruido. La fruta es una extraña 
musculatura esférica que se desmaya en rojos. 
Un tendero sureño con perlas en los ojos 
retira de un barril la bandera de España. 
Sueña la vida, asciende la vida a la locura 
por la gran superficie del centro comercial. 
Sigue la vida, rueda la vida artificial. 
Aún retengo su olor, la enigmática anchura 
de la melancolía, una gran soledad 
que no acompaña a nadie, con enormes pasillos, 
una melancolía de trapos y visillos 
que disfraza de luces la insulsa navidad.



Estás un poco plof anímate

Recuerda bien las máximas de este tránsito inútil
que es la vida. Se honesto mientras puedas,
da limosna y apiádate
de los desamparados.
De ropa cómprate lo justo
para no repetirte los fines de semana
no explotes a tus padres, mas recuerda
que ellos diéronte el don de la vivencia,
así que no te cortes, pídeles los esquís,
una guitarra nueva (eres un melancólico,
un artista, ya sabes, la vida es una mierda).
Pon el disco de Elástica en tu compact disc nuevo,
que no te coja el toro del Derecho Penal
con sus cuernos retóricos.
Llama a nacho y a estos, queda en el Bariloche
(los abogados hablan y la ciudad descansa).
Charlaréis de lo utópica que resulta la izquierda
(las ideas os molan pero es un imposible,
papá empresario dice, papá empresario sabe
algo más que nosotros).
Las patillas de Jorge quedan muy desfasadas,
ahora pega el estilo del último britt pop.
No tires, por favor esa chupa vaquera,
déjala en el portal, que la recogerán
y dentro de unos meses algún somalí enfermo
la llevará. ¡Qué gracia! ¿Te lo imaginas Proty?
Fuma muchos canutos, ese punto rebelde
no te lo quita nadie, además, ya me entiendes,
saludar a los moros cuando vas con las chicas
te da ese aire intocable, oscuro, melancólico
(la ciudad se utiliza rara vez a sí misma).
Sabes del laberinto concéntrico del mundo.,
alguna canción tienes hablando de estas cosas.
Eres un buen chaval el espejo te dice,
mientras frotas dos gotas de Carolina Herrera
detrás de tus orejas, tan graciosas, en pico.
Exprime, no te cortes, este mísero viaje,
vulcánico presente, vertiginosos azar.
Exprime, saca jugo, no te delates nunca,
se siempre un chico listo, no sigas la corriente
(mas tampoco te pases, asegúrate).
Corre bien la carrera, aprovecha la vida
y luego muérete pijo de mierda.

en La Ratilla fanzine nº.: 8 (Planeta Clandestino, 1996).





(De Las manzanas de oro.)


REINOS DE AGUA

Yo era un niño feliz y lo sabían
las llamas del verano,
las nubes finas y los trenes lentos,
la explosión de los ríos al atardecer
cuando reinaba un viento alegre
que agitaba el letargo de astros y bicicletas
mansamente apartadas. Las estrellas
me instruyeron acerca de regarles la hierba.
El frío era un asunto maternal,
casi un azul riendo en la mitad del campo..
Todo una turbación que en desatadas ondas
me ponía ante el sol,
el sol de las piscinas,
y eran todos los númenes amigos
excepto algún imaginario mono
que conocía con profunda audacia
el aroma de mis debilidades.
Algo leve y piadoso me mueve a la extrañeza
al ver aquel paisaje ahora arrodillado.
Mi hijo me da la mano. Me la aprieta.
Sus ojos miran este nuevo mundo
y no se agotan nunca de mirarlo.
Súbitamente ahora
se encienden las farolas, como entonces.




SUSPIROS SEMANALES

Humean en tu frente rigurosas ideas
que alumbran, con la tarde, muy temibles misterios
y casi con desgana, con ademanes serios,
inicias con tu charla una larga pelea

que tan sólo tú entiendes, y tus osos, y Blas
adorador, como es, de tus brotes de gas,
y acudimos parientes con posturas obtusas
a gozar con tu cháchara de alegres semifusas

cuando apenas ya alumbra un rústico candil
tu mirada, posando su curvatura añil
en la marimba ardiente de esa risa de huerta.

Y repentinamente, tras profunda impresión,
hacia tu padre arrojas tu modesto camión
y le invitas a irse, y a que cierre la puerta.




SAIL ON SILVER GIRL

Al ver tu mano encima de la mía
quise que bajo el cielo con peces de tu cuarto
se detuviera el tiempo
con su manada de sonido y luces
y hundirme en ese bello lago
donde siempre estaríamos juntos.
Pero como en un sueño con canciones remotas
sentía el apacible fluido de la vida
discurrir lentamente
obedeciendo a una sagrada ley:
nada de lo que amamos
permanece sino en una escondida
fuente, cuyos hilos de agua
el corazón escucha
y en él calladamente reverberan.



‘Monedas en el agua’ es el título del poeta riojano Paulino Lorenzo, que supone una selección de poemas escritos a lo largo de los últimos seis años. El título ha sido publicado en la editorial valenciana Pre-textos. 

ERES ASÍ

Siempre dice lo mismo
si lo escuchas, calmado, el corazón.

A él que siempre vuelve
al mismo decorado
y a similar canción
¿cómo no serle fiel?

Parece que regresan
los días para siempre
mas recuerdas un tiempo
que perdido y si dulce
para los labios, frágil
y quebradizo fue
para la avara ciénaga
donde abreva la dicha.

Tardes idas, limones
del imposible patio,
escarcha que perdiendo
su color es más bella.

Y al cansado guardián,
el corazón, tú déjalo que arda
siempre en los mismos días
junto a los mismos pájaros.



PASEO POR EL EBRO

Paseo por el Ebro,
dulce rumor del agua,
musarañas…

Cómo lloran los patos,
cómo silba la noche
por las cañas.

Traigo las zapatillas
manchadas en el río
y en el barro.

Delante de mí pasan
docenas de gitanos
en un carro,

y sonríe la mula
como una mujercita
que comulga,

mientras con una oreja
se alivia los picores
de una pulga.

Hoy ha llovido un poco
y están las hojas húmedas
del sauce,

como puños sombríos
se sumergen los sapos
por el cauce

del río. El corazón
siente con la tristeza
de otros años

cómo pasa la vida
cómo llega el rocío
a los castaños.



INVENCIÓN DE LA ALDEA

Cuando limpian las pistas de tenis
y la luz de la tarde se acaba,
por el agua barquitas menudas
regresan a casa.

Con el tono menor del ocaso
los barqueros, que son taciturnos,
descomponen el aire de marzo
grávido y oscuro.

Ya se encienden las plazas secretas
y el café, con sus tristes neones,
va cubriendo de fiebre la tarde,
de piedad, de olores.

Hay indicios de un cobre lejano
cuyo rastro vulgar el minuto
enviudece y apaga. El estío
festeja su luto.

Ya es la hora. Los perros se marchan
a esperar, por las húmedas sendas
que conducen al mar, forasteros
que del bosque llegan.

Partiremos, como ellos, un día
a buscar en perdidas comarcas
una aldea como esta, tranquila,
con pistas de tenis, con barcas…

En los restos de errantes estrellas
nuestra vida parece brillar:
callejuelas alegres y ríos
alegres, sombríos
que llevan al mar.

(De Monedas en el agua.)




Aprendiendo a gatear

El gato vuelve en sí, se ha despertado;
abre un ojo y la vida le sonríe.
Quiebro la puerta para que me espíe,
y me espía y camina y juega con un dado

Un insecto le tiene atolondrado
mas al cabo le ignora y se endereza
preso de algún afán, se oculta en la maleza
sideral de un magnolio, se tumba con cuidado,
come una flor, me mira emocionado
buscando culpas jubilosamente,
le miro y me sonrié con un diente
(será que sabe hacerlo como un actor, de lado).

Hay en la habitación cierto viciado
aire de aliento de bibliotecaria
y el gato corre tras la imaginaria
princesa a quien se debe. ¿le habrá dado

un mal aire de gato enamorado
o es que le contagie la vena amarga
que me hace estar colgado de esta larga
sombra que desconozco, sin nombre ni costado?

Gato, pupila pura, infiel irreverente,
ojalá goce siempre de tu amistad silente.








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