sábado, 31 de enero de 2015

ÁLVARO TORRES-CRESPO [14.634] Poeta de Costa Rica


ÁLVARO TORRES-CRESPO

Soy costarricense de padre guatemalteco, de madre tica y de abuelos nicaragüenses. Estudié economía en la Universidad de Costa Rica e hice estudios de posgrado en ecología política y desarrollo. Luego de vivir en la Península de Osa tomé la decisión de dedicarme al cine. Estudié dos años en el Northwest Film Center en Portland-Oregon, y recién concluí la maestría en dirección y guión de la Universidad de Texas en Austin. Además del cine, me apasionan la poesía, la cerveza, los guiones, el fútbol, las contradicciones y lo tostado en el fondo de las ollas. Estoy de regreso en Costa Rica.
Comparto mis textos y videos en el blog alfinalunguayabo.blogspot.com. 






AÑEJO PENSAR

Cuatro paredes de cemento
sostienen el peso de tu historia.
La aguja herrumbrada,
carcomida por la rutina,
besa el acetato
y me respira alientos de última canción.

Sos memoria de textura áspera
de sonidos lejanos, complejos de descifrar.
Quiero poder escuchar tu caos,
la definición de lo nuestro,
alguna orquesta vieja que interprete tanta despedida.




(sin título)

Me ahoga el saberte frente a mí:
presencia, correntadas de algo incierto -
y una ventana que con la mañana aclara.
perder tu voz
en el murmullo constante
del aguacero que golpea el vidrio,
y reconocer la decisión
en el único gesto de tus manos,
que en esta despedida son líquidas
y regadas sobre el cemento.




POLVO Y PUEBLO

I

este lugar no puede ser pueblo
no nos prestemos a engaños.
esparciste actos indescifrables
por todas tus calles,
escondiendo con sutileza la angustia.

ahora,
reducido brutalmente a espectador,
me encuentro en todos los perros
que recorren febrilmente,
tus rincones.


II

una cabeza empolvada en cada esquina
entre brazos pesados y el alcohol de siempre.
aquí el porvenir nunca lo anunció
el carro con parlantes
ni se dejó ver al final del año desfilando
junto a las mismas muchachas delgadas.

la angustia se cuela por debajo de las puertas
y se amontona de a poco.
techos herrumbrados
luces débiles
treintas de mes

en este lugar todos cargamos un recién nacido
para que nos compren algo de lo que ofrecemos.


III

desperté con la mirada atrofiada
y el paladar amargo
de tanto rebuscar entre tu basura
que soy yo
y lo que sueño.

por lo pesado de la humedad entendí
que sobre mis ojos bailaron
todos los miedos de la noche:
fiesta prosaica 
a la que no fui invitado

ahora que empieza la jornada,
me desdoblo de nuevo
para seguirte el rastro,

y para ausentarme de todos los muelles
que nunca son pintorescos
cuando llega tu noche.





sucesos legendarios o tradicionales

siempre supe que te querría hasta lo insalubre,
hasta que mi boca se secara de tanta sal.
así es todo lo mío:
quiero y me seco al mismo tiempo
y con el mismo embate.
hoy mis manos han perdido la razón,
olvidan que nos llegó la hora del viento y los techos,
se obstinan en raspar las latas
ilusionadas con llegar a tu espalda.

cuando hayás caminado lo suficiente
sabé que de esta casa no se ha ido ningún músico,
todos estamos aquí, soplando.
y que esas mismas manos
que no conocen de metales y llevan herrumbre bajo las uñas,
entienden mejor que nunca de baladas tristes.




Debí
                     
"Cómo será pregunto.  Cómo será tocarte a mi costado.                       
Ando de loco por el aire que ando que no ando."                                                                                                                    Juan Gelman

hoy no trajo nada el viento.
los mismos pájaros en los cables
ignorando siglos de electricidad.
debí haberlo reconocido
en la falta de comida para los gatos,
en sus caras.
si al viento lo interrumpe un soplo,
una pequeñísima expresión de sí mismo,
algo importante querrá decir.






ausencia

esto es como si se sentara el diablo a mi lado
y ofreciera ron del bueno.
es la compañía que confunde y la malintención que agrada.
es como si ese diablo
solo palabras bien pronunciadas supiera decir.
dice melodía,
albahaca,
línea de tren.
dice algarabía peinándose los bigotes,
es un manual de derrotas listo para ser leído.
declama: es una mujer vencida.
yo lo veo y empiezo a pensar en vos, amor.
yo escucho y bebo.




los techos se caen

no nos deja dormir
el ruido de la electricidad
los cables pelados por el tiempo
la herencia de la maldad.
yo me quejo del mundo
tanto lloriqueo para tan poco amor
y me escondo en vos,
refugio erosionado cerca del desplome.

adentro tuyo un grupo de locos desbocados
que ya rendidos
aprenden a verse
a versar
a besar.

de mañana sólo mi gata,
los techos que se caen y mi gata.






calles sin salida

se deben sentir engañadas las calles sin salida.
en ellas nunca se depositó confianza,
algún dios menor les juró la oscuridad.
quizás deliren con tanto cuerpo extraviado,
creen ver brazos al cielo,
el baile de los sin amor.
¿cómo hacerles entender que para algunos,
la ausencia de esquinas
es llegar y ganar?







conversación en tiempo real

                        ´voy camino a la locura 
                         y aunque todo me tortura, yo sé querer´  V. Fernández

el perro me mira y me dice
que no entiende de vientos.

sentate y escuchá le digo
si hoy estamos solos es porque los techos
son más importantes que nosotros.
a ellos y a la ropa vivida
les pertenece el viento.
no a nosotros.

callate y vení
perro
que nos quedamos solos,
y lo mejor que podemos hacer
es mentirnos y soñar una repartición distinta
de ilusiones.




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