jueves, 20 de noviembre de 2014

MARIO MORQUENCHO [14.077] Poeta de Perú


Mario Morquencho 

Mario Martín Morquencho León (Los Órganos, Piura, 1982). Vivió toda su niñez y adolescencia cerca al mar, en su distrito natal. Al terminar la educación secundaria, se trasladó a la ciudad de Trujillo donde estudió la carrera técnica de Contabilidad. Empezó a escribir y publicar poemas en distintas webs de poesía. Radica en Lima desde el 2006. Formó parte del colectivo Heridita (Lima) y participó en el Grupo Literario Signos (Lambayeque). Ha participado en distintas ferias y recitales de poesía. Tiene publicado su poemario “Ciudadelirio” (Sol negro, 2010) y su segundo poemario “Un Mar Alcoholizado”.


RÍMAC

Yo me molesto con la vida
— Y no sé por qué con ella—
Cuando paso el puente
y veo flotar cartitas de amor en heces por el río.
¿Suicidarse desde allí?
—¡Ni loco!—
Seguro la muerte no se animaría
a recoger mi alma confundida
entre toda esa mierda debajo congelada
donde el sol y el infinito
cierran los ojos para no reflejarse en las aguas.
Hasta he llegado a creer que mi reloj se malogró
y dejó de jadear, por hacerme el valiente
estando más de un minuto,
con la esperanza de ver algún loto
entre esa nausea acuática.
Ningún arco-iris se atrevió
a defecar por esos lares,
sólo las nubes que a veces escupen,
o algún borracho que micciona decadencia.
Si alguno de nosotros fuera pez,
estar en esos charcos sería:
cumplir cadena perpetua
encerrado en la comunión de todos los gases,
o respirar en la entraña de los estreñidos.
Yo me molesto mucho con la vida
cuando paso el puente y veo ese río,
como un portal parecido a los que salen
en las películas de ciencia-ficción:

este río es el portal que nos aborta
hacia el vomito infinito
de dios.



ASESINATO EN LA CALLE OMICRÓN

Lo he matado. Me he vengado de los meses de invisibilidad. De ser como cualquiera. De ir a trabajar un día como hoy, de estar afeitado y tener el cabello recortado, con el rostro impecable, el piqué y el pantalón de color azul pulcros y planchados, los zapatos negros brillantes como un charco que la lluvia ha creado… y nunca olvidarme del fotocheck con mis 26 años encima y la cara de loco olvidado en la maquinaria cotidiana de las horas  de ser un empleado con el sueldo mínimo. 

Me he vengado de abrir la puerta y bajar las escaleras a las 7 y 30 de la mañana, de lunes a viernes, bajar las escaleras de fierro y en espiral todos los días sin tropezar siquiera porque salgo a las justas. Me he vengado de subir al bus de la rutina, del diario matutino, del noticiero de las 6 de la mañana, del gallo que sobrevive como un reloj en la azotea, del café con leche y la carretilla de la esquina. 

Lo he matado con el cuchillo con que corto el pan y lo unto con mantequilla.
¡En mis manos sangra cotidiano! La epilepsia, la agonía, la sangre por la boca, los ojos que se alejan de ser ojos, el rostro que se aleja de ser rostro.
¡Lo he matado, estoy seguro!

Me he cansado de ver su rostro, de ver los restos inmóviles, la incertidumbre de la muerte y el crimen. He optado por envolverlo con los periódicos pasados, envolver los restos, al cadáver cotidiano envolverlo con las noticias de la semana pasada, con el suicidio de ayer en un hostal perdido en la bruma de la madrugada en Lima, envolver sus extremidades con el abuso policial y la corrupción de los ministerios y el puto sistema capitalista, envolver su dorso con las estadísticas económicas y las encuestas políticas, volverlo a envolver con la injusticia social, con los jubilados que mueren haciendo cola, con los enfermos y los niños que lo único que tienen en la vida es una enfermedad extraña que se llama olvido, con los jueces que se hacen ricos y los clérigos prostituyendo el paraíso. Los buenos son pocos y contaditos.

Después de envolver al cuerpo como una estatua de papel periódico, como una obra de arte de lo que lees antes de ir al trabajo o lo que ves en las noches antes de dormir, bien envuelto todo, cada uno de los cabellos, las uñas, los bellos sombríos, envuelto el reloj y la alarma, el tatuaje en el hombro, la cicatriz de la rodilla, los pies, los caminos, la lagartija que le sale del sueño envuelto como un regalo y todo desaparecerlo dentro de una gran bolsa de plástico negra, canjearlo por una nube, por un día sólo conmigo mismo…
Lo he matado, sí
¡Lo he matado!
¡Lo he matado!

El cuchillo en la mesa viste bermejo
y baila tango…
baila tango el muy pendejo.

De Ciudadelirio (2010)



1

Sólo perro y gato
entran al bar por la puerta
—qué vieja tiene el vaso—

sigamos hablando del gringo que mató
de un arponazo al viejo buzo
el mar se contrajo a charco de sangre
y la abertura en la cabeza liberó peces
en el cielo rojo como el sexo de esta playa
donde los veleros se levantan
reclamando aire y aventura
—pon otro bolero y tráeme la correa
que estos chibolos joden la paciencia—

                       Ay diosito
envuelven la sobriedad como un cadáver
      HOY ESTOY AL DÍA EN LA LOCURA
           como una estatua que huye
    donde el viento consuela las palabras

la divagación de este ebrio canta:
«vida mía, qué quieres que yo diga
                 qué quieres que yo haga»
si esta botella tiene las últimas gotas
                      de sangre y de cerveza

cómo nos arde el espinazo en la faena obligada
                                      al frente            mar!
                                          detrás            mar!
                             a los costados            mar!
                en todos nuestros ojos            mar! mar!
espéranos con un pez en la boca
que en altamar no hay bares ni momentos como este
                       —qué vieja tiene el vaso—

perro chusco cruza la calle y es tan hermoso el pulgoso
                                                 manclenco
                         menos el ladrido ardiente
al besar el ave muerta las faldas del cerro
    que tienden la sombra sobre las arenas

    Ay mamita linda
porque hay tanta gente que no entiende
dónde van mis pies caigo podrido
y las viejas dicen:

                            miren al hijo de tal
                            es un palanejebe
                            y tiene pa’ sus aguas
desnudo bailando en medio de la plaza
grito:

miren   carajo  este borracho
   tiene vidas como el gato
      pulgas como el perro

        este borracho bien volao
            pide su vaso y su cigarro

              este borracho grita:
                  delirio ocupa este vaso

                    este borracho
                       con la humanidad al aire
                           alimenta a las aves del pueblo

                este borracho   cruza la calle
   perro chusco pulgoso   cruza la calle
             y pican los versos rechonchos
                                             de sangre

A YYY P O E S I A P O E S I A P O E S Í A
                      como el gringo que mató
                de un arponazo al viejo buzo
                            INCRÚSTAME este vaso
                                         en la cabeza




3

Rodarán las cabezas de familia
                   por el piso rojo pegajoso
                          y maloliente de los bares
rodarán como el desplume de las aves
destripadas en la orilla de los mares

ahora nuestro amigo pide a señas la ronda de esta tarde
ahogando la decencia con un sorbo de cerveza
mientras que la dama del costado nos enseña
                                               la pradera de sus piernas
nos dice que ha llegado a esta tierra por engaños
y que tiene un hijo en la selva que la espera

¡SALUD! mis muchachas extranjeras
pienso mientras Janis mueve las caderas
la cumbia que le sale de las venas
es la danza infectada de cometas
que abarrotan de clientes estas mesas:
cabezas de familia que ruedan
en los pechos de estas hembras
                                  destetadas por la luna
que tienen el hombro más grande que esta playa
hembras con el sexo acosado por las aves:
             pájaros bohemios llorando una pena
             pájaros en celo tras musgo de tristeza

hay tantos perros que ladran estas cuevas
y se rigen a los puños el dominio de las perras
profanan la belleza ahorcada en los cabellos de Jimena
confunden los ojos de Graciela
con los sueños en la noche de centellas

porque mi corazón no es un tacho de basura
en la plaza más oscura
Jazmín    déjame decirte
               que te quiero como mierda
              aunque seas la más puta
              de esta tierra

Oh mujeres de la mala vida
pido otra ronda en esta tarde que se apaga
por la lluvia venidera
                           y las noches del mañana





10

¡No es posible que me haya quedado sin ellas!
                     si andan como el aire
                         en todas partes

         ¡Es imposible de que no diga nada!
si mi boca comulga de ellas a cada instante

es una bajeza ir por el mundo
     teniendo nudos en la garganta
                     tragando caos tras caos
dejando a la belleza vestida de esqueleto
bajo el enorme monolito de silencio
junto a los gusanos que un día hemos de montar
con toda el ansia de vivir y estar muertos

es imposible dejar amarrada nuestra lengua
                                         a un palote de muelle
existiendo a flote en un inmenso mar de contradicciones
es imposible no navegar no naufragar
                     ahogarse es posible
ahogarse y dejar de ser anfibio
                      treparse de la orilla
                  de alguna orilla erguirse
y caminar y caminar hasta encorvarse
porque es imposible impedir ser un cadáver
es más posible que florezca de aquello
                                   un inmenso jardín de arte

¡Es imposible haberme quedado sin ellas!
y si un día me cortan la lengua me resta el seso
      mi mano lapicero
      mi mano lápiz
      mi dedo pluma
      mi dedo carbón
      mi dedo humano
      mi dedo hueso
      mi dedo nube




4

Aquí trasbordan mi cuerpo
desde las profundidades del amanecer
sobre este mar donde bailan los barcos desolados
             viene el Santa Lucía con mi tonelada muerta
             enredado y carcomido por
             los peces fosforescentes del amor

Aquí llega mi cuerpo pálido y plateado
                                          no azul como el cielo
                                    sino verde hastiado por el sol
                             mis ojos grises de orfanato de sirenas
                              mi frente de Poseidón desmenuzado

                   Aquí bailan los barcos desolados del amor
                   en los aires gallinazos de rojiza cabecera
                           se rigen mis tripas descompuestas
    se ennegrecen las nubes en cada parte de mi cuerpo
mientras el Santa Lucía ancla la soledad cerca al muelle
apagan el motor los corazones y las chalanas obedecen
                       la triste canción de la marea

Proas cortan la danza de la marejada
el sol a estribor desierto cruza
las espaldas desnudas de los pescadores
que observan desde el puente
mi cuerpo vencido
con la barba de San Pedro desempleado
con el corazón a babor expuesto a la mañana
   mi corazón   que es un barco solitario
                        que baila en medio de la nada
   mi corazón   que mece el sueño de las aves
   mi corazón   que es una luna escamoteada

Ahora que ya no me sirven las agallas
       ni pesa tu mirada en mis escamas
ya no hay un Divino Cristo que me salve
sólo el canto de los barcos desolados:

                                             manicomio de tu voz
                                             a la hora del ocaso



14

Te ocultas bajo sábanas de incienso
 con tu hombro lleno de moluscos
  tu hombro diestro besado por el mar
   por aves guaneras que apenas
    te veo apenas:
    piel salada
    roca de ensueño
¿a qué hora te levantarás bronce durmiente?
     cuando el sol exhale el incienso
tus cabellos    tu rostro     tus sueños
no dejarán de escabullirse en el fondo
a qué hora te levantarás pedacito de mujer heroica
                    amante del profundo frenesí oceánico
a qué hora vas a parpadear exiliada emoción de encanto
                    cadera solitaria de lo inesperado
verte incorporar al mundo como resorte de algas
ver crecer niágaras desde tus senos verdes
 ver desprender peces desde tus vírgenes ojos
  ¡todo podría suceder cuando la tarde llegue!
    y dejarás corales conquistando tus manos
    una cueva que albergue todas las corrientes
    un paisaje para el amor la soledad y el arte
    porque estás entregada al mar
                  enamorada del oeste
     ultrajada por la melancolía de un barco fugitivo
                              que todos los días esperas
porque la esperanza sigue anclada a tu corazón desconocido
                      y te ha convertido:

                                                en una isla


15

Deja que salga
que la nausea matutina no lo agobie
      escucha la tronazón de la marea
      el aguacero desatado en la cabeza
deja que se levante
       se lave la cara
irrumpirá en la realidad como las nubes
      deja que está a tiempo
      de refregar sus ojos aún nocturnos
la sed descalza que le anda en la garganta
              es un pueblo a pie por el desierto

Déjalo… ya irá

primero que se busque
se encuentre en pleno tropezón del equinoccio
           caiga de la cama unas cien veces
           observe en el espejo
           la penumbra elástica del rostro
           y las ojeras de pie sobre las dunas
déjalo que sufra
se pueble de espinas
           una ola lo revuelque
           y sienta el remezón de la corriente
           mano que lo samaquea hondo
no importa
se dará cuenta que pierde todo
le gritarán la verdad en la cara
      inmaduro
              atorrante
                     bacancito
      D    E    S    P   I    E   R    T    A

se hará el incomprendido
mar agitado que despierta a cada rato
cielo que se encoge y que se estira
llanero solitario sobre una tabla de surf

                                                    y la rebelión
explosión que exponen sus ojos rojos y saltones
                                                       lágrimas
lluvia que se cuela por los agujeros de la calamina
polvo que traspasa la celosilla de los sueños
ordena cerrar los ojos al crepúsculo
ciego albatro que se estrella contra el cerro

              escucha el ala rota
la cuerda oscura entre los trópicos
el ventarrón que cría una carraspera
ahógate       arrástrate     convéncete
        intérnate en los chicheríos
           encuentra a tus amigos

señora Vilma… una jarrita de chicha
           que adormite la tristeza    la rabia
   el animal desmembrado en la basura

                       pasa el poto
                  chupa   ríe   canta
  báilate con la doña esa cumbia de moda
                      luz libertina
                     crepita dentro

                        oh vaivén
                          repítete
                     reprime el frío
                   la ausencia solar
                       el silencio
            paciente pescador al borde:
    s á c a l e l a n z u e l o a l b a g r e
                          corre
                          huye
                 escarba en la arena

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De Un Mar Alcoholizado 



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