martes, 23 de septiembre de 2014

A. MORALES CRUZ [13.422] Poeta de Panamá


A. Morales Cruz

Narrador y poeta panameño (Panamá, 1952). Ha recibido el Premio Universidad de Panamá, el 2º lugar en el Torneo de Poesía de Verano Inac 1982, el Premio Municipal de Poesía León A. Soto, el Certamen Nacional de Cuento César Candanedo 1994 y el Premio Nacional de Cuento “José María Sánchez” 2006, así como una mención honorífica en poesía del Premio Nacional Ricardo Miró (1996). 

Ha publicado tres poemarios: "Esta primera vez bastó la sal" (1978); "El círculo, la grieta" (1999) y "Cómicas de Berlín" (2011), además de la colección de cuentos "Lejanos parientes indecentes" (2007).

Poemas suyos aparecen en la Antología de poetas jóvenes de Panamá (1982). Ha publicado textos en diarios, revistas locales y páginas electrónicas



Documental naranja

No sé qué otra transformación sufrir: escurrido, colgado
parado en dos tiendas con la página en la mano

El libro de historia sólo cuenta eso: historias abigarradas
Como los buses repletos de gente en insomnio
Escupen al cielo    huelen a tornillos             son historias de autobuses

Y dicen:
Debajo del árbol las naranjas
En las naranjas el árbol naciente

La tierra en el árbol es una transformación si decidiéramos talar
tumbar

El amor es más sencillo: no lúcido
serio             compacto       sino
saturno          cíclico             desdibujado
es la lluvia corriendo en la ventana
un deportista corriendo en la hierba            gratis
y esperanzado




A la izquierda de sus televisores

Sigo por los holocaustos.
La isla sueña con un mar rodeándola.
Para que exista, levanta una arquitectura verde
en forma de zapato
La isla como un pezón atriangulado
y todos los días que flotan
y por entre los peces los ojos de Nuvia

El vientre del pez es el cielo
bocabajo de la isla

Dinamitación consecutiva
Brecha de ruinas de arroz
Ventana por donde se mira al mar o el mar
mira la isla
Sinán oyendo walkman en el Chú



Intemperie

No sé, qué otra noche ni qué ocho cuartos
Sólo la vi por la ventana, pasó ilesa y oscura
Era oscura entre los dientes afilados
Moribunda como la mata inerte
atravesada en el peor charco descubierto

No sé, este es el mundo que vine
Y este es el mundo que dejo
Todo es una mierda de punta




2

y me digo.... tengo todo el tiempo
y remo...  remo un bote al que no le he puesto nombre
pero no me desvía      su rectitud
es la punta de un lápiz haciendo círculos
como el dedo en la ventana de vidrio
cuando llueve y truenan de lejos letras de canciones
y camiones cargados de tierra pasan en la noche
y me recuerdan todas las cosas que he perdido
El horizonte se dobla y sale un gato
a su vez vivir me ha parecido alegre




3

Respiración     la dificultad de respirar de un buzo
cuando descubre el verde en el fondo del océano
y en su corazón hay palpitaciones
de su mujer en una foto en traje de baño
los cordones desamarrados
la reja de metal hiriendo el viento

Eco tras eco me visitan hoy tareas incomprensibles
un balón cargado en polvo
viejas cartas que se analizan al romperse
respiro esta flor
me alejan cien veces de un raro pensar
  



4

bajo las escaleras  visito otra vez mi pueblo
sus piedras gastadas
los postes de luz punzando el cielo
pero es un caballo que no recuerda
está detenido en la hierba crecida 
 se supone entre cerros y más cerros
y eso lo invade a uno de corazones pasados
paso el dedo por la acera   lo corro por los edificios
y es una piel diciéndome estuviste cerca
y eso me recuerda el mismo autobús que se asoma
  



5

es sin igual      todo es sin igual
como lo grato de quitarse la camisa
cuando apaga sus luces el estadio vacío
y un guarda inyecta su linterna en una oscura butaca
como quien busca la autobiografía de Andrea
los bucles de su pelo
alumbrados    
lejos    los amorosos
  



6

recojo las hojas   las últimas hojas son el patio
la grandiosa idea de la flor
sobre las hojas en el árbol
Esta paz  la escribo en el muro
y piensa uno en el mundo como el teclado de un piano
blanco                         negro
La tierra debajo de mi
es un avión bajo nubes
las hojas en la metáfora de la flor
una apariencia de página escrita




Montevideo  

Yo se que algún día voy a terminar tres buenos poemas
Tres poemas indispensables…
El poema uno
El poema dos
El poema tres

Menos el poema número dos, ese no!
El poema número dos va a desaparecer
Es un fantasma
El poema número dos se va a evaporar
Se hará lluvia
Y a los poemas número uno y dos le nacerán paraguas

El poema número dos se enteró de manifestaciones en Brasil
Luego se fue para allá  a llover
La gente en la calle se guarece
Y llegan los poemas uno y tres con sus paraguas
Sonrisas        la marcha avanza

Hace mucho frío en Uruguay
A tres grados bajo cero
El poema número dos esta caliente
Corre desnudo por la 18 de julio hasta Casavalle
El poema número dos hará que, por un año, la factura de agua venga en cero
Los poemas número uno y tres corren hasta alcanzar al poema dos
Porque esta caliente como una cocina encendida

El poema dos esta lleno de felicidad
Esta que se come la felicidad
            Los brazos de felicidad
            Las piernas de felicidad
Hasta que solo le quedan las uñas

Los poemas uno y dos terminan quedándose solos

Le quitan los abrigos a dos policias

Se cuentan cosas hasta tarde

Todavía estan ahí…





Cocodrilo y bebé en la orilla

Hay un cocodrilo espiando un bebé quemado
De prisa, tómalo, 
Desvialo como en un carro a velocidad 

Quítalo de prisa    con las manos    a patadas si quieres
No dejes que lo trague 

Hoy mis sentimientos se arrastran por orillas de ríos 
Se raspan y están ciegos 
Harían cualquier cosa por nadar de vuelta 
A las cosas buenas situadas atrás, 

Esas otras cosas que cuando oscurecía flotaban





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