martes, 22 de julio de 2014

LOURDES CABRERA RUIZ [12.446]


Lourdes Cabrera Ruiz

Nació en Mérida en 1962. Escritora y periodista. Es miembro de la Asociación de Comunicadores “7 de junio de Yucatán” A. C. y del Club de Periodistas de Yucatán, A.C. Forma parte del Consejo Editorial de la revista “Interlíneas” y de Ediciones Presagios. Es directora general de la gaceta de arte y cultura “Columba”.

Ha asistido a diversos talleres literarios y diplomados. Coordina el taller de narrativa y poesía Castalia y en 1999 fue coordinadora del III Encuentro de Escritoras “Enlace de Vocablos”.

Textos suyos han sido publicados en Dominical (suplemento de “Novedades de Yucatán”), “Unicornio” (suplemento de “Por Esto!”), “El Juglar” (suplemento del “Diario del Sureste”), “Navegaciones Zur”, “Cariátides”, “Interlíneas” y “Tropo a la Uña”.

Obra poética:

-Parafraste de insignias, Mérida, Ediciones Presagios, 1997; prosa poética.
-Tiempo de nombrarnos, Estado de México, La Tinta de Alcatraz, 1998[1].



SELECCIÓN DE LOS VUELOS DE LA ROSA. MUJERES EN LA POESÍA DE YUCATÁN[2]


CARACOLA

Expande su aliento danza de espuma
en la ribera vierte murmurio salino
reflejo calcáreo danza gira suena
ola que ribera de aliento espuma
vierte y expande salino
calcáreo danza el reflejo suena.





GEOGRAFÍAS

a Maimónides y Joseph Campbell

I

La mirada navega el vientre de la noche:
en lo alto, el otoño evoca la metáfora del tiempo,
sus partículas de niebla: Águila, Delfín…
aliento de sístole
…Pegaso.

Es un abismo el pliegue de los ojos:
concede luciérnagas de espuma,
vocales de una leve danza,
eco de tildes que se descubren
frente al exégeta
recostado a la orilla de un vértigo
donde ya no se piensan galaxia los nombres.
Alguien dijo: sea la finitud sin límite,
alguien que vela y revela a este corazón de agobios
el idioma insondable de los astros.


II

¿Qué auguran esas formas de luz boreal?,
¿qué signos porta el humor de su influjo?,
¿acaso predicen a mi voz
una vasta cavidad para ceñirlas,
una leyenda?
Alguien clama al héroe de las mil máscaras,
a su insignia
que lo erige
arquetipo, germen dorado
en el panteón de los sueños.
Cuando la noche del vientre navega
en la mirada,
lo invoca

ola de sangre, diástole de fuego.






CAUDA

a Ramón Xirau y las filosofías.

aves líquidas
ahora se detienen
abrieron la nube el aire
bajo la hojarasca
sus picos
una sed de movimiento
abren la tierra
sus alas de pájaros afluentes
aquí
discurren se elevan
como aforismo de luz
de espuma
su canto de transparencia
allá
se vuelve denso
perplejas gotas






PROPICIATORIO

Para el abraso divino
mi pudor no surca razones
Al margen de norma
se hunde
gesta
la perfección que obliga
suma entrega
desnuda lucidez
bajo Su fuego






FIGURAS DE SAL

la barca rompe amarras barlovento
voz gaviota lleva entre la espuma náufrago
arena y palma palma y nube nube y luna
ultramar

la barca voz gaviota rompe y barlovento
trae nube amarras luna y palma
náufrago entre arena
y ultramar la espuma






SELECCIÓN DE TIEMPO DE NOMBRARNOS[3]


SER Y ESTAR

A Serge

Somos el infinito pulsátil
que anida en lo interno del Cosmos
diástole y sístole
reverencia al ritmo del Verso

Esperma espiral espíritu
somos
navegar en la Sustancia
giro en torno al sol
fuga del ímpetu
vuelta

Más allá del ápex que avala
el sentido de un móvil peregrino
vamos
caracol despacio
hacia el origen

Toda suma generada
por cifra generatriz
avance destino virgen
a la Matriz





IN ÚTERO

Nadie supo cómo
la tierra nos vio nacer.

Mientras probamos otra
que no la fruta de aquel Edén
ninguna gota por el sustento
bajó salada: tuvimos credo,
bandera, tótem, fogata,
cuna materna, Verbo eternal.

Iconoclasta fue la manzana
truncando el aura de nuestra tez,
nos dijo:
-basta, sepan que no hay saber.

Nueve ciclos se han cumplido
desde el éxodo letal.
Remite a dudas el Paraíso:
un espasmo vuelve polvo
los Textos Fieles.






LLUEVE

Cae mi cuerpo
el aguamarino círculo de ondas
inquietó al silencio

Beso la orilla
nada es oscuro dentro de la ola
sin embargo fría

¡Oh, mi Señor!
si fuere escuchado ruego respondas:
¿pertenezco al canon?

Toda mi vida
universo y orden la esperanza añora
si el amor termina

Estoy en paz
cuando Tu medida toca mi persona
soy gota en el mar






MERCADERÍAS

He roto la moneda con mezquindad incisiva.
Producto de la noche, mi juicio
no es del poeta que ganará la luz
mediante blasfemias.
Tampoco acepto pago del diezmo.
En el mercado de almas
no participo
ni entiendo
Pero tú, balanza divina,
recuenta, sopesa
dudas, inercia, miedo
y quebranta mi avaricia.






INOCENTE

Pecho abierto al arcoíris
aprehendes un septenario de emociones
lo recreas luminoso

Como adulto
mente firme hacia el mañana
ensamblas coraje por años al cinto:
tus verdades…elaciones.

Inorgánica es la magia
o divina
que cierra el arco y gira en círculo blanco
pues regresas
niño cándido
aferrado a conclusiones viscerales.





TABLA REDONDA

¿Por qué ha de ser mi complacencia
espejo y no imagen que contiene,
imagen y no el ser mismo reflejado,
el ser y no lo oculto en su mirada,
su mirada, espejo que me recrea?




ENGENDRARSE CASTA

Inhabita entrañas lluvia de ocaso
y anaranja la piel ruta del sueño
Nube y labios guardan par de flores
niños fantasmas nobles que van de la mano
Quimeras de lo perfecto vigila ayuno
palpan la hueca inhumana angustia
sorbiendo del sol mendrugos
Cuando en oscuro la humedad suplica bálsamo
incendia el renovarse con penurias
lapsos que motiven apetito






CASA DE CULTURA

Al noreste del pozo
-todavía fresca su red-
insectos ala zumbante
redoblan piedra la curvan
prestos a beber escándalo.

Nadie habla.
Transportado al brocal,
pétreo, bicel captura:
el poeta mira.

No alude fascinación oblicua
ciego enjambre de aplauso
que razona el acto: “ese poeta mira”.
Quizá más tarde intuya visiones
-polvo de ese pavor acaso-
desde colmas latitudes.





TIEMPO DE NOMBRARLOS

“Un rápido expediente
para poder decir enseguida
ante cualquier sospecha:
éste soy yo”.

León Felipe



Se hundirá por tímidas redes
minúscula historia de ser nadie
cuando haya asimilado en setenta voces
fragilidad propia, despacio, condición rumiante
(la balanza todavía inadvierte… brindemos).

Habrá ostentado incrédulas revueltas
escueto saldo a favor nuestro
para frisarlas con su angustia,
rictus que en duelo jamás capitulara
(quizá por diplomacia, quebranto).

Avizora la justa que presagio cierne
y en verdad le azota.
Urge una salida irrevocable
(excusa letargos).

¿Logra su estrategia remover inercia?
Somos vetusto recipiente
orinales en espera de narcosis
trasvase donde vierte su discurso
(igual de cobardes).

Por fortuna, la investidura no es fatiga eterna…
¡Salud, paladines! Degustemos la hora.




FÉNIX

Antes de afrontar mi suerte
-sosegado curso de una ceremonia-
cuestioné ceniza junto a signo.
¿Quién pudo verlo sino el ave augur?
Nunca restablece figura por Saturno.
Salmodias al nido gorgea
cae
más denso que yo
el aire.


[1] Los vuelos de la rosa. Mujeres en la poesía de Yucatán. Reyes Ramírez, Rubén. Compañía Editorial de la Península, S.A de C.V. México, 2003. P. 195.

[2] Los vuelos de la rosa. Mujeres en la poesía de Yucatán. Reyes Ramírez, Rubén. Compañía Editorial de la Península, S.A de C.V. México, 2003. P. 195-198.

[3] Tiempo de nombrarnos. Cabrera Ruiz, Lourdes. Colección: La Hoja Murmurante, Separata de Arte Libertario No. 310. La Tinta del Alcatraz/ Universidad Autónoma del Estado de México. México, 1998.



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