sábado, 29 de junio de 2013

KATHERINE MEDINA RONDÓN [10.146]



Katherine Geraldine Medina Rondón 
Nació en Arequipa - Perú en 1994. 
Estudió artes plásticas en la Escuela Superior Carlos Baca Flor sin continuarlos por legítimas negativas. Actualmente estudia Literatura y Lingüística en la Universidad Nacional de San Agustín donde vive día a día un intenso y tortuoso romance con la palabra. 

Ha publicado: Murmullos y volantes (Editorial Aletheya, Arequipa, setiembre 2012). 



Obtuvo el tercer puesto en el género poesía del concurso Jorge Eduardo Eielson (2012) y colaborado en diversas revistas tales como: Pléyade, Castillos en aire, Apostasía y Destiempos modernos.






(sin título)

Para mi infusión de humildad
recojo coca recordando mis raíces,
veo la hora y espero paciente
a la frente que beso.
De noche canto y coso
con mis manos de nieve áspera
los bolsillos rotos de sus pantalones.
Soy su concubina intangible
la niña truncada que limpia sus heridas
y traga la culpa acumulada de dos milenios,
La hechicera que comprende sus miradas naranjas.

Podría demorarme en enumerar
los papeles que cumplo.

Las hornillas y la resignación
son por poco la misma cosa
por eso no cocino, pero si trapeo
mis pensamientos perversos.
Soy práctica y lucida
pero una gusana sentimental después de todo.
Podría entender sus raras costumbres
pero no lo intento. Solo me encargo
de mantener viva la fogata
donde calentamos nuestros cuerpos
los Sábados por la noche.

Y al compartir el mismo lecho
hasta las letras las cambio por suspiros.







Conjuro

Miro al horizonte
sabiendo ya lo que acontece,
casi palpando las cenizas fugitivas
que dejó el fuego de anoche

Respiro hondo incorporándome

En el crepúsculo,
presto a rozar mi cuerpo
nubes suaves
que por momentos me cubren

Llega el momento exacto
en que mis sentidos agotados
me abandonan temporalmente

Las cenizas siguen su camino hacia el limbo

Para recobrar de nuevo mis sentidos
toco la noche, caigo en un sueño profundo
y al despertar,
las cenizas ya se esfumaron.






Duendes bajo mi colchón

Camisas a cuadros
y tu aroma oriental
me trasladan a
gradas, ron,
bibliotecas coloniales
aceras de cartón,
paraderos de autobús,
besos de eterna despedida
lagrimas tras un monitor.
Romerías a Hidalgo,
cementerios de arena
en mis zapatillas
de diferente color,
anteojos difuminan tus ojos
señales inexpresivas,
y bajo mi colchón duendes
que imitan tu voz.

http://batalladepapel.blogspot.com.es/








Tú te enredas     

Yo me enredo    
Tú te enredas
El se enreda
Nosotros nos enredamos
Pero enredar no es un verbo que me guste
Prefiero conjugar vivir-amar-soñar,
Pero cuando nos enredamos
Termino sintiendo los verbos anteriores

Y zaz! 
De pronto es muy tarde para desenredarnos 
Y los meses se vuelven años
Y las fotos avejentadas por las mudanzas y el polvo
Me hacen lucir como Madame Matisse
Y el sastre a lo Coco Chanel 
Que compre con mi primer sueldo
Se ve apolillado en el ropero
Pero tú embustero/  infame
No reposas ni un escribo
Te sigues enredando
Creces y creces 
Como los girasoles en las casas abandonadas.
Me escondo en la refrigeradora, en el baño, en el ropero
Pero mi aroma a café pasado me delata
Entonces me encuentras y te sigues enredando
Como estría en mis caderas,
Me escondo de nuevo pero eres desleal y te vas
Ya nadie me busca y me pierdo
Doy saltitos
Canto un bolero
Estoy felizmente perdida
Pero tú te habías enredado y de nuevo zaz!
Vuelves y me encuentras
Y te sigues enredando
Y te enredas


Y te enredas…



RISOTTO AL AZAFRÁN


A Enrique y Mariel, por no temer a hospedarme en sus corazones.

A mi madre, que cosió con devoción mis alas.

Y a ti, Gabriel, porque hemos ejercido el derecho de
amarnos como nos viene en gana.




Advertencia

[Las letras están hechas para ser cocidas]

No es fácil cocinar
se necesita ráfagas de contemplación
habilidad aritmética

Y
dulzura hiriente. 






Ingredientes [2 comensales]

Solamente cede
el límite de los ingredientes
marcados a fuego lento
sobre la voz de tu fuente
sobre la historia escrita en tus palmas
hasta percibir el carácter
siempre inocuo
para no perder el sabor.






Mantequilla

Sus ojos derramaban estrellas
que brillaron hasta hacerse un firmamento

El cruzó los desiertos de la vida
dejando un tibio rastro
mientras descubría su camino.






Cebollas picadas

Aún estoy
en el aire que se filtra en el rincón

Soy
el pañuelo olvidado en el armario,
la lenta rutina que seduce
la temida barbaridad del olfato.






Queso parmesano recién rallado

Me escurro mortífera
sobre tu cabeza
recorriendo rápidamente
hasta tus huellas dactilares

Y
miras aplicadamente el suelo
orgulloso sin sacar tu paraguas.






Caldo de ave

Callada entre los gritos permanece
dentro tuyo nuestra sombra
como una sopa mal cocida
sin sabor ni consistencia.







Aceite de oliva extra virgen

Las acrobacias hablan mal
de los caballeros erectos
y en los restaurantes
no abundan caballeros
aunque tal vez los elefantes
sean los menos caballeros
a causa de la sinuosidad de sus trompas.






Azafrán

Ardía un infinito perfume
en su máscara de comensal

Él
escapaba de sí
tras los muros del aire
revelando su amargo aroma

Nunca entendí la raíz de su violencia

A solas
su cuerpo escribía
el lenguaje afilado de la muerte.






Sal

Un poco de sal
sobre el cuerpo desnudo
y la carne vivirá
en la entrega apesadumbra de la noche.






Arroz

Toco tu boca
             entreabierta
sin quebrantar la seriedad
que gobierna tu cara
de pronto todo hierve
en un breve y terrible absorber
simultáneo de aliento.







Recomendaciones para la mesa

Mullir el mantel hasta palpitar de pronto una galaxia.

II

Las velas en la mesa están de más
el lenguaje afilado
o el coro del silencio
se transforman en esa dulce melodía
cuando las cucharas lleguen a nuestras bocas.



III

Las servilletas dobladas
servirán para limpiarse las pestañas
de esas cosas que escupen las calles
sobre las colillas del ojo.



IV

Si de pronto no resisten hasta después de comer
besarse como si tuvieran la boca llena de aves y flores.






Emplatado

Sirva el risotto al azafrán
rallando sobre él
mi ternura atada a sus ojos ciegos
un poco más de manos ausentes
y a continuación
una cucharada de desquicie en polvo por plato
Decore con una hierba fresca
cabalgando en el viento
y a disfrutar. ¡Buen provecho!


http://revistalairademorfeo.net/index/?p=1554


1 comentario:

  1. Veo que no me equivoqué al opinar que escibes muy bien, muy bellamente. Soy mayor y no entiendo bien la poesía moderna, pero tus versos me suenan bien. Apañé dos frases tuyas que me parecen antológicas: "vivo un intenso y tortuoso romance con las palabras".Y "Mi madre, que cosió con... mis alas". TE FELICITO

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