sábado, 17 de marzo de 2012

JACQUES ROUBAUD [6.210]


Jacques Roubaud 

(Caluire-et-Cuire (Francia), 1932 - ). Escritor y matemático francés.

Miembro del OuLiPo desde 1966 a propuesta de Raymond Queneau y presidente de la Asociación Georges Perec, su literatura ha inventado varias restricciones oulipianas, como el emir (que utiliza pares de palabras cuyas terminaciones son palíndromas entre sí), el baobab (que obliga a utilizar dos sílabas prefijadas en el mismo verso de un poema), el haiku oulipiano generalizado, la terina silábica y la terina a las tres vocales, aunque su obra no siempre se adhiere a algún formalismo.

Ha sugerido también dos metarestricciones

Un texto que obedezca a una restricción definida por una estructura matemática debe incluir una propiedad matemática de dicha estructura.
Un texto que obedezca a una restricción debe incluir una definición de dicha restricción.

Junto a Paul Braffort fundó el ALAMO (Atelier de Littérature Assistée par la Mathématique et les Ordinateurs, Taller de Literatura asistida por la Matemática y los Ordenadores).

Ejerce la docencia en la Universidad París X – Nanterre y es Director de Estudios en la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales. Ha traducido también obras del inglés al francés, como La caza de Snark de Lewis Carroll y algunas partes de la Biblia de los escritores (2001).

Algo negro fue escrito tras la muerte de la mujer de Roubaud, Alix-Cleo fotógrafa canadiense, que causara un fuerte impacto en el poeta. A través de las palabras trata de darle sentido e imágenes a la muerte y a una ausencia que sigue siendo presencia en el recuerdo.



Una lógica

Una especie de lógica para la cual tú hubieras construido
un sentido yo una sintaxis, un modelo, cálculos

El mundo de uno solo, pero que hubiera sido dos: no un solipsismo,
un biipsismo

El número uno, pero como movido en un espejo, 
en dos espejos puestos cara a cara

El orden en el mundo, pero con dos comienzos

Diferentes, inseparables

Una primera distancia, pero a la que no hubiera podido
fragmentar una mirada exterior, una medida de esa distancia,
pero que no hubiera podido tomarse sin falsear el sistema del doble:
un axioma de incertidumbre

En ese mundo, si hubiera podido pensarse, el pensamiento del otro, 
siempre, hubiera sido el pensamiento del "otro de dos"

El pensamiento del exterior, en ese mundo, el nuestro entonces,
hubiera sido el de cosas revelándose a una conciencia alterna, 
de la que sólo hubieran existido realmente las percepciones, 
útopicamente unidas, tuyas y mías, en el interior de la isla del dos:

El frigorífico, el horno, las luces decayendo, los gritos y los ruidos, 
niños, sin hostilidad, rumores, entre nosotros la mesa, pensamiento, 
de la cocina.






El buen aficionado
para ver la Gioconda
no va hasta el fin del mundo
y ni siquiera al Louvre

Va al cruce de la calle
de la rochefoucauld con la calle
notre dame
de lorette
entra al café
ahí está

El cuadro en la pared
beige y crema
el marco es beige y crema y un poco anaranjado
la tela está firmada
de mano del artista
E.
Mérou.
es la gioconda
la gioconda de mérou.

¿Mérou Emilio? ¿Mérou Eugenio? ¿Mérou Ernesto?
¿por qué no Emilia, Eugenia, o Ernestina?
¿cómo saberlo?

Tras el cristal bien limpio
la gioconda parece tan contenta
me mira
me sonríe
ni la menor condescendencia
ni un átomo de misterio
placidez
calma
hermosa

¡o sea, la gioconda!

El buen aficionado
no va hasta el fin del mundo
al Sélect, la Rotonde
al hondo fondo de profundas junglas
ni a las islas de la sonda
ni al perú
viene a ver la Gioconda
cerca del Sacré Coeur
la gioconda la gioconda
la gioconda de mérou

¡En resumen
cele cele cele
bremos la gioconda
layocondademerú!





De entre muchos poemas
Había uno
Del que nada lograba recordar
Salvo haberlo compuesto
En otro tiempo
Al bajar por esta calle
Por el lado de los números pares de esta calle
Bañada por un límpido rocío
Calle de tiendecitas persistentes
Entre el siniestrado Sena y el hospital
Un poema escrito con mis pies
Como compongo siempre los poemas
En silencio y andando en mi cabeza
Pero nada recuerdo
Si no es la luz la calle y el azar
Que hizo entrar en el poema
La palabra "respeto"
a la que no acostumbro hacer vibrar
En las páginas mentales de la poesía
Fuera de ella no hay nada
Y esa palabra esta palabra que está quieta
Da fe del cese de la calle
Como un árbol que el espacio olvidó

[Traducción colectiva de Francisco Castaño, José Luis del Castillo, 
Jesús Munárriz, Jorge Riechmann, Ada Salas y Jenaro Talens]



En esta ciudad que no te gusta

En esta ciudad que no te gusta
Donde has pasado tantos días
Que te repugna hasta el contarlos
¡Miedo a cuanto no reconoces!
¡Miedo de todo lo que has visto!
Calles arriba calles abajo
Clases de nueve clases de barro
Clases de mutismo bocas le lobo
En esta ciudad que no te gustaba
De la que no supiste nuca desviarte
Por culpa de todo lo que no sabes
Trabajando por sílabas todos estos veranos
Pasmado por los muertos que se te han muerto aquí
En esta ciudad que no te gustaba.



Siete [Go 84]

El tiempo huye del tiempo, el tiempo es como larva
El tiempo es lo inconsciente de la tierra parada
El tiempo es mirada el tiempo es transparencia
A los muertos a la pasión a las falsas pruebas
Duración de hombre solo duración de mujer sola
Luces de la luz de la ausencia
La alianza no es más que brevísima espuma
Veloz luego enseguida las olas se separan
El tiempo es luz rojiza el tiempo es la sombra
El tiempo es esta escritura que se enciende
En las páginas en las lenguas de azar
El tiempo el tiempo es hormiga el tiempo es número
Acerca los reflejos los agita los mezcla
Borra el hombre y a la mujer, a las infancias

Traducción: Enrique Moreno Castillo



Algo negro

No puedo escribir de ti más verídicamente que tú misma.
No es que sea incapaz por naturaleza, sino que la verdad de ti, 
la has escrito.
Y porque tú escribías para ser leída sólo después de muerta, 
porque la he leído, contigo muerta, y hecho mía, 
esa verdad es la más fuerte de todas.
No podré ir más allá.
Lo que guardo de ti, y que sólo a mí incumbe, no es del orden 
de la verdad sino de la física:
Tacto de las rodillas a la frente, sabor de cerveza en la lengua, 
perfume en los brazos, debajo, vista y voz, de lejos, me abrasan: 
circuitos que no se apagarán. aún no.
Eso es sólo mío, y con razón.
Sólo escribiré de ti desde mi propia altura.
O bien me acuesto y hago sombra.

Traducción: Luisa Etxenike




Jacques Roubaud: Soy un cangrejo puntual [ ∈ ]

*Selección del autor de Je suis un crabe ponctuel. Anthologie personnelle (1967 – 2014), publicado por Gallimard. La traducción fue realizada por Martín Abadía.



1

Ya no veo el sol        ni el agua        ni la hierba        habiéndome
encarcelado donde ninguna mañana tiene dominio    si    en el
cubo puro de la noche distingo de otros ramajes                 que
sobre el arco de los pensamientos      los cazo los escondo

no tienen sitio más que las lámparas la división de lo claro a la
sombra  hacia  mí  cortando  lo  visible                       lo poco de
mundo materialmente extendido a lo largo    sí   delante de mí
accesible por todas partes a mis manos

pues de todo objeto        aquí        desaparecido suscité sol por
sol              agua  por  agua                   hice atravesar montones
de  opaco  a  solaciones  de  otra  parte            oh         soles en
los que confío

en  qué  punto  ustedes  son  yo                      puedo mostrarles
a  todos  decir  color  madera         naranja               decir rojo y
ser creído              soles despiertos sobre mi lengua          soles
alrededor – aguaceros



2

Vivo sin inviernos sin lugares                   ningún tiempo es más
que otro            he  dejado  de  oír  el  ruido  que  hace  el  agua
hoy         yo no digo          el mundo es baño de hiel                 yo
no digo                  aquí  ojos  y  maravillas                          yo soy
noche y neutro

el sendero del monte no fue proseguido     el tiempo colectivo
no es   sino un   saber  y                   sé   la   forma   pesada   que
me encierra          pero  sobre  el  blanco  que  se  presenta  no
escribo           encuentro poco       tomo poco         en el blanco
de ciudades en que me atrapo

si      hay      siempre    viajes     de    los    que   no      volvemos
iguales               una  fuente  no  de  sabiduría               pero  de
signos     tal  vez  sea  ese  el  lugar  solamente  al  que  tiendo

que no apunta al futuro       la piedra la fortuna        ni al juego
de los árboles   ni aquel de los miembros  de los barcos     que
vive sin cielo     que vive sin frío      cuestionando dónde dime
dónde      estaré



3

pertenezco al nervio de las calles        a las morenas           a los
jeroglíficos              a la corteza del otoño                   al parloteo
de los esmaltes       al don de sí           a la avaricia a la grandeza
mezquinamente ciertas moderadamente      a sinsentido   (por
siglos  minutos  horas  por  nada             por un punto amarillo
en lo claro)

el todo-sol  el fuego redondo   la baba del azul    el buccino  la
tienda de huesos    el bosque dorado       el spaniel  o  el cardo
el narval      soy          soy también la tarde que adormece a sus
moscas                  o  la  versión  de  las  estrellas  ya  no  nueva
sin embargo     ya no segura

yo  pasé  por  ahí          yo sé       yo  les  creo        pertenezco a
un tiempo en que todo comienza      lo vacío      el plasma     el
cálculo       lo vivo            cómo  pensaba  que  no  desciframos
aún  la  morsa  de  las  montañas

¡no  sabemos  deducir  junto  a  las  esporas!                    (había
ventanas que se cerraban  un ruido de coches           querellas
un  ruido  de  mandados               en aquel tiempo no había yo
abolido lo inmediato)



4

soy   un   cangrejo   puntual                  soy    un     correo     sin
acontecimiento  mi campo está vacío    puro  barrido hasta la
menor  estrella                             cubrí  de  terciopelo  la  masa
curva  del  ojo                     este  instrumento  no  detallará  ya
más que su polvo

no  arriesgo  silencios                          no opongo sino palabras
planas  como  vidrios  que  enjuagan  las  lluvias           y tengo
gusto por la noche      tengo indulgencia por el alba       jamás
hay nada que leer en mi mano

contando granos de arroz sobre una mesa de cocina           he
asegurado mi santidad una vida de perfección contempla mil
veces la misma fuente que se rompe

a    partir    de    mí    el    tiempo   se   disciplina              cómo
decía  yo                                  hay  aún  una  ribera  sensible  al
frío   una isla con lagos y aborígenes   cómo



5

cuántos  puñados  de  nieve             arrojamos  sobre  las  flores
grises  las  peonías  de  humo  así  al  jugar             cuánto sobre
las   murallas en los  senderos  cubiertos  de  corcho     cuántas
nieves terrestres arrojamos sobre los matorrales cavidades   la
endrina    la zarzamora   el regaliz      el acebo

sabíamos  nosotros          cuán poco duraría el manto de nieves
en  las  viñas          las  mangas  bajo  las  zarzamoras  negras  o
devastadas en el área de barbas de las espigas         cuán pocas
nieves  nuevas  fundirían  anillos  de  fuego                                o
sobre el ladrillo del hogar      sobre el área ensombrecida de
                                                                                          /las brasas

la  nieve  era  preciosa  almendra       rara y tierna            pocos
días  de  poco  ni  siquiera  todos  los  años          guarda vivo el
gusto  de  nieve  cuando  detenía  al  viento                   sobre el
pergamino de los sotobosques el golfo inverso de las cornejas

cuando   comprobamos    que       no    son    más   que   nieves
capaces  de  un  hueco  en  la  memoria                          capaces
de deslumbrantes helechos frescos     sobre un vidrio que una
boca al alba cubre de vaho



6

había         días        joyas       situados       raros        en             los
años        una  sucesión  cantante  extraída  de  la    sucesión sin
timbre de los días          días de castañas y días de osos        días
de fuegos      diversamente separados     jalonando      aclarando
la duración sombra

un  árbol  presidía  el  equilibrio  de  las  riquezas        sus hojas
avanzaban   sobre   distancias  invisibles  de  tiempo             del
verde  al  castaño      un  ritmo  cubierto  asible  por  la  sangre
solamente         por  vista  difusa                            por algo como
la ubicuidad de los sentidos

la   carrera   era   aún   larga   del  cielo  en  el  cielo         donde
vestían   vientos    nómadas   de   las   tiendas   claras       luego
sombrías    y   más  larga     más lenta      era  la  subida  de   los
días marcados

como si resbaladiza la vida hubiera querido contenerse añadir
su   firma   a   la   alternancia  natural                abrir el edredón
de  la  infancia     afeitar    echar luz



7

el tiempo      entero    encogido    se tiene   del   pétalo  de  una
mano    el    sol    es   un  clavo  que  es  (el sol)         el eje donde
se  aceleran               arden   los   insectos   en   el   remolino   al
mismo tiempo   el tallo imperturbable ceñido azul del torrente
salmón explota en el derrame de la represa de la montaña

los árboles se alzan                           no han tenido necesidad de
verificar el aire   y algunos se presentan      espadas sostenidas
de la empuñadura verde            es siempre de la misma manera
que se dispersa un manojo de pájaros             al principio como
granos  y         la segunda vez          la  curva  inversa  que niega
el peso en la caída

cisnes      cisnes       jueces blancos siempre en apogeo           el
gran  asunto  es  el  tiempo         pero de eso ustedes no saben
nada         que mastican los jardines el ojo ofuscado             por
ovoides mensajes negros

adiós       ellos son adiós     las edades cerezas         esos son los
círculos  de   la   piedra  que  retroceden   hacia  su  centro  en
el foso         lo inmóvil que se prepara en el fondo                    al
fondo del muy profundamente verde



8

al  final  olvida  la  infancia  sus  orejas  de  perro       los juegos
de  cincuenta  y  dos  imágenes  que  se  repiten                 toda
experiencia    no  es   sino   migajas   en  la  mandíbula enorme
que  nos  traga       por qué                        andar marcha atrás te
regresa    no hay nada

delante  sino una pulgada de espacio  que se congela a medida
que  la  abordamos  decimos  avenir                       y algunos ven
una  planicie          otros no                         es una cuestión poco
soluble   a   la   cual    sabemos      dar    hermosas    respuestas
funambulescas :     primeras  no    en  el  casi  seguro           que
rápido  se   volverá    el seguramente   enseguida   no sé     que
no se volverá menos cierto

las  horas  nos  avalan  una  después  de  la  otra             no nos
demoraremos  en  los  parajes    esperaremos  que  la  corteza
se  talle  a  sí  misma  en  la  navaja                     que sino sabría
aguardar             los   mañanas   se   aferran   como   limaduras

cada uno se transporta paralelamente       tú observas          tú
observas  tanto  que  morirás  de  risa         aceras        fósforos
picos    jabones     tablas monedas       se cubren     se obliteran
se deshilachan  se empañan  se dividen en capas



9

no es verdad        miento        todo es falso              no hay nada
detrás                  no soy del mundo                               no soy ya
del  mundo  del  que  era          no vivo                 un muerto me
hiela  la  vida      avanzo bajo ausencia   soy el

capítulo  cero  del  libro        el  bajo  olvidado  en  la  partitura
que  economiza   el   vacío            encadenando   razones   que
no  aseguran  nada     no  estoy  ni  siquiera  atrincherado  soy
nulo    desposeído del don del intercambio

se  ha terminado  para  mí  en el tiempo mismo donde posaba
mi  primer  axioma  blanco  sobre  negro                     y la frase
rueda donde nada significa

ya  no  veo en parte alguna             o  si no                        acaso
si no ¿quién hará verdadero lo verdadero al negro negro
                                                                                                |abrirá
los ojos sobre otra cosa que la muerte?



10

pequeño tamiz  de  pepitas  pequeño  pequeño remolino sobre la gran
agua         blanca  pequeño  menudo  ruido  pequeñas  bodegas  fuente
delante de las caídas pequeño cuaderno donde  leerá pequeño pedazo
de tiza  pequeña fábula    pequeño mármol  bajo  pequeño tejo  tallado
abajo        pequeña historia pobremente

desgracia    no   maligna   boca   cosida                      pobreza confusión
piedras  pequeña  moral  de  cordero  albardado  pequeños habitantes
de  polenta  de  acólitos        pequeños  puertos  de  anchoas  y  de  ajo
pequeña puerta de leones de Micenas

pendientes del oro y pendientes del vino pequeños céntimos
                                                                                                    | apretujados
pequeñamente      ligera espuma de un sino            de un en otra parte
pequeño dinero de la juventud pequeño plomo de la fatiga

casi no            poco a poco           apenas             por azar              parcela
hospital    corredor     palabras pequeñas    casi-palabras    paja    plana
miedosa     pequeños desastres      pequeños    pequeño mundo







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